AGUA, METAL Y AIRE QUE CONVERTIR EN LLAMA...
Tres lunas que acaban siendo dos…
La tercera desapareció finalmente entre la oscuridad del propio día, el hastío de mis ojos y el tiempo que se repliega sobre las palmas de tus manos…
A la Selene de la primera noche la recuerdo de piel. Vestida de minúsculas partículas de luz donde se reflejan tres mareas de fuego…
Hubiese sido el fondo en blanco y negro perfecto para titular este post, pero no supe pedirte nada…
_Nunca quieres nada?
_No.
_Por qué?
_Para qué voy a pedirte que me des algo que no tienes, no puedes, o no quieres?...
O lo mismo sí puedes.
Y sí tienes.
Y sí quieres…
Qué tontería…
No puedes.
Y tampoco me apetece entrar en contienda esta tarde noche que me restáis Ella y tú…
Así que no pido nada.
…
Te propongo un plan y ya luego me cuentas…
La piel bañada del ocaso de la luz se tornaba cueva de azúcar…
Sobre la que poder bailar manteniendo en alto los pies…
Otorgándome el poder sobre todo su territorio.
Y lo hice mío.
Mientras admiraba tu derrotado cuerpo…
Sobre el que caminé de puntillas.
Para dibujarle sólo las alas de mis libélulas…
Y las zanjas de media historia.
O puede que sólo un cuarto…
Mis dedos me guiaron sobre algunos de los pedacitos en barbecho…
Y acabaron encontrando la ceniza sobre el barro…
Me decían hacia dónde moverme, y cómo…
Así que no tardaron en mezclar las cenizas, las piedras y toda la tierra húmeda.
Noté como poco a poco la mezcla ascendía por las manos brazos arriba.
Elevándose cuello arriba para luego descender la cartografía de mis pechos…
Erizando toda la piel bajo mis manos, y el vello de tu nuca…
Y me encontré sobre el embarcadero de tu abismo.
Guiando tus pasos.
Permitiendo que tu boca se aferrara a mi cuello…
Que tus manos recorrieran el barrizal de tu cuerpo al contacto con el mío…
Pudiendo darle nuevo nombre a cada uno de los elementos…
Mientras se gritan palabras que van a clavarse como alfileres …
En cada una de las cicatrices del rostro.
En cada uno de los cruces o cambios de rasante de una desconocida anatomía…
Y es tras pasar por cada una de las manos, que el elemento cambia.
Sea el que sea.
Y entiendes que es posible que el agua acabe abrasándote.
Que seas capaz de dormir sobre el frio metal...
O incluso que el aire te acompañe, no para robarte segundos o alientos, sino para quedarse por siempre secando el barro sobre tu pecho y mis manos.
Sobre tus manos, mi pecho y el labrado, abonado y cultivado sexo…
Sin luna o marea...
Ni necesidad alguna de pedirte nada.
Sean Felices.
Ciao.
;-P
¡Ostras! ¡Qué pasada de entrada! Te ha quedado redonda!
ResponderEliminarLo que dices del agua y cómo ésta quema, OhMayGad! Es la misma sensación que tuve yo al escribir, hace unos días, un post que se titula, "Oro azul, quiero ser..." Porque la añoranza verdadera quema, como el hielo quema, como la risa suena, a veces a vidrios rotos, o como la mano de un desconocido en un día de frío y agonía tiene la firmeza que nunca la del amigo tuvo -- aquí extrapolo un pelín al poeta, a Octavio Paz--.
Un post sublime, Heidi, y la foto tb. muy bien seleccionada.
A ver cuándo nos ponemos, pero de verdad, a escribir esa novela a cuatro
manos... Mira que mañana me reúno con los de la editorial (por si quieres que les comente algo).
Bueno, preciosa, paro de enrollarme, que no te quiero aburrir con mis mega largos comentarios.
Muchos besos y mil sonrisas y continúa, please, escribiendo así,
Amber
_Para que voy a pedirte que me des algo que no tienes, no puedes, o no quieres?...
ResponderEliminarO lo mismo si puedes.
Y sí tienes.
Y sí quieres…
Qué tontería…
No puedes.
¡¡¡JODEEEERRRR!!!
Preciosa esta entrada...
Pasate mañana por mi casa a recoger las rosas que quieras... BESOS.
"En cada una de las cicatrices del rostro.
ResponderEliminarEn cada uno de los cruces o cambio de rasante de una desconocida anatomía…"
Me has dejado sin palabras, no puedo comentar tu post, algo ha cortocircuitado dentro de mi cerebro y no me salen como quisiera.
O lo que es lo mismo...
ResponderEliminar¿Para qué arreglar algo que no está roto?
Espero que el agua no acabe abrasándome. No hasta que Nahuel saque el disco. O que Jezulín pida la prueba de paternidad.
¿Viernes Santo bien, maifren?
Besos con canciones.
Amber preciosa, leí el post. Me gustó mucho.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo grande.
Cuídate.
Besos.
Ciao.
GROUCHO gracias por las palabras.
ResponderEliminarRecuerdas el post en el que hablabas de tu peque, tus cuentos, y el título que ésta le pondría a su libro?...Pues ya sabes...
Pasaré mañana por tu blog, pero sólo para admirar tus rosas.
Están perfectas donde están.
Un abrazo grandote.
Gracias.
Cuídate.
Ciao.
;-P
ESPERA, lo siento.
ResponderEliminarNo era mi intención, aunque reconozco que nunca me llevé bien con las tecnologías...Todavía recuerdo la máquina de café del instituto,que no me servía el chocolate como al resto de mortales, sino que me lo escupía encima el día que decidía ponerme el mono tejano blanco...
Espero que el cortocircuito se arregle pronto.
Pásame el recibo si fuera necesario.
Quedas invitado a un café. No prometo arreglar el desaguisado, pero lo intentaré. ;-P
Gracias.
Cuídate.
Ciao.
;-P
LARISA de veras hay pruebas de paternidad de por medio?
ResponderEliminarMi Viernes Santo lo pasé trabajando, pero tras seis días, tengo a mi hombrecito en casa. Podré pegar ojo tranquila esta noche. Lo malo es que acabé los gubblins...
Mañana lo mismo bajo a Las Ramblas a ojear letras, si lo encuentro te lo rapto.
Ya luego te aviso y pasa a buscarlo.
Un besote preciosa.
Cuídate y anímateme!
Ciao.
;-P
No guardas recuerdo de la otra luna?
ResponderEliminarNANDU guardo recuerdo, claro. En el anterior post. Rita y yo estuvimos viendo la Copa del Rey.
ResponderEliminarCuídate.
Gracias.
Ciao.
;-P
Un café lo arreglaría, de hecho, la OMS recomienda el café para los cortes urbanos de luz. Si es que...
ResponderEliminarPaso a buscarlo. ¿Me lo raptaste?
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