...O QUE LAS MUJERES SOMOS LA ÚNICA ESPECIE RENCOROSA...( XXIII)
... Me despiertan la sed y las ganas de ir al baño. Me desperezo todo lo larga y ancha que soy y abro los ojos mirando al techo. _Buenos días. El brinco y el grito que doy en la cama me incorporan de inmediato y hacen que la pequeña resaca pase a un segundo plano en tres coma... La luz de la mañana se cuela entre las cortinas y no tardo en comprobar con cierto recelo que Chema está a los pies de mi cama, sentado en una silla que ha debido traer desde el comedor y lleva puesta una sonrisa socarrona de chico satisfecho consigo mismo y con el mundo. Me estudio. Estoy en pijama. Y está claro que he dormido sola porque la parte de la cama que nunca ocupo sigue así, sin ocupar. Fugaz viene a la cabeza la manera en que conseguí acostumbrarme a dormir sola, colocando cojines que me hicieran de tope, aunque no siempre hay cojines allí donde duermo, y en más de una ocasión he vuelto a declararle la guerra a las sábanas hasta conseguir que por la mañana la cama