DÉJAME DECIRTE ( XII )...
Déjame decirte que hay semanas en la que me gustaría ser un
puñetero avestruz, y meter la cabeza debajo de un montón de tierra, en un
agujero en cualquier lado, y pasar así todas las horas necesarias hasta que a
esta vida le dé por darle de hostias a otro, salir entonces corriendo y
esconderme tras algún matorral y permanecer allí un tiempo, lamiendo, curando,
cicatrizando las heridas, y reponiéndome de todos los golpes que en una semana
puedo recibir.
El lunes no llevo a mi hijo al instituto, debe ser que soy
una madre amargada, loca de atar y que va en contra del sistema, y puede, sí.
Ya ni sé.
Me lo llevo conmigo a trabajar y de camino de ida y de
vuelta, silencio completo. Solo me pide que le ponga a Vetusta Morla en la
radio. Lo miro por el retrovisor y lo observo triste mirar por la ventana. Soy incapaz
de entender de qué manera encender la tele y compaginarla con la TDT para ponerle
dibujos mientras trabajo. Se sienta en el sofá con la mirada perdida, y solo
sale de ese mundo de silencio cuando vuelve a llevar sus manos a la boca,
volviendo a repetir las estereotipias que hace tiempo parecía que habíamos
dejado de lado. No habla. No parece interesarle lo que ocurre alrededor. Solo
me mira cuando a media mañana le ofrezco un zumo.
_Falta mucho para irnos? Tengo que ir contigo a la reunión
del instituto? Estás enfadada conmigo?...
Llegamos al instituto y le pongo videos de gatitos que hacen
travesuras, eso lo calma.
Su tutora de la USE nos hace pasar a la sala de reuniones,
le presto el teléfono al peque y se queda fuera.
Os haré un breve resumen.
Desde la dirección del centro junto a sus tutoras, han
decidido que le mail no puede salir del colegio.
_Estamos a lunes. Entiendo que es una decisión interna, pero
cuándo pensaban comunicármelo? Obviemos ya que soy madre y tengo todo el
derecho a ver qué hay en ese mail y que ha sido el motivo de expulsión, o eso
creo…
_Estamos trabajando con peque independientemente de las
notas que pueda llevar a casa.
Esto lo dicen porque me he quejado de todo lo habido y por
haber, y las notas no iban a ser menos.
_Tomamos la decisión de expulsarlo porque no es la primera
vez que tiene salidas de tono y rabia que no puede controlar.
_En qué momento se me ha comunicado? Tienen mi mail, mi
número de teléfono, el fijo y el móvil, mi dirección, el teléfono del padre y
los abuelos. No debería haberse llegado aquí si hubiéramos podido trabajar
desde el minuto uno. Créanme. Y esto solo ocurrirá cuando entiendan que si
conocemos lo que ocurre, no vamos a sentirnos en desventaja.
Estamos trabajando.
_Ya. De manera unilateral, sin informar a la familia,
escondiéndonos lo que ocurre, y esperan que acepte la expulsión? No pienso
firmar nada que tenga que ver con esto, porque así accedo a que se piense y
crea que se ha actuado de manera correcta, y nada más lejos de la realidad.
_Hemos tenido en cuenta que su hijo es Asperger. La
preventiva contempla una expulsión que va de los 3 a los 20 días. En este caso
lo dejamos venir el miércoles y fue expulsado jueves y viernes… Creemos haber
actuado de la mejor manera posible.
_Discúlpenme, pero la mejor manera habría sido evitando
llegar a este extremo, porque no son conscientes de lo que llevo en estos
cuatro días, ni de que constantemente mi hijo pregunta si sentir está mal, es
algo que deberían haber trabajado desde el centro y en el centro. Así que no.
No han tenido en cuenta las consecuencias. No han actuado bien.
Evito explicarles que llevo días apenas sin dormir
porque toda esta maldita mierda me consume cada vez un poco más. Ellos no van a
poder entender nunca que desde que mi hijo se escolariza a los tres años tengo
la sensación de pelear contra molinos de viento y que ni siquiera poseo una
lanza con la que poder defenderme. Que ya no es agotamiento, que no encuentro
de entre todas las palabras las que puedan definir mi estado de ánimo. No creo
tampoco que puedan entender cómo toda esta mierda afecta a todas las otras
diferentes facetas de mi vida. Que me colapso hasta el punto de perderle el
ritmo a todo.
Evito echarme a llorar porque estoy agotada y no quiero
parecer débil por más que a la mañana siguiente tenga que quedarme en cama
porque no soy capaz de pensar siquiera en ir a trabajar. Está saliendo toda la
mierda que llevo tragándome estos cuatro días.
Sintiéndome la mayor de las culpables, planteándome qué cojones estoy
haciendo mal, y cuál es la jodida salida…
Mi hijo decide volver al instituto la mañana siguiente.
Esta mañana, martes, me dirijo al centro para explicarle a
su tutora de USE que mi hijo lleva la calculadora en la mochila, que los libros
de la lista que me pasaron la tarde anterior ya están encargados, que tiene
algunos exámenes a lo largo de la semana y que mi hijo no sabe qué temario debe
estudiar. Les pido que por favor le aclaren qué debe estudiar.
La CAP d´estudis me pide reunirnos ante mi negativa a firmar
la expulsión de mi hijo. No me deja hablar, trata de atemorizarme avisándome de
que si no estamos de acuerdo, a mi hijo se le abre un expediente, y que ya que
vamos a ir a Inspección ( La noticia parece no haberles gustado y ha corrido
como la pólvora), esperan a que la Inspectora les diga si han actuado bien o no…
la miro a los ojos, mostrándome todo lo seria y sin dejar que la rabia me lleve
donde lo lleva a mi hijo al no poder controlarse. Es fría, le importa poco que
vuelva a quejarme de que no han estado a la altura, de que no han sabido evitar
la expulsión. Falta de docentes, cuadrar agendas, huelgas, todo vale para que no
hayamos tenido reunión antes.
Falta comunicación con las familias.
Finalmente vía Whatsapp me enseñan el mail. Escrito en un
texto de Whastapp. No se han molestado ni en fotografiar el mail. Hago lo
propio y fotografío ese mensaje lleno de emoticonos…
Me pregunto si todo esto es necesario. Si eso que me lleva a
mí a darme de bruces con esta vida una y otra vez, no es lo que va a salvarle
la vida a mi hijo. Si no es mejor ser incapaz de abrirse en canal con cada una
de las personas que vienen a formar parte ilimitada o limitada en nuestra vida…
_Necesitaríamos que nos diera las directrices que usted
utiliza para arreglar o ponerle solución a estos conflictos en casa.
_En casa no se dan estos problemas, se dan otros, los del
día a día. Y yo no expulso a mi hijo por no lavarse los dientes una noche, por
más que eso nos lleve a discutirnos una noche sí y otra también.
_Mujer entiéndame…
_No. Entiéndame usted. Aquí las psicólogas son ustedes, y se
nos ha juntado que mi hijo está haciendo uso de esa parte de su vida en la que
se encuentra que es la adolescencia. Anticiparse estaría bien…
P.D: Ojalá el día menos pensado tenga que dejar de deciros…ojalá.
Cuídense.
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