ANTES DE QUE LLEGARA LA LLUVIA...
Las palabras han dejado de moverse. Lo mismo que las manecillas del reloj de arena. Del agua… Y de ser turista en tu cuerpo, ando segura que caminaría en el abismo de tu piel. Extranjera de cuanto creí conocer asiéndome a tus manos. Intentando dar con una de tus pestañas para saltar al vacío desde ella y llegar así a una nada que hoy me recorre por completo de cáscara para adentro. Camino en círculos volviendo una y otra vez a tu pecho. Deslizándome costilla abajo y cayendo una y otra vez en la grieta de tu ombligo…Tu ombligo… … Antes de echar en falta nada, busqué en las vidrieras antes llenas de color de tus ojos… Lo hice en la maraña cana de tu pelo. En tu ausencia y el silencio… En tu cuello y en tus hombros… … Antes siquiera de echar en falta nada, me dediqué a desflorar cada una de las palabras… Todas… Para acabar entendiendo que no hablamos la misma lengua. Que no vestimos voces que puedan replegarse sobre el cuerpo del otro… Ni melodías qu