De algunos monstruos y otros depredadores o de cómo descubrir que no eres Heidi...

Desconecté el teléfono esta tarde. No me apetece en absoluto volver a caer en la cuenta de que soy más débil de lo que creo en realidad. Ando sola. De nuevo. No debería extrañarte porque soy una ermitaña, erizo arisca, y tampoco me extrañaría a mí, a no ser que será mi primer fin de año en completa soledad buscada. No he comprado siquiera uvas, y ando preparando comida para varios días. No. No es caldo… Llámame idiota, medio loca o loca entera, pero poder llevarle la contraria a la vida, en ocasiones, y por momentos fugaces, me hace sentir bien. Hoy quiero estar sola. Y eso he hecho. Llevar la contraria no siempre es malo, de no ser porque hay quien se cree con el derecho de juzgarte e incluso catalogarte…. No me catalogo yo y lo hacen otros….Manda huevos!!! Cenaré pronto y llenaré la bañera de agua cliente, y en ese líquido acompañado de esencias empezaré el nuevo año que empieza en breves horas… Y por qué?.... Y por qué no?... No olvidaré las velas, ni la música, n

Permíteme que esta noche vuele algo lejos de este sofá. Hoy he estado de compras. Te parecerá algo infantil lo que voy a contarte, pero hacia allí me dirijo… Ando sola.Ya lo sabes. También esto pertenece a la parte a la que me encaminan los pensamientos y las palabras hoy. Posiblemente porque siempre tuve la impresión de que hay cosas que nos hacen seguir siendo quienes somos. Pequeños detalles que no nos hacen olvidar del todo quienes quisimos ser siempre. He estado evitando ponerme a los mandos unos días, porque tenía la necesidad de guardar para mí todo lo que este mes me hace sentir año tras año… Soy una mujer hecha de costumbres. Cuanto has leído hasta aquí te lo demuestra de nuevo. Volví a comprar cientos de pequeñas velas. Ya no hablo de la luz que son capaces de dar siendo tan pequeñitas. O lo que llegan a adormecer algunos pensamientos, o lo que llegan a endulzar algunos ambientes… Simplemente me gustan. Me gustaron siempre, aun cuando las broncas caían por m

No me gusta. Los últimos años han sido malos, pero esta niebla baja que lleva acompañándome ya unos días, me permite no ser nada clara con mis pensamientos. Es tal vez por ello que he subido los escalones de cuatro en cuatro para ponerme a los mandos… Ando en la cocina. Esa que hoy viste un nuevo electrodoméstico sin el que hace unos meses pensaba que no podría vivir… Llevaba cinco sin él, y hoy viste como un extraño encima del mármol negro… …Recuerdo que apenas un año, y sigo acordándome tanto de ti… De tu pelo cano… Hoy recibí la llamada del que como tú, viste ojos grises… No creo que entienda nunca qué me lleva a actuar así, y prefiero que siga sintiendo que desconoce a su hija, a que sepa cuánto guardo… Te echo de menos teniendo la sensación de que cada vez echo de menos a menos gente… …Cuidas de ella?... Intentas que no se coma a escondidas el chocolate?...La sigues peinando?... …Y si puedes verme, lo entiendes? Te echo de menos preguntándome si las heridas sana

Dónde andan los delincuentes emocionales? Se han extinguido ya? Cada año veo a menos… Debe ser cosa del alcohol, y deben andar flotando en copas de whisky, apoyados sobre pegajosas barras de garitos inhumanos… Dónde andan quienes te hacen caminar en la frontera?... Porque las sigo viendo, por más que nadie me lleve a caminar a sus abismos inciertos… Dónde están los ladrones de almas? Tendrá algo que ver que lleve tiempo habiendo perdido la mía? Es por eso que ya no hay resquicios de locura incierta o fuego sobre el que caminar? Dónde andan los proscritos que condenaron en otros tiempos a muerte pedazos inconclusos de corazones ajados y ya maltrechos? A dónde los desterraron llevando con ellos esencias de vidas pasadas? Volverán algún día? Y si lo hacen y logro recuperar los pedacitos que me robaron, podré colocarlos de nuevo sobre el vacío que anidaron?... A dónde van las almas rotas e incompletas? Y una vez quebradas, pierden valor? Siguen siendo almas o sólo seudó

Sigue gustándome buscar palabras, tal vez por ello haga lo que hago… Sigue gustándome recordar. Tal vez por ello haga lo que hago… Sigue gustándome que nos riamos juntos… Y tras eso, puedo pasar noches a solas riéndome... Noches en la que como hoy, sólo Ella me hace buscarte bajo las sábanas… O sobre ellas… Qué más da… Sigue gustándome hacer todo lo que hago, si con ello consigo pedacitos de tu piel que bañar con los nudillos… Sigue gustándome tu boca, porque con ella me vistes algunas tardes, mientras la esencia de sándalo recorre la habitación… Sigue gustándome oír tu respiración entrecortada… Siguen gustándome tus pies fríos que no puedo masajear porque te pueden las cosquillas… Siguen gustándome tu espalda y la base de tu cuello… Siguen gustándome tus antebrazos anchos y tus tobillos… Tus muñecas… Sigue gustándome llenar de velas la habitación y fregar mis manos para darte calor… Y encender mis libélulas… Y buscar en los reflejos… Sigue gustándome mirarte a lo

Acabo de mandarlo. Y sé que me he equivocado. Sólo aparecía, y el pecho se aceleró. Y la locura que me envuelve de vez en cuando también estaba allí. …Qué será de ti? Qué palabras usarás ahora?… Seguirás oliendo igual?... Sigues sonriendo?... Y mientras me pregunto todo esto, aparecen tus dientes perfectamente alineados. Blancos. En una de las sonrisas con más luz, de las que vi nunca. Y tus ojos oscuros. Y tu camisa blanca. Y tu pelo corto salpicado de canas. Y el hoyuelo… Ese que tanto me gustaba morder… Me pregunto qué verán tus ojos. Y te imagino trabajando con el portátil desde el sofá. El blanco de piel… …Recuerdo aquel primer beso. Mientras esperábamos el ascensor… Era de noche y el lugar estaba plagado de sauces llorones que nos acariciaban al paso… Recuerdo tus chicles de fresa, y lo mucho que me negabas los ojos la última vez… No sé por qué lo he recordado… Ni sé si habrás vuelto a admirar Barcelona desde nuestro bar… De noche… Acompañado de

Salgo a las dos y cuarto y apenas tengo quince minutos para picar algo y volver a empezar, así que me dirijo como de costumbre a la panadería donde varias veces al día me sirven café con leche que acompaño con tostadas, o con un par de crusancitos pequeños. Lo sé, pero es que si paro a embutirme un bocata, no llego a tiempo. También podría llevarme un taper… Podría hacer millones de cosas, pero llevo esa vida desordenada que ya imaginas… _Joder tía, qué te ha pasado? _Nada. _Pero te has peleado con alguien o qué? No habrá sido…..? _Joder Nuria, siéntate y deja de gritar que nos están mirando. _Pero tú te has visto? Desisto de tomar el café y la miro… _Más que eso. Vivo en mi cuerpo. Sí, este que tienes delante, así que además de haberme visto, puedo notar que aún me duele. Me mira con lástima. Creo que entre la mía y la suya van a aplastarme. Me toma del brazo, y encogiendo el cuello, acto que utilizan quienes quieren bajar la voz sin detenerse a pensar que eso no hace

Una vez llegues a este lugar, no te valdrán estrellas de las que guiarte. No tendrás cobertura, así que desecha el teléfono móvil. No busques dónde te encuentras en ningún mapa. No busques tampoco aferrarte a las manos de nadie. Estarás solo. Y no dejarás de caminar por calles blancas que no llevarán nombre. Tras haber buscado en todas las esquinas una señal, entenderás que andas perdido. Y tal vez sea demasiado tarde para deshacer un camino que olvidaste. Este es ningún lugar. Ese al que pocos llegan. Y quienes lo hacen, andan como tú, esperando a que una blanca puerta que se confunde entre blancas paredes se abra. Las plazas son blancas, y los pocos columpios teñidos por el paso del tiempo, apenas se mecen con un viento también blanco que se encarga de volver a pintar los desconchados. Una vez llegues a este lugar, no preguntes. Nadie tendrá respuestas que calmen tu sed. Y como tú, sentirán que el peso de esta vida les ahoga. Volverás a girar una calle tras otra, y

Debería haber entendido que el comentario de la chica que tras la mampara de cristal me ubicaba en una u otra fila, estaba envenenado. _Algún carné de estudiante? _No. Pero gracias. _Lo digo porque a veces se viene con alumnos y eso. _Tranquila. Y enarco las cejas asombrada al verla ponerse colorada. Sonrío y me encamino hacia la entrada. Apenas faltan cinco minutos para que la película empiece. Reconozco que no fue la mejor elección si me paro a pensar en esa sensación de ser un pez fuera de la pecera. A mi alrededor, sólo niñas que deben tomar alzadores para ver la película, y parejas de noveles amantes que no deben tener más de dieciséis años… Sólo espero estar sola en una fila, y así no tener que compartir apoya brazos con nadie… Veamos, estoy al otro lado y las filas están demasiado llenas para esperar que estas pre adolescentes se acomoden, así que ni corta ni perezosa, bajo hasta la primera fila, y me coloco en el otro lado de la sala. Fila diez. Asiento doce… ( A d

Debe ser que soy más masoca de lo que creía. Y eso que algunas mujeres eso lo pensamos demasiado a menudo. Tras mirar la cartelera, me decido por Moccia. Reconozco que mi lectura no es demasiado profunda. Si leyera más profundo, no saldría del pozo, o no lo haría a diario de casa, o un sábado tarde no iría al cine. Sigue dándome miedo. Sólo quería distraerme tras llevar dos días pensando que pasaré el fin de año sin mi peque. Será el primero, y no me gusta la idea aunque me obligue a aceptarla. Ya te dije que odiaba este mes. O tal vez odie mi asquerosa forma de ser. Esa que consigue que siga sin apetecerme estar entre demasiada gente, sean éstos o no de la familia. No logro sentirme a gusto del todo… Odio el falso espíritu que te lleva a reunirte con gente a la que llevas meses sin llamar o ver. El espíritu que hace que sigas viéndote crecer en diferentes espejos que vienen a enseñarte quien esperan que seas. Quién quieren que seas. Y os recuerdo que soy la rara. O a

Es tarde. He logrado evitar ponerme a escribir hasta ahora. Y seré breve no vaya a delatarme, que tengo el corazón seco en la boca y las palmas de mis manos sangrando… Apenas sé qué intento evitar que conozcas. O qué espero que el ovillo de mis palabras te haga saber. Probablemente nada. Qué más da lo que tenga que decirte. No es una buena noche. Tampoco es mala. Bien es cierto que no entro a quejarme de nada o nadie, no vayan a culparme quienes se creen con derecho a leer y hacerse una idea prematura de lo que guardo… Llevaba un tiempo sin escuchar a Quique González. Lo hice anoche porque al pasar por casa de Dae, ella me lo recordó… Debía haberme saltado ese post, porque vuelvo a andar segura de por qué dejé de escucharlo… No creo que ni yo me entienda esta noche, así que no te pediré que intentes hacerte una idea de nada en concreto, que es en cierta manera, lo que me lleva a teclear de manera rápida, no para no olvidar la fracción de segundo que me dibuje nada, sin

Y es que debo andar revuelta como el tiempo. Eso, y que también estoy hasta el moño de ser políticamente correcta con demasiados soberanos “ gilipollas”. O lo mismo es que ando ovulando de nuevo. O que Saturno ha decidido irse de puente abandonando al azar mi desastroso orden cósmico… Sea como sea, este post puede herir la sensibilidad de algunos, así que le acompaño a la salida si así lo desea. ( Clique sobre la equis que tiene en el margen superior derecho,sí, esa, la que se encuentra dentro del cuadradito rojo)... Si por el contrario decidiera quedarse porque muy en el fondo, y aunque se niegue a reconocerlo, es usted un morboso del cuarto al quinto, sepa que no pienso ser demasiado comedida con mis palabras y/o expresiones, por lo que le invito también a que vaya olvidando a quién creyó reconocer en anteriores lecturas… Lo de que vuelve a ser viernes lo obviaré, por la sencilla razón de que muy probablemente, esto no lo leerá usted hasta pasado el martes noche. (Feliz pu

Salgo de la ducha envuelta en la enorme toalla gris. Una blanca recoge el pelo. Momentos antes, tras exfoliar la piel y dar un buen masaje al cuero cabelludo, recordaba lo que sólo momentos antes. Me había dado por pensar en alguna ocasión, que la tarde menos pensada, iba a encontrarte escondido tras la esquina o sobre uno de los escalones que bajan hacia la entrada de la casa… Debe ser por eso, que estando en estas fechas ( y aunque los últimos años haya dejado por completo de creer en ellas), me decido a seguir soñando, y quién sabe... Quién no te dice que lo mismo la noche menos pensada, y pasadas las once, tras haber vuelto a salir de la ducha envuelta por completo de vaho, mientras las velas danzan en la penumbra del baño, tras haber desenredado mi largo pelo rizado, tras haber acariciado mi piel de arriba abajo, esparciendo sobre ella la crema hidratante con olor a cereza salvaje, tras haberme vestido con la vieja y destartalada camiseta y el pantalón gris del pijama que