DÉJAME DECIRTE ( XIII )...
Déjame decirte, porque en ocasiones, las guerras también dan alguna que otra tregua.
Esta mañana a las ocho y cuarto recogía al padre de mi hijo
y nos dirigíamos al mismo lugar al que hace aproximadamente dos años y medio.
Desayunamos antes de llegar y le pongo al día de cómo han
ido las cosas para que durante la reunión con la Inspectora, no le vengan las
cosas de nuevo.
Otra familia llega antes que nosotros. La atiende la misma Inspectora. Esperamos más de una hora y media antes de que acabe la reunión con
ellos y pasa a atendernos sin siquiera hacer un descanso para tomar un café o
beber un vaso de agua. Mantenemos la entrevista en la misma oficina que la otra
vez.
Hubiese jurado por el nombre que me dieron, que sería la
misma mujer que nos atendió la otra vez. No es así.
De ella me llama la atención el color azul de sus ojos,
igual a los de mi hijo.
Esta mujer además parece tan calmada y pausada, que es capaz
de transmitirte eso mismo. Destila dulzura, una paciencia infinita y lo que
deben ser años de experiencia que se reflejan en la manera pausada y ordenada
de hacer preguntas y añadir notas en una libreta con fechas y flechas que llena
por completo.
Trata de mirarnos a los ojos cuando hablamos. En alguna que
otra ocasión la siento cercana porque andan inundándoseme los ojos y no soy
capaz de hacerlo de otra manera, y me transmite calma, e intenta acercarme un
pañuelo.
No da crédito a la manera en que se han hecho las cosas.
Debe ser madre. Me entiende. Supongo que de tener hijos, en
algún momento alguno ha tenido que dolerle como en esta pequeña oficina me duele
ahora a mí el mío….
Intento ordenar mis pensamientos, las fechas, las reuniones…lo
anota todo. Pregunta cuando cree que a mí se me escapa algo.
Le enseño la fotografía que le hice al teléfono de la
tutora, y en la que en un Whatsapp aparecía el citado texto que mi hijo mandó por
mail…
Sigue algo incómoda por las formas en que se ha llevado
todo.
Si han tratado de que mi hijo aprenda o entienda algo de lo
ocurrido, no lo han conseguido.
No han tenido en cuenta la manera en que iba a afectarle la expulsión, y
no solo a él …
Entiende por mis palabras que ando tan dolida como cabreada,
y que el agotamiento me lleva a seguir poniendo en tela de juicio este sistema
al que me hijo parece no hacerse. Le hablo de su nerviosismo, de su edad, de
aquello que lo bloquea. De que los gritos en los pasillos, o el timbre que
suena al finalizar cada clase… De que dentro de cada uno de los diagnósticos
del Espectro Autista, se esconde un mundo diferente en cada niño.
Le hablo de que se nos trate a todas las familias por igual
cuando no todas llevamos a la espalda la misma mochila de lucha, superación,
aceptación, duda, miedo, y sobre todo, soledad.
Me entiende, vaya si lo hace. Me lo dicen sus ojos. Tiene
unos ojos preciosos que calman y hablan…
Vuelve a explicarnos los pasos a seguir. Va a encargarse de
llamar al Instituto para contrastar la información y se pondrá en contacto con
nosotros quien deba hacerlo a partir de ahora… si mal no he entendido el
intermediario para actuar entre familia y centro, lo elegirá la Directora del
Instituto de mi hijo… esa mujer que no sabía de lo que le hablaba el miércoles
pasado, que decidió no enseñarme el mail, y que tampoco me lo comunicó…
Será imparcial. Eso me dice la Inspectora…
Salimos de allí para volver al punto de encuentro donde el
padre de mi hijo toma su coche.
_Eres una madre estupenda. Me gusta cómo estás haciendo las
cosas… ( estás haciendo…sola...soledad.)
_Voy a hacer lo que haga falta por no ver mal a mi hijo.
...Son las cinco de la tarde cuando paro para hacer un descanso y
actualizo mi mail…
Un mensaje de la tutora de la USE me avisa de cómo están
yendo estos días, los exámenes que mi hijo ha hecho, los que tendrá la semana
que viene, y de un pequeño altercado sufrido el martes a última hora en el
Instituto.
Traduzco literal:
"Su hijo se confundió de clase y subió al aula de dibujo
cuando debía ir a laboratorio. Parece que un compañero le dijo que se fuese del
aula en un tono no demasiado adecuado, su hijo se lo tomó muy mal y acabó
cogiendo al niño por el brazo y le dejó los dedos marcados. Una compañera del
departamento de orientación referente de primero de ESO ya habló con el chico y
también hablamos con su hijo. Le dijimos que ciertamente su compañero no se
había dirigido a él de manera correcta y que su respuesta tampoco había sido
correcta. Le dijimos que te lo explicara. Ayer le pregunté si te lo había
explicado y me dijo que no, que estaba pensando cuál era la mejor manera de
decírtelo y estuvimos hablando. No sé si a día de hoy ya te lo ha explicado.
Hoy volveré a pedirle que si no lo habéis hablado, te lo explique…"
...de todas las miradas que le he llegado a descifrar, quizá la
que más derrumba todas mis barreras y aniquila todas y cada una de mis
fortalezas es esa en la que puedo leerle: te estoy fallando, mamá…
Paso a recogerlo por casa de los abuelos, y cuando lo hago
bajar de la habitación donde ve la tele, me encuentro con esa mirada.
_Puedes sentarte y hablamos? _ Los abuelos y su tío escuchan.
No puedo arreglar esto en la soledad de mi piso, cuantos más seamos para
ponerle remedio, mejor.
_Ha pasado algo hoy en el Instituto? _ Piensa lo más rápido
que puede, lo veo mirarme confundido.
_Hoy no.
_Y ayer?
_Creo que tampoco.
_Y el martes que volviste al Instituto? _ Me mira esperando
que le dé más datos. _ A última hora?
_Sí.
_Es que verás, tu tutora me ha mandado un mail en el que me
ha explicado que tuviste algún problema. Podemos hablarlo?
_Sí. _ Me explica lo ocurrido.
Le hago algunas preguntas que creo que son necesarias para
entender de dónde le nace esa rabia.
_Qué pasa por tu cabeza mientras estás aguantando el brazo
de tu amigo.
_No lo recuerdo. No sé.
_Te das cuenta de que estoy peleándome con todo el mundo
para que te entiendan pero que tú tienes que intentar entender también este
mundo?
_Sí.
Lo cojo de las solapas de la chaqueta que ya se ha puesto
esperando a que nos vayamos.
_Esto es violencia. Yo te hago esto?
_No.
_Te grito?
_No.
_Pero podría hacerlo, verdad? Yo puedo hacer uso de la
agresividad también, solo que escojo no usarla porque no creo que sea la
solución a nada. La violencia es el arma de los débiles. Tu compañero no actuó
bien, el que iba despistado eras tú, pero tu reacción tampoco fue buena.
Actuaste igual que ese compañero. Podrías haberle pedido que dejara de
gritarte, podías haberle dicho que te habías confundido, podías no haber dicho
nada, o pedir disculpas por haber interrumpido, o haberte ido sin más, y
elegiste la peor opción._ Empiezo a darle herramientas, espero que las haga
suyas. _Asiente. Procesa…
De camino a casa sigo con mi perorata, contesta con la voz y
no solo sacando ese ruido gutural de su garganta. Lo tengo en el bote, y le
cuento la historia del lobo.
_Hay dos lobos dentro de ti. Depende de a qué lobo elijas,
las consecuencias serán unas u otras. Elige al lobo bueno, y lo verás todo de
una forma muy distinta. Los otros niños se acercarán a ti, tendrás amigos, son
muy importantes y vas a necesitarlos a lo largo de tu vida. Si eliges al lobo
malo, vas a seguir sintiéndote mal, y los otros niños decidirán apartarse…
Sé que no es fácil, pero deja de pelearte con este mundo por
no entenderlo, mira a los demás, observa, aprende, y deja de elegir al lobo
malo. Sabes? , para mí tampoco fue fácil estar en el Instituto. Tenía muchos
granitos en la cara, y se metían conmigo. No era buena estudiante y algunas
clases me aburrían mucho…Si?
_Sí.
Sabes que hay tres palabras mágicas que pueden ayudarte
cuando no te sientas bien?
_Cuáles?
_Esto también pasará.
_ Me abraza. _Cariño, no puedes seguir pelándote con el mundo, tienes que
aprender a vivir en él, y eso es lo que tratamos de hacer todos, enseñarte y
facilitarte el camino, pero tienes que poner de tu parte.
_Y pensar que esto también pasará.
_Eso es…Y elegir al lobo bueno._ Lo veo dirigirse a la ducha
con esa mirada de satisfacción de haber entendido lo que le he dicho. Volveré a
repetirlo hasta la saciedad y…
Cuídense.
Ciao.
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