PERMÍTANME...

Y es que debo andar revuelta como el tiempo.
Eso, y que también estoy hasta el moño de ser políticamente correcta con demasiados soberanos “ gilipollas”.
O lo mismo es que ando ovulando de nuevo.
O que Saturno ha decidido irse de puente abandonando al azar mi desastroso orden cósmico…
Sea como sea, este post puede herir la sensibilidad de algunos, así que le acompaño a la salida si así lo desea.
( Clique sobre la equis que tiene en el margen superior derecho,sí, esa, la que se encuentra dentro del cuadradito rojo)...

Si por el contrario decidiera quedarse porque muy en el fondo, y aunque se niegue a reconocerlo, es usted un morboso del cuarto al quinto, sepa que no pienso ser demasiado comedida con mis palabras y/o expresiones, por lo que le invito también a que vaya olvidando a quién creyó reconocer en anteriores lecturas…

Lo de que vuelve a ser viernes lo obviaré, por la sencilla razón de que muy probablemente, esto no lo leerá usted hasta pasado el martes noche.
(Feliz puente!)
Puesta a obviar, lo haré también con la hora.
Siempre escribo de noche, por más que el reloj de mi blog ande a su rollo, y decida ponerle la hora que le sale de los cojones.

Y tampoco le diré qué música escucho. Ya la debe conocer sobradamente.
Así que iré al motivo concreto, intentando desviarme poco del tema.
( Que también sabrá usted que es imposible.)


Todo comenzó esta mañana a las siete y cuarto cuando sonó el despertador, y tras levantarme de la cama, encontré sobre ella, la piel de clementina dulce que me vestía hasta anoche mismo.
En su lugar, una amarilla y con olor a cítrico.

(Si en este mismo instante me imagina como un dibujo animado cuyo marido es un gordinflón espantoso, hágaselo mirar amigo. Si por el contrario me ha visualizado siendo un limón, …)

Así que ya imaginarán también porque son personas inteligentes, cómo ha acabado mi día, que es más o menos como vengo contándoles que acaban desde que levanté la persiana para ustedes, completos desconocidos algunos, que de vez en cuando, se detienen ante el cristal, ojean, los más osados hasta dibujan, y luego se van…

Antes de que se me olvide, por eso de no saber si esto va a acabar como el rosario de la aurora, permítanme también agradecerles que sigan ahí.

En realidad este post, es para descargar lo que esta noche me llena, y créanme si les digo que no sabría definirlo, así que juzguen ustedes mismos…

ESTOY HASTA EL MOÑO ( por no hacerles recorrer demasiado la geografía del cuerpo femenino hasta dar en el clavo con el lugar al que me refiero) DE MI ASQUEROSA DIPLOMACIA Y DE SER POLÍTICAMENTE CORRECTA CON LOS SOBERANOS GILIPOLLAS QUE SE CREEN EN EL DERECHO DE AGUARME UN DÍA Y OTRO Y OTRO!!!!

Oigan pues miren… Parece que funciona…Ya estoy más…Me siento menos…

( No se lo estarán creyendo verdad?...)

Incrédulos!

Hasta el moño de que algunos piensen que trabajo por gusto.
Hasta el moño de que otros me cuadren calendarios para tener todos los puentes, y fiestas de guardar para sí mismos, y yo sea tan estúpida de no haberlo visto antes, porque como no soy así, pienso que el resto tampoco…
Hasta el moño de sentir que a diario me exprimen como a una naranja,motivo por el cual, mudo alguna que otra noche la piel, que queda seca, sobre las frías sábanas…

Hasta el moño de ser como soy y no cantarle a más de un desgraciado la cartilla.
Harta de ser sólo a ratos.
Harta de que crean que ni siento ni padezco.
A estas alturas, algunos me dan por perdida…
Deben pensar que siendo una divorciada más, he pasado sin quererlo a engrosar la lista de amargadas…

Y puede, no lo sé, no soy demasiado objetiva conmigo misma, saben?
Pero les aseguro que no andaría en esa dichosa lista, si algunos dejaran de joderme la vida…

Dejen que les diga algo.
Antes no era así.
No sé qué me hizo cambiar, y cuando volveré a mutar.

Lo cierto es que no ando demasiado interesada en repasar cada uno de los segundos hasta dar con el que lleva la marca.

Y ando mirando mi piel por si cambiara de color, y se tornara verde…

Soberanos gilipollas con los que me crucé hoy, pues veamos…
Uno, dos, tres, la cajera cuatro, cinco, seis, siete, ocho…

Pero sólo pienso hablarles de uno.
Del mayor.
Lo haré como ya saben, de manera poco clara, indirecta e intentando esconder las palabras que no paladee bien.

…Porque debe ser lo más normal del mundo y lo mismo, la rara soy yo, pero no me pesa el tiempo, y en ocasiones lo deseo de una manera en que tú no podrás…
Nunca.

Te molesta.

Y eso jamás me ocurrirá a mí.

No lo ves ahora, y sólo espero que él abra los ojos un día.

Créeme que pagaré yo el más alto precio, por habértelo dado.
Porque debí imaginarlo.
Porque no lo merece.
No lo mereces.
Y entonces, siento decirte que me molestaré en hacerle saber.
Déjame sólo que responda a tu contundente afirmación…

Siempre.
Lo has hecho siempre…

El mayor de mis gozos, saber que no aprenderás nunca a soportar ese peso.

Podrás pensar que soy la mayor de las cabronas…

Eso ya no debería molestarte.
Me gustaría desearte que seas feliz, pero me consta que ya lo eres y que no necesitas mis deseos.

P.D: -Cuándo le he fallado a mi hijo?
...

_Siempre enorme capullo. Le has fallado siempre.

Ciao.

;-P