LUMBRES ( 25 DE MARZO DE 2009)
Algunas yacerán encendidas de por vida.
Recibiendo el nombre de sueños.
A los que aferrarnos.
Por los que seguir creciendo.
Seguir ansiando.
Seguir contemplando.
Seguir vivos.
Otras irán perdiendo el calor que desprendieron en su día.
El calor que nos hizo sentir vivos por un corto espacio de tiempo.
Llenándonos.
Formando parte de nuestra propia lumbre.
Iluminando, al tiempo que nos dieron el calor que necesitamos.
Consumiéndose inevitablemente.
Dejando llenos de cenizas los tiempos en que fueron lumbre.
Manchando de hollín los tiempos que seguirían dichos tiempos.
Dejando un rastro invisible de lumbre.
Hay lumbres que se encienden cuando las creías apagadas.
Pequeñas ráfagas de calor atentarán contra tus sentidos una y otra vez.
Volviendo lumbre las marchitas cenizas.
Llenando cada nuevo tiempo de nuevas manchas de hollín.
Aposentando la luz de nuevo en tu pecho.
Volviendo tu piel dorada.
Dando nuevamente a tus sentidos el rubor de antaño.
El olvidado.
El único.
Haciendo de nuevo que cada brizna,
traiga la noticia de la esperada calima.
Son lumbres.
Nuestras lumbres.
Las que llevamos dentro.
Las que nos hacen seguir sintiendo la vida.
Las que arden bajo nuestros pálpitos.
Las que calman nuestras razones
y nos permiten dormir bajo nuestras pieles...
Siendo sólo lumbres...
Recibiendo el nombre de sueños.
A los que aferrarnos.
Por los que seguir creciendo.
Seguir ansiando.
Seguir contemplando.
Seguir vivos.
Otras irán perdiendo el calor que desprendieron en su día.
El calor que nos hizo sentir vivos por un corto espacio de tiempo.
Llenándonos.
Formando parte de nuestra propia lumbre.
Iluminando, al tiempo que nos dieron el calor que necesitamos.
Consumiéndose inevitablemente.
Dejando llenos de cenizas los tiempos en que fueron lumbre.
Manchando de hollín los tiempos que seguirían dichos tiempos.
Dejando un rastro invisible de lumbre.
Hay lumbres que se encienden cuando las creías apagadas.
Pequeñas ráfagas de calor atentarán contra tus sentidos una y otra vez.
Volviendo lumbre las marchitas cenizas.
Llenando cada nuevo tiempo de nuevas manchas de hollín.
Aposentando la luz de nuevo en tu pecho.
Volviendo tu piel dorada.
Dando nuevamente a tus sentidos el rubor de antaño.
El olvidado.
El único.
Haciendo de nuevo que cada brizna,
traiga la noticia de la esperada calima.
Son lumbres.
Nuestras lumbres.
Las que llevamos dentro.
Las que nos hacen seguir sintiendo la vida.
Las que arden bajo nuestros pálpitos.
Las que calman nuestras razones
y nos permiten dormir bajo nuestras pieles...
Siendo sólo lumbres...
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