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Mostrando entradas de mayo, 2017

NOVIEMBRE ( III )

…el desamparo en ocasiones va abriendo el agujero por el que el miedo emprende el camino hacia dentro. Habla a menudo de ocasiones, como si no las hubiera visto aparecer ante sus ojos o no hubiera sido capaz de reconocerlas, y habla de ellas esperando que pronunciándolas en voz alta, se tornen realidades diarias. Es complicado andar midiendo el tiempo, las palabras, los lugares o los abrazos de menos. …la cinta métrica de la costurera que vivía en frente, se sumó al verano de los doce tras aquella fatídica tarde bajo la parra, llevada a la fuerza hasta el pequeño baño que había en la planta de abajo, junto al patio. Allí volvió a tirarla al suelo, esta vez, cuando todo acabó vio sangre en sus muslos. Terror y miedo, no más del que la llevó a taparse los ojos con las manos mientras pensaba en lo mucho que le dolía la mano. Había escuchado que si algo te duele, puedes hacer que duela menos si te haces daño en otra parte. Había salido corriendo de allí. Notaba la

NOVIEMBRE ( II )

...qué sucede cuando la costumbre grabada a fuego en la piel, nos lleva a creer que cuanto ocurre es lo correcto? _Tú eres la mamá y yo el papá… Recuerda haber guardado alguna foto en cuanto la descubrió, porque el tiempo sepia se había tomado la molestia de echar una gruesa manta sobre su memoria, tal vez hubiese sido cosa solo del tiempo, tal vez fuera el acto reflejo y desesperado de mantenerse, aunque latente, sin saber que los monstruos se quedan a dormir dentro de un armario cualquiera, de por vida, o escondidos tras los ojos de una foto. Algunos depredadores de la infancia se hacen visibles solo cuando nos tomamos en serio lo de crecer. Solo entonces, al advertir el miedo por tener que tomar una u otra decisión de esas que van a hacernos caminar de un lado de la calle o del otro, una abre el armario, toma esa manta, la deposita sobre la cama y duerme bajo ella, para acurrucarse del frío, ese que hay que dejar crecer, para poder enfrentarnos a él, librarle cuantas

NOVIEMBRE ( I )

En ocasiones la vida se vive con el telón bajado y sin público en las butacas. En ninguna. Se vive de espaldas, tras los escombros y todos los platos rotos de los que puede llenarse una vida. En ocasiones además, se vive huyendo continuamente de todo lo que somos y de lo que hicieron de nosotros o nos permitimos hacernos a nosotros mismos. Puede que de los recuerdos, de todos, los que prevalezcan sean solo los que nos marcaron hasta el punto de darnos la forma actual. … aquella tarde había salido a ver a sus abuelos y había decidido llevarlo consigo. Obvió la correa porque por entonces no hacía falta. Lo mismo si la pedía, su madre le pondría pegas y decidió ocultar que se lo llevaba. Entonces el pueblo no era lo que es hoy. Podía salir sola a pasear hasta llegar a casa de sus abuelos donde pasaba las tardes escuchando las campanas de la iglesia que se situaba en la misma esquina en la que aquel viejo cascarrabias vendía caramelos. Los tomaba, depositaba sobre aque

LOS RUIDOS QUE PROVOCA EL SILENCIO

Alguno de los días de cualquiera de los meses   en los que empieza el calor, y una tarde cualquiera. Podría haber sido lunes o jueves, cualquiera de los días que comprenden jornadas laborales que nos cabrean. Uno cualquiera y preferiblemente a primera hora de la tarde, cuando el trajín de los peques al salir de los coles lo llena todo. Coches aparcando en doble fila para llevarlos a extraescolares. Recoger a uno aquí, llevar al otro a diez minutos de aquí cuando solo se dispone de cinco. Cláxones. Prisas. Tardes con hijos y prisas. Mala combinación. Mientras, en el bajo se levanta la persiana de la panadería que ofrecerá algunas meriendas y las últimas barras de pan de la tarde. Pasos de peatones copados de los que van y vienen. … mochila fuera y la parte de arriba del kimono te la pones en medio de la calle, ante la academia…te quito los churretes de la merienda mojando un pañuelo de papel con mi propia saliva, y para adentro… El chico del segundo no