LAGOS...( 23 DE FEBRERO DE 2010)
Ando sentada frente a la barra. Ante el humeante café con leche. Necesitaba salir de casa.
No hay manera de encontrar un huequecito en el que hallar paz. Probablemente la tormenta la lleve dentro, y porque es ella sola la que maquina las emociones, me temo que hasta que no llegue la calma no habrá lugar.
Reconozco que estar en medio de una de ellas me incita a escribir, y sólo espero levantarme la mañana menos pensada sin nubes sobre mi vida, y escribir en calma. Encontrando luz sin necesidad alguna de verla en las estrellas que el cielo me muestra en plena noche.
Tengo la sensación de que cada movimiento me acerca más al fondo de un lago del que no atisbo a ver su orilla.
Trato de alcanzarla pero percibo el cansancio en mis extremidades.
Mi agotada respiración me imposibilita gritar a quienes en ella se encuentran, y decido dejar de luchar para dejarme llevar por las mareas.
Me hundo una y otra vez, y sólo cuando un rayo de luz consigue atravesar las turbias aguas, lucho contra mi misma para alcanzar de nuevo la superficie.
Sabiendo que tarde o temprano volverán a entumecerse mis manos debido al frío.
Intentar sobrevivir no siempre es fácil.
Vivir ya no lo resulta.
Y sólo siento la obligación de hacerlo una y otra vez, y otra, y otra…
Siento que tengo las de perder por enfrentarme a la lucha con una armadura pequeña, herida y asustada.
No quiero preguntarme hasta cuándo seguiré así, ni si dejaré de sobrevivir el día menos pensado, y empezaré a palpar una vida que lejos de parecer flotar, se hunde cada vez que intento rozarla…
Estoy segura de que este pensamiento sólo me puebla hoy porque ando intentando sobrevivir en medio de otra de las tormentas…
No hay manera de encontrar un huequecito en el que hallar paz. Probablemente la tormenta la lleve dentro, y porque es ella sola la que maquina las emociones, me temo que hasta que no llegue la calma no habrá lugar.
Reconozco que estar en medio de una de ellas me incita a escribir, y sólo espero levantarme la mañana menos pensada sin nubes sobre mi vida, y escribir en calma. Encontrando luz sin necesidad alguna de verla en las estrellas que el cielo me muestra en plena noche.
Tengo la sensación de que cada movimiento me acerca más al fondo de un lago del que no atisbo a ver su orilla.
Trato de alcanzarla pero percibo el cansancio en mis extremidades.
Mi agotada respiración me imposibilita gritar a quienes en ella se encuentran, y decido dejar de luchar para dejarme llevar por las mareas.
Me hundo una y otra vez, y sólo cuando un rayo de luz consigue atravesar las turbias aguas, lucho contra mi misma para alcanzar de nuevo la superficie.
Sabiendo que tarde o temprano volverán a entumecerse mis manos debido al frío.
Intentar sobrevivir no siempre es fácil.
Vivir ya no lo resulta.
Y sólo siento la obligación de hacerlo una y otra vez, y otra, y otra…
Siento que tengo las de perder por enfrentarme a la lucha con una armadura pequeña, herida y asustada.
No quiero preguntarme hasta cuándo seguiré así, ni si dejaré de sobrevivir el día menos pensado, y empezaré a palpar una vida que lejos de parecer flotar, se hunde cada vez que intento rozarla…
Estoy segura de que este pensamiento sólo me puebla hoy porque ando intentando sobrevivir en medio de otra de las tormentas…
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