AUSENCIAS QUE ACABAN POR LLENARTE ( 18 DE OCTUBRE DE 2009)

Definitivamente el otoño ha hecho acto de presencia, y no sólo climatológicamente hablando.
He vivido siempre la llegada de esta estación de manera espectante por motivos varios.
Supongo que a lo largo de nuestras vidas, nos apoderamos de sensaciones que queremos que vuelvan una y otra vez, por lo que llegan a representar.
Tengo suerte porque el otoño, deseado o no, llega, y lo hace siempre.
Parece que acompañe el tiempo, y a medida que las hojas se tornan amarillentas y caen, una se siente mejor que nunca ( falsa ilusión emocinal porque esta estación es triste de cojones)
Lo malo de tener esa sensación, es que te la producen el resto de estaciones, pero mira tú por donde, no me he puesto a escribir nunca acerca de las tres restantes, así que tengo claro, que nada de parecerme a Vivaldi, puesto que no dejaría de componer otoños...


Lo bueno del otoño ( o al menos a mí me vale), es que el ritmo de todo cambia, como lo hace la composición de Vivaldi.
Parece que intenemos sobrevivir a esta época, que a muchos nos parece aletargada.
Tras ella la hivernación y luego de nuevo el despitote...

Que me llamen melancólica, caduca, o cuarta parte de la obra, pero la prefiero a ésta por encima de las otras.

Supongo que una nota más las ausencias. Las que se ha buscado, y las que han llegado sin esperarlo.
Este año está siendo pelín raro....( Qué narices!!! Está siendo raro de coj...!!!)

En ocasiones tengo la impresión de que acostumbro a retirarme de todo durante largas temporadas, tal vez sólo sea que una es una uraña empedernida, una melancólica nata, o simplemente sufra el Síndrome de Asperger...
Las ausencias nos transforman.
Lo hacen con nuestra piel, que en otoño más que nunca, como por arte de magia, se vuelve tosca y seca como la estación.
Supongo que he errado mi camino calamitosamente. Lo bueno no es reconocerlo. De nada sirve hacerlo si no piensas cambiar las formas o adaptarte a ellas si entiendes que es así como te gusta sentirte, o como más protegida te sientes.
Raro de narices empezar a reflexionar sobre las ausencias y la estación, porque hilar ambos temas, no siempre es fácil y una se va por las ramas que es un contento...

Lo bueno de sentirte solo, es entender que irremediablente tienes el trabajo de volver a sentirte " rodeado" de personas que van a " facilitarte la vida" o a hacerte más placentero el camino...
Guay. Sí. Sobretodo porque el otoño acaba de empezar, y seguramente el próximo, estarás intentando hilar de nuevo el tema de igual manera o peor que esta noche...

Tengo la impresión de que las ausencias nos hacen envejecer...
Y que mi inspiración está más ausente que nunca... O tal vez sólo sea que estar tan llena de ausencias, me ha llenado por completo de vacío...


No tengo otras formas...

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