DÉJAME DECIRTE ( XI )...







Que me pongo a mirar el último post y hace casi dos años. Y no. No porque haya ido todo sobre ruedas y no hayamos tenido “ problemillas”, pero que el día a día y llegar a todo me tienen apartada de las teclas más de lo que me gustaría.


Que sus tres últimos cursos los hizo en el mismo cole, y los dos últimos tuvo la suerte de que abrieran USEE ( Unidad de Soporte Educativo) en el centro, y pudimos contar con buenas profesionales.


Que cuando te avisan de que tu hijo tiene que empezar la E.S.O te entran todos los males, porque llevamos los cambios fatal de los fatales, yo lo veo más inmaduro que un pollito antes siquiera de ser huevo, y uffff, es demasiado joven.


Y vuelta a plantearme la idea de educarlo desde casa.


_No mujer, no va a ser una buena idea porque tu hijo tiene pocas o nulas habilidades sociales que deben trabajarse en el centro y desde el centro, y de esto tú no puedes hacerte cargo.


_No quiero que el instituto sea un parking para mi hijo…


Y empezamos a tener reuniones.


_No lo veo preparado…


Reuniones para conocernos, hacer el traspaso desde un centro al otro con todo el material, el currículum y las anotaciones de las personas que han estado junto a peque estos últimos años de primaria.


No habrá libros ni material hasta que vean de qué manera responde, en qué materias y cuántas clases van a ser dentro de la USEE.


Y nos despedimos del colegio de primaria con una gran fiesta en la que ignoran a mi hijo hasta el punto de no incluirlo dentro de las fotos que les han hecho a todos los niños. Una de cuando empezaron en P-3 y otra de sexto. Me quejo al grupo de madres al que pagué el material y me incluyen en un grupo de Whatsapp una noche antes de la gran fiesta, cuando el grupo lleva abierto desde el mes de octubre del curso anterior aproximadamente. No haré comentarios al respecto. Bueno sí, uno. El bulling empieza por los padres y madres que excluyen a mi hijo y me excluyen a mi como si ambos tuviéramos lepra.


_Y me han dicho que en la Cantina puedo comprarme un bocadillo…


_Elige un día de la semana que prefieras y te doy los 2€, pero date prisa en llegar a la Cantina o perderás el rato del patio haciendo cola y no podrás desayunar…


Va loco por empezar y yo me muero de miedo.





Si te pido que imagines algo?... seré breve, o voy a intentarlo, lo prometo.


Tienes un hijo que va en silla de ruedas y avisas al centro de sus dificultades para realizar las clases de Educación Física.


Y cuando llega la clase a tu hijo se le expedienta por no haber sido capaz de hacer el circuito como sus compañeros. No ha podido chutar la pelota de fútbol, ni encanastar la de básquet, o no ha sido capaz de saltar el plinton…


Sería injusto?


Diversidad que es tan necesaria como palpable en todas y cada una de las aulas de cualquier centro escolar mire uno por donde mire. Diversidad que en ocasiones pasa desapercibida por no ser física.


_He sentido envidia y rabia…


_Esa rabia se convirtió en ira, y actuaste mal enviando el mail a tu compañera solo porque tú no saliste elegido como delegado de la clase.


Le hago repasar el “Emocionario” para que encuentre esas emociones de las que le hablo.


El martes por la mañana recibo una llamada del instituto. Me avisan de que mi hijo ha cometido una falta grave por amenazar a una de sus compañeras vía mail.


Deben expulsarlo. En principio serían tres días, pero como mi hijo ha colaborado y ha contado la verdad, serán solo dos…


Ha sido medido con la misma vara que el resto de compañeros.


No se nos ha dado tiempo a reaccionar, ni se ha hablado con nosotros antes de tomar esta decisión. No han tenido en cuenta que es un niño que padece Asperger, y que este trastorno se caracteriza por la imposibilidad de empatizar, crear relaciones sociales, o entender siquiera que son las malditas emociones o cómo debe hacer para entenderlas, hacerlas suyas, y actuar de manera responsable.


No se nos ha dado la posibilidad de explicarle por qué estaba mal, se ha actuado, dejando a un lado que desde el mismo martes, mi hijo tiene tanto miedo de haber mandado ese mail, que apenas come, apenas habla, y siente una culpa que lo lleva a estar triste…


_En cuanto llegues a casa enciendes el ordenador y me enseñas ese mail.


Y lo hace nada más llegar a casa, enciende el ordenador. Y busco en la bandeja de entrada, en la de salida y en la papelera. No hay nada.


_Es que pesaba mucho y decidí borrarlo…


_O eso o es que ya sabías que no estabas actuando bien…


Baja la mirada. Sabe que no ha hecho bien. A la mañana siguiente pido copia de ese mail al instituto. Quiero saber qué ha escrito. Y trabajar palabra por palabra esa rabia y esa envidia que lo han llevado a actuar así. Es día de huelga y la directora no sabe de lo que le hablo. Le dejo mi mail y le pido por favor que me lo reenvíe.


Más de 24 horas después y con mi hijo ya expulsado, no encuentro la manera de trabajar sus emociones porque no sé qué demonios hay en ese mail, ese que ha mandado a una compañera con la que ha compartido sus últimos tres años de primaria, y que en teoría lo conoce.


_He pedido copia del mail que has mandado. Me lo darán el lunes.


Puedes y quieres adelantarme algo de lo que escribiste? Piensa que el lunes me lo darán y lo veré, así que lo mejor es no mentir…


_Le dije que no se creyera mejor que yo por haber salido elegida delegada. Le puse algunos emoticonos y le dije que ahora era ella contra mi…


_Algo más?


_No que yo recuerde.


_Ok.





Tengo en casa a mi hijo, que no puede entender qué ha pasado por más que trate de explicárselo, que siente una vergüenza atroz, porque está en ese centro para hacer uso de sus habilidades sociales, las pocas que pueda tener, para hacer uso de unas emociones que no puede ni entender ni reconocer, por haber escrito a su compañera un mail cuando la rabia y la envidia lo han llevado a actuar de la manera en que lo ha hecho. No veo ninguna amenaza en lo que me cuenta mi hijo. No la encuentro, y sí veo a cambio una mala práctica de aquellos que trabajan ahora con él, por no saber entender que esta reacción es la más normal en el caso de mi hijo.


Que no ha pegado, no ha insultado, ha enviado solo un mail, que no es algo reiterado, que no es algo que haga con maldad, que es solo que le puede que las cosas no salgan como él quiere porque lleva años intentando ser delegado, que debería haber tenido un apoyo ante esa posibilidad, que debería haberse trabajado desde antes, por si esto ocurría o por si no…


Las habilidades sociales en casa las tiene aprendidas. No son las que falla. Son las del centro las que deberían trabajarse, y me castigan a mi dejándome a mi hijo. Independientemente de si alguien puede quedarse con él, o de si debo llevarlo a trabajar conmigo como es el caso. Y lo castigan a él apartándolo de aquello que debe trabajar y arreglar que son las relaciones con sus compañeros, porque creen que esa es la mejor opción que pueden ofrecerle.


Sin darle tiempo a que asimile el castigo. De un día para otro y haciéndonos el enorme, Oh gran favor, de restarle un día a un castigo del que ni siquiera entenderá un solo día. Porque puede que tenga un currículum adaptado a sus necesidades académicas, pero no es suficiente si olvidamos que el currículum de mi hijo necesita una adaptación a un nivel emocional, que de momento no están poniendo en práctica.


_Creo que no va a ser buena idea que sigas dándome el dinero para el bocadillo porque no soy rápido y no me da tiempo a comprarlo…


_Y por qué no le pides a un amigo que sea más rápido que tú que él te lo compre?


_Porque no tengo amigos.


_Venga ya, yo creo que eso no es verdad, y seguro que si le pides a algún compañero que te pille el bocadillo, lo hará.


_Es que ellos no quieren hablar conmigo, mama, no lo entiendes?...

Y se me cae el alma a los pies, de nuevo...





Este el sistema en el que por cojones debo creer, porque lo más importante es que mi hijo trabaje sus habilidades sociales, sin darse cuenta de que la rabia, la envidia, la pena y la culpa también forman parte de ese enorme abanico con el que todos lidiamos a diario, seamos Asperger o no… y que para trabajarlas, lo menos indicado es apartarlo de ellas, hacerlo sentir culpable y negarle que lo que sea que siente, es normal y solo debemos aprender a canalizarlo… este es el gran sistema. El que no le da a mi hijo la oportunidad de trabajar las emociones a partir de haberlas sentido…

Cuídense.

Ciao.

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