DÉJAME DECIRTE ( XIV )...
Déjame decirte…
O déjame guardar todo el silencio del mundo porque te juro que
a veces me siento culpable por ser quien soy, ser la madre de mi hijo y sentir
como siento.
Tengo la impresión de que una vez se cierre este círculo, ya
nadie va a poder abrirlo de nuevo. Nadie va a saber. Nunca…
Las herramientas a veces no funcionan, otras veces no son
las apropiadas, y me siento entre la espada y la pared forzando a mi hijo, y
tratando de hacerle entender sin plantearme demasiado bien si eso es del todo
posible, si no estoy prohibiéndole ser quien es en realidad solo para amoldarlo
a todo esto que nos rodea.
El viernes al recogerlo del Instituto vuelvo a ver esa mirada,
se acompaña con llevar los ojos anegados en lágrimas.
_No he elegido al lobo bueno…_me abraza y trato de calmarlo.
Le pido que me hable de lo ocurrido.
_Lo pone todo en la agenda…
Ojeo de manera rápida. A primera hora se ofreció para ayudar
a mover unos bancos en la clase de Educación Física, y una compañera le dijo
que él siempre estorbaba, así que era mejor que se apartara…mi teléfono suena.
No lo atiendo…
Finalmente se encaró con el compañero que había ganado,
gritándole en reiteradas ocasiones. “ que te den!”
Supongo que tratar de hacer entender a los otros como es, es
alterar las clases, y no debe entrar en sus planes.
Mi hijo debe en cambio entender a todos los demás…
En la clase de inglés creyeron que él había tocado su nariz en
el juego del “Simon says”, y no era cierto, así que decidió salir del aula
porque le podía la frustración, de que no lo crean, de que no lo escuchen, de
ver que no todos los adultos pueden entenderlo, o no tienen ganas de perder su
tiempo porque es lento explicándose…
Me cabreo, vaya si me cabreo. De nuevo conmigo, después con
mi hijo, y después cuando acabo de entenderlo todo, ya ni sé con quién demonios
ando cabreada. El camino a casa de los abuelos, es más charlar, decirle que no
está colaborando…puede hacerlo? Es capaz? Siente la culpa. Llora. El teléfono
vuelve a sonar.
El la persona que debe intermediar entre el centro y la
familia. La Inspectora viene el miércoles, y antes de eso es obligatorio y
urgente que mantengamos una reunión. No acabamos de cuadrar los horarios…
_” Yo no puedo perder más horas de trabajo. Suficientes
perdí la semana pasada. Fue muy complicada”
_”Pues que tenemos que buscar de cuadrarlo. Entienda que yo
no entro a trabajar hasta las 10 y el martes vendría a las 8 para entrevistarme
con ustedes. Hagamos todos un esfuerzo”
Más esfuerzos? Educar a un hijo requiere de tantísimo
esfuerzo? Y no, no hablo del que el resto de padres hacen…
Mi hijo apenas come porque no dejo de tratar de hacerle
entender que lo que los demás nos digan o nos hagan solo nos afecta si queremos
que nos afecte. Y que no debemos darle importancia a las palabras de los demás.
Ellos son libres de hablar, nuestra cabeza y nuestro cuerpo interpretan…deciden
hacia dónde llevar esas palabras…lobo malo, recuerdas? Y no puedo seguir
faltando al trabajo…lo entiendes?
Y trato de hacerle entender esto cuando a mis 41 yo aun no
he sido capaz de entenderlo o aceptarlo y ni siquiera sé si es justo…no creo
que sea que ellos deban amoldarse a nuestras vidas y dar solo problemas cuando
tenemos tiempo de atenderlos, menos cuando el tiempo es escaso, y las
herramientas que poseemos nos hacen complicada la atención…
Te prometo que la única terapia que me vale es escribir todo
esto no sé demasiado bien para qué. Que este blog debería quemarse el día más
pensado, porque es el resultado de vomitarlo todo para que dentro quepa algo
del aire que a día de hoy sigue sin entrar. No dejo de planteármelo una y otra
vez…
_No te pido que nunca tengas conflictos, pero plantéate esto
como un reto…un día, y luego otro, como si fuéramos hormiguitas, necesito que
me ayudes, Cariño. Tienes que poner una piedra hoy, luego otra, y otra…
Y sigo sin saber si ese peso que le cargo va a poder
hundirlo en algún momento, porque realmente no sea capaz, o no encuentre la
forma, esas que se le exigen.
Este fin de semana le ha tocado pasarlo con el padre, y he
tenido que salir a caminar para encontrar ese aire. Las obligaciones no hacen
que ese nudo convertido ya en agujero entre el pecho y el estómago desaparezca
ni un solo segundo…
Volvemos a hablar a su vuelta. Me pide palomitas tras la
cena…tenerlo al lado anestesia la ansiedad. Y me explica que ha hecho….y que ha
escuchado como la pareja de su padre decía palabras feas… " tu hijo ya puede irse para su puta casa"...no descarto lanzarme a la yugular de algunos en las próximas semanas...
…
Cuídense.
Sean Felices, o trátenlo al menos.
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