EL PATITO FEO QUE NUNCA LLEGÓ A SER CISNE...


O de por qué Natalie Portman levantaba el Óscar en la pasada gala…

Si tuviera que quedarme con una, sin duda alguna sería Polina.

Recuerdo mi primera clase. En aquel garaje que se había habilitado como sala de ballet.
El frontal lleno de espejos y el resto de las paredes con las barras y espalderas que hacíamos servir para hacer los ejercicios.
Algunos póster colgaban de las paredes, y veía en ellos a niñas con largos tutús y “ mallots” blancos…
Sin saber demasiado bien por qué, o tal vez porque el dinero no alcanzaba, en aquella primera vestía uno de color lila que me habían prestado, e iba sin medias blancas porque para mis once años, y la largura de mis piernas, necesitaba una para novia, y eran demasiado caras.
Las zapatillas de media punta, y lo poco que tardé en pedirle a mi profesora que me grabara en una cinta la música de cada ejercicio que repetía de memoria en casa mientras hacía las camas o fregaba el baño…
Y el primer festival casi a escondidas de mi madre porque no quería que lo hiciera. Y el castigo luego, cuando se enteró. Y coser todas las lentejuelas. Una a una. De color rojo. Sobre cada uno de los siete picos de la falda…
Y luego el tutú blanco.
Y los nervios.
Y la música.
Y la negativa a que siguiera yendo a clases cuando decidieron pasarme a puntas unos años después…
Y tomar las de alguna compañera, y sin atármelas siquiera, probar a ponerme sobre ellas.
Y cogerme a la barra y entonces saltar sobre uno de los pies, ante la atónita mirada de la profesora…
Y probarlo luego de cara a los espejos, sin puntos de apoyo.
Ante la atónita mirada de la profesora y la de algunas madres que se arremolinaban en la puerta…
Y el Lago de los Cisnes…

…Si alguno ha visto la película de Billy Elliot seguramente se habrá quedado con la mejor y más descriptiva frase que éste pronuncia cuando está delante del consejo de sabios artríticos que le hace la prueba…

Y siempre he creído, que cada uno de nosotros tiene una manera única de observar, admirar, sentir o hacer suya la belleza. Una que es mayor que las demás.

Años después sigo sintiéndola como la única manera de despertar la perfección perdida. El sueño roto. No poder hacer entender que era la única manera de poder volar o de sentir que vestía plumas blancas…

( ME LO PAECE A MÍ O ME PUESTO DUN ÑOÑAS QUE LO FLIPO SOLA???!)

Bueno… Pues nada. Que eso. Que me alegro de que hayan personas que trabajen hasta el punto de transmitir como lo hacen.
Y que el vestido que llevaba era más mono que el de Galliano. Fijo.



P.D: Cuándo repetimos cine?...

Ciao.

;-P

Comentarios

  1. Lo corroboro: te has puesto ñoña. Pero eso no es malo, jamía. Cuando el universo cursi amenace, recuerda que Justin Bieber perdió 80.000 seguidores en Tuiter nada más cortarse el pelo. Entonces te sentirás mejor.

    Mi capacidad innata para carecer de ritmo y coordinación me llevó a no pisar jamás de los jamases una sala de ballet. Quizás por eso me dio por explorar la biblioteca de mi madre.

    ¿'Cisne negro' mola? He leído que entras a la sala con la expectativa de ver un peliculón y sales con ganas de copular. ¿Es eso cierto, my friend?

    Bicos de madrugá, con cubata en el cuerpo, con Tarot incluso. Biquiños muchos.

    (Ahora vendría un chiste sobre el Holocausto, pero no, para qué, pa cabrear y tal paso)

    ResponderEliminar
  2. ¡Que post Heidi! De noñas nada, ternura y sensibilidad amiga.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. A mí el cine me encanta, ya lo sabes, mi querida Heidi. Es fascinante estar dentro de él y ser parte de la trama, como verlo en la gran pantalla, que es como el (buen) cine se ha de ver... Así que no me importaría nada, nada ir un día contigo al cine, eso sí, tendría que ser siempre en V. O., las extranjeras, de habla no hispana, se entiende.

    Por cierto, me ha encantado este post, es delicado y deliciosamente emotivo. A mí no me parece ñoño, para nada. Es más, me trae excelentes recuerdos y similitudes de mis 6 años de ballet en el Liceu. La penosa más grande fue cuando, con 14 añitos, me dijeron que a pesar de ser la mejor alumna no podía continuar, por un tema de estatura, pues ya en aquella época era muy alta y delgada, no en vano hoy mido cerca del metro ochenta...

    En fin, creo que la profe substituta me cogió manía. Una lástima, pues el ballet era mi pasión.

    Tendré que ir a ver "Black Swan". Y sí, es muy positivo eso de lo que cada ser humano podemos aportar a la sociedad.

    Petonets i mil somriures, preciosa,

    Amber

    ResponderEliminar
  4. Me he olvidado de comentarte que la foto me gusta un montón. Dice mucho en muy poco. ¡Me encanta que sigas poniendo fotitos!

    Abra7s,

    Amber

    ResponderEliminar
  5. Hoy he entendido la frase esa de "cortar las alas". A mí, de pequeño, me prohibieron leer durante un tiempo porque estaba tan abstraído que mis padres creyeron que me había convertido en un yonqui de las letras. También es cierto que me escondía los libros debajo de la mesa a la hora de comer, o me los escondía a la hora de ir a dormir... La felicidad distrae de las cosas importantes... luego, nos pasamos la vida buscando la felicidad... es curioso.

    Me ha gustado mucho tu post. Te he sentido volar sobre las puntas de tus pies.

    He viajado por tus letras, me las escondería debajo de la mesa a la hora de comer, las escondería debajo de las sábanas para seguirlas teniendo a la luz de una linterna.

    Somos emigrantes del país de los sueños. No si el país de la realidad es tan acogedor como dicen. A mí no me lo parece.

    Gracias por la manta.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MERECES...

CONSTELACIONES... ( 3 DE MAYO DE 2009)

QUÉ TEXTURAS PINTAN LAS NUBES?...