De algunos monstruos y otros depredadores o de cómo descubrir que no eres Heidi...

Cuando te percatas de que lo establecido no es siempre lo correcto. Cuando no solo lo piensas, sino que además lo vives en tus propias carnecillas, ocurre ( que lo mismo es solo en mi caso, siendo tan rarita quien sabe) que una de dos, o te da por tirarte a las vías del tren en el momento menos pensado, por eso de estar ovulando, o que con esta madurez que se apodera cada vez más de mis patas de gallo, sientes una tranquilidad y más serenidad de la que esperabas te tocara en estos tiempos de crisis ( en la segunda opción también es posible la ovulación). ( La cabrona de Rita me dice que eso no es madurar, es envejecer a secas y que el día que me llegue la menopausia me encontrarán en las dichosas vías del tren!)… Que algunos se empeñen en seguir tratándote como a ciudadana de segunda, mola… ( Por eso de ser masoca y que me sigue gustando estudiar a mis contrarios) Que haya quien sea capaz de mirar a través de los ojos y verte en ellos, no ocurre demasiadas veces, y eso

Porque te los devuelvo todos, y sólo porque son míos. …Encontrarás una caja de cartón apostada en cualquiera de las esquinas del diminuto reino que no llegamos a construir nunca. Lo mismo te sorprende encontrar dentro el marco sin cristal que guarda esa foto que no nos hicimos. O aquel escrito emborronado por la indecisión, y que no habiendo leído, te sabes de memoria. Te dejo envueltas en papel de seda algunas de las noches que pasé a solas. Y la continua pregunta: Te quedas a dormir?... …Ándate con ojo, porque lo mismo al quitar el celofán que ata las tapas, las palabras salen despedidas. No te imaginas el trabajo que me costó guardarlas a todas dentro. O la de vueltas que tuve que dar para dar con algunas… …Saqué las buganvillas de los tarritos de cristal y en su lugar guardé horas. Malditos segundos locos que se afanaban cristal arriba… Ni que quisiera guardarlos para contemplarlos como hacía con las hormigas cuando era niña… …Te dejo algunos de los reflejo

A veces me planteo, sólo por la sana razón de plantearme ( mentira cochina)… Y las más, en vez de aclararme me cofundo. Suelo hacerlo de noche. Eso de plantearme cosas digo, así que hoy rompo una lanza en favor de Dinio. Porque no tenían que ser el alcohol y las drogas lo que necesariamente lo confundieran . Como a mí, a Dinio los designios de la vida en general y la de ciertos momentos en particular, nos hacen plantearnos cosas, y lo hacemos cuando cae la noche… ( Dinio debería ir antes, pero el texto lo escribe Rita, y jartita la tengo de explicarle lo machista que es la lengua. Ella escribe. Razones a ella.) Que no yendo yo a aclararme nada, no espero que continúes pensando que tú vas a dar con el enigma. Porque puede que ya haya antídoto para todo, pero lo mío es diferente. Imagínense siete billones de sucedáneos del problema del amor, únicos y perfectos de por sí. O siete billones de ramificaciones ante la pregunta de la vida y sus por qués, cuándos, dóndes y