QUIÉN NO TE DICE?...
Salgo de la ducha envuelta en la enorme toalla gris.
Una blanca recoge el pelo.
Momentos antes, tras exfoliar la piel y dar un buen masaje al cuero cabelludo, recordaba lo que sólo momentos antes.
Me había dado por pensar en alguna ocasión, que la tarde menos pensada, iba a encontrarte escondido tras la esquina o sobre uno de los escalones que bajan hacia la entrada de la casa…
Debe ser por eso, que estando en estas fechas ( y aunque los últimos años haya dejado por completo de creer en ellas), me decido a seguir soñando, y quién sabe...
Quién no te dice que lo mismo la noche menos pensada, y pasadas las once, tras haber vuelto a salir de la ducha envuelta por completo de vaho, mientras las velas danzan en la penumbra del baño, tras haber desenredado mi largo pelo rizado, tras haber acariciado mi piel de arriba abajo, esparciendo sobre ella la crema hidratante con olor a cereza salvaje, tras haberme vestido con la vieja y destartalada camiseta y el pantalón gris del pijama que compré dos tallas más grandes, tras haberme sentado en la cocina para tomar el último café, leyendo la agenda del cole del peque, la receta de algún libro de cocina, o la noticia de un viejo periódico que se haya extraviado sobre el carrito de madera, tras haber limpiado las gafas con la camiseta, y haber recogido los platos que quedaron secándose sobre el mármol, tras todo eso, la noche menos pensada, tus nudillos no acaricien el cristal, y al abrir te encuentre.
Y que tu índice no se pose sobre mis labios prohibiéndome hacer preguntas…
Y tras él tu boca...
Mientras tus brazos me aprietan con fuerza, y con la pierna cierras la puerta.
Y apenas un segundo después tu mano deslice la tira del sujetador dejando el hombro al aire.
Y yo incline mi cuello para darte espacio…
Quién no te dice que lo mismo me encuentre bailando medio desnuda mientras con los ojos cerrados y tu boca recorriendo mis pechos me deje guiar hasta delante de la chimenea, notando el calor a mis espaldas…
Quién no te dice que no sea una de esas noches en la que escuche a Norah Jones mientras miro el techo…
P.D: Debe ser que me sigue pudiendo la prudencia, y aunque ya no crea demasiado en nada, escribir, de vez en cuando, me mantiene a flote y me hace seguir adelante…
Ciao.
;-P
Una blanca recoge el pelo.
Momentos antes, tras exfoliar la piel y dar un buen masaje al cuero cabelludo, recordaba lo que sólo momentos antes.
Me había dado por pensar en alguna ocasión, que la tarde menos pensada, iba a encontrarte escondido tras la esquina o sobre uno de los escalones que bajan hacia la entrada de la casa…
Debe ser por eso, que estando en estas fechas ( y aunque los últimos años haya dejado por completo de creer en ellas), me decido a seguir soñando, y quién sabe...
Quién no te dice que lo mismo la noche menos pensada, y pasadas las once, tras haber vuelto a salir de la ducha envuelta por completo de vaho, mientras las velas danzan en la penumbra del baño, tras haber desenredado mi largo pelo rizado, tras haber acariciado mi piel de arriba abajo, esparciendo sobre ella la crema hidratante con olor a cereza salvaje, tras haberme vestido con la vieja y destartalada camiseta y el pantalón gris del pijama que compré dos tallas más grandes, tras haberme sentado en la cocina para tomar el último café, leyendo la agenda del cole del peque, la receta de algún libro de cocina, o la noticia de un viejo periódico que se haya extraviado sobre el carrito de madera, tras haber limpiado las gafas con la camiseta, y haber recogido los platos que quedaron secándose sobre el mármol, tras todo eso, la noche menos pensada, tus nudillos no acaricien el cristal, y al abrir te encuentre.
Y que tu índice no se pose sobre mis labios prohibiéndome hacer preguntas…
Y tras él tu boca...
Mientras tus brazos me aprietan con fuerza, y con la pierna cierras la puerta.
Y apenas un segundo después tu mano deslice la tira del sujetador dejando el hombro al aire.
Y yo incline mi cuello para darte espacio…
Quién no te dice que lo mismo me encuentre bailando medio desnuda mientras con los ojos cerrados y tu boca recorriendo mis pechos me deje guiar hasta delante de la chimenea, notando el calor a mis espaldas…
Quién no te dice que no sea una de esas noches en la que escuche a Norah Jones mientras miro el techo…
P.D: Debe ser que me sigue pudiendo la prudencia, y aunque ya no crea demasiado en nada, escribir, de vez en cuando, me mantiene a flote y me hace seguir adelante…
Ciao.
;-P
Cara Heidi:
ResponderEliminarTe ruego que NUNCA, nunca dejes de soñar... Si nos quitan los sueños ¿qué nos queda, entonces, en el difícil oficio y ejercicio que vivir supone...?
Tu angelote seguro que está síper, requete orgulloso de su bella y cariñosísima mamá.
Be7s plens de somnis placenters,
Amber