Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2013

...O QUE SERÍAS CAPAZ DE ENCONTRAR LA BATUTA ENTRE TANTO INSTRUMENTO (III)...

..._Por qué este tatuaje? _Y por qué no? _Supe que aquello había sonado borde nada más escapar de mi boca, sin siquiera haberlo pensado y sin mucho menos tiempo para detenerlo. Pero o me concentraba en playas paradisiacas con caipiriñas o mojitos y tipos zumbones, o iba a empezar a gritarle improperios puesto que mi orgullo no me permitía llorar en público. Claro que lo de gritar iba más acorde con mi situación dado que el único dique que se había secado por completo durante esos meses, era sin duda alguna el de mis ojos… Que llorar ayuda a que la pena pase y duela menos. Ja! Y una puta mierda más grande que un puto piano de cola lacado en negro y con pedales de esos chulos a los pies! Pasa a ser otro dolor sordo, un sonido incesante entre las sienes y el pecho. Y de tantos que empezaba a acumular, me había montado una orquesta sinfónica que me llevaba de cabeza y que empezaba a afinar en el momento menos pensado. Lo único bueno es que mi locura estaba empezando a

...QUE LA TINTA ES CAPAZ DE DESCRIBIRLO TODO...(II)

…Cuando tras más de dos meses todo parecía acabar por fin, eché la vista atrás para darme cuenta de que todo el asunto de la muerte propia y la ajena me había mantenido en silencio. Incapaz de dejarme sacar una sola palabra.  Las noches habían pasado entre la lectura compulsiva para evadirme de mi propia vida, y los estúpidos intentos de sacar fuera algo que estaba claro que había ardido tan dentro y de manera tan devastadora, que había acabado con todo. De nuevo. Con la única diferencia de que esta vez el barbecho había imposibilitado la tierra algunos metros por debajo de lo que hubiera sido aconsejable. Esto lo supe dos meses después, cuando tras hacer el gilipollas y tratar de no dejarme caer en unas redes que yo misma me había molestado en preparar, me senté noche tras noche durante más de una semana esperando que el cursor sobre la pantalla en blanco viniera a inspirarme por arte de magia. No ocurrió. Seguí leyendo. De manera compulsiva. Empecé a salir a correr par

NUNCA DIGAS...( O NO ME TOQUES LAS PALMAS QUE ME CONOZCO I)

  ...Me había mantenido limpia. Zombi, aunque limpia mientras duró el proceso agónico de deshacerme de ella. Es lo que tiene ir borracha de suicidios. Lo que tienen los asesinatos. Que la sumen a una en una espiral de delirio donde lo mejor es mantenerse poco atenta a los estallidos de realidad, así que observar como las motas de polvo danzaban en los rayos que se colaban por entre las cortinas todavía le daba un aspecto más siniestro a todo lo que ya me envolvía y seguí negándome a creer que aquello fuera un retazo de mi vida. El hedor era insoportable y sabía que si me movía hacia uno u otro lado, acabaría por mancharme. Las sábanas estaban llenas de mi propio vómito. Pero quise mantenerme en mis trece y obligarme a pensar que aun así, estaba limpia. No podía permitirme pensar lo contrario. No había tenido siquiera fuerzas para incorporarme o salir corriendo hacia el baño, así que intentaba no pensar en cómo había pasado a encontrarme donde me encontraba, y mi estad