DÉJAME DECIRTE ( II )...
...Podría pedirte que recordaras, pero además de estúpido
resultaría patético. No tienes, ni has tenido, ni tendrás jamás la obligación
de leer de cabo a rabo todos los textos que aquí voy dejando. Mucho menos entenderlos.
Si buscas en la etiqueta adecuada lo mismo te haces una
idea, y si no es el caso porque ni te interesa ni te lleva a nada, pues ya lo siento.
Igual consigo que este post resuma algo de los últimos nueve años en los que ser madre se ha convertido en una carrera de fondo, con la sensación de no llevar el calzado adecuado, o las mallas correspondientes, o el dorsal que pueda aclararme cuántos participantes hay corriendo la misma carrera que yo, o sin saber correr siquiera, y aun así, trato que mis pies sigan un camino que desconozco con los cordones de ambas bambas atados entre sí…
Igual consigo que este post resuma algo de los últimos nueve años en los que ser madre se ha convertido en una carrera de fondo, con la sensación de no llevar el calzado adecuado, o las mallas correspondientes, o el dorsal que pueda aclararme cuántos participantes hay corriendo la misma carrera que yo, o sin saber correr siquiera, y aun así, trato que mis pies sigan un camino que desconozco con los cordones de ambas bambas atados entre sí…
Añádele a esa carrera de fondo millones de obstáculos y la
falta de descanso, y tachán! Llegamos al día de hoy.
…Me he pasado las últimas dos noches sin pegar ojo. Me pasó
lo mismo hace un par de semanas, y siendo lenta ( eso lo sabrás hayas leído el
post que hayas leído), no lo he relacionado todo hasta hace unas horas.
He tenido suerte de estar sentada en una silla de plástico
bastante cómoda, en un habitáculo algo pequeño, aunque suficiente para contener una
mesa que hace las veces de escritorio, de mesa de dibujo y de superficie en la
que ir acumulando juguetes pequeños.
La pequeña ventana que se sitúa por encima de mi cabeza está
abierta dejando pasar algo de la brisa y el ruido que hay fuera. Ruido de
motores y cláxones sonando en ambas direcciones de una de las arterias de
Barcelona.
Reconozco haberme mostrado algo distante con la terapeuta durante
los primeros minutos de charla. He dejado allí a mi hijo y
tras cuarenta y cinco minutos, el padre y yo hemos regresado para que nos
pusiera al día acerca de lo que ha observado durante el juego y los ejercicios
que ha realizado con peque, teniendo en cuenta el amplio dossier ( 2 horas
para rellenarlo) que le hice llegar hace ya algunos días.
Recuerdo que estaba en el campo el día de la Mona bajo un
fuerte sol y tratando de entender y contestar todas y cada una de las preguntas
que en él había.
Apenas entrar de nuevo en aquel pequeño habitáculo y tras
los primeros cinco minutos de charla, dejo de oírla y un pitido desagradable
empieza a tomar forma en mi cabeza hasta inundarlo todo. Mi ex marido me
observa porque algo de mi respiración no acaba de cuadrarle…
_Se encuentra usted bien?
Solo atino a cerrar los ojos y llevar mi cabeza contra la
pared. Siento que estoy rápida al pensar que si no lo hago así, acabaré por
golpearme la cara contra la mesa. Es extraño. Literal. Siento como algo dentro trata de
salir. El malestar lo recorre todo y durante unos segundos pierdo la noción de
cuanto me rodea. Cuando logro abrir los ojos y reconocer dónde me encuentro, estoy
estirada en el suelo. Una de las sillas se encarga de mantener elevadas mis
piernas. Mi ex marido parece acojonado y la terapeuta acaba de ir a buscar un
vaso de agua y un sobre de azúcar.
_Ha ido a buscar un vaso de agua.
Asiento.
_Me ayudas a levantarme? Creo que ya he montado bastante el
numerito. _ Me muero de la vergüenza…
_Estás segura de no querer estar así un rato más?_ Niego
mientras me incorporo y paro en seco en el momento en el que noto la falta del
peso que me ha acompañado, evolucionado cual Pokemon y machacado el cuerpo y la mente en
estos últimos nueve años.
_Segura de que estás bien? _ Vuelvo a asentir, esta vez
sonriendo.
_Pues ya me explicarás luego qué cojones te hace tanta gracia,
porque yo no entiendo una mierda! _ Se ha enfadado.
Tras que todo vuelva a la normalidad en una sala en la que
los padres normales asisten a entrevistas normales, sin más, volvemos a retomar el hilo
de la charla.
Revisamos el dossier, hacemos hincapié en aquello que
desconocemos, y se nos explica de una forma sencilla y gráfica todo aquel
contenido del que en nueve años no hemos tenido noticias. Y son muchos. Se nos facilitan tantos papeles
como nociones han quedado expuestas durante la entrevista y se nos ofrece
también una guía ilustrada con todo aquello que debemos saber, y que va a ser
de utilidad para que podamos responder las preguntas y dudas propias y
ajenas.
Dos horas. Ese ha sido el tiempo estimado. Solo dos horas. Nos
dan pautas a tener en cuenta y pautas y aclaraciones necesarias y básicas que
debemos empezar a mover a la de ya! Esta terapeuta ha observado y clavado de cabo a rabo todo, y digo bien, todo lo que le ocurre a mi hijo.
Me pregunto si a lo largo de estos nueve años ha fallado el
tiempo o la dedicación de los profesionales. A lo largo de nueve años, caben
cuántas dos horas?
...Durante el primer año de vida de mi hijo y las muchas
visitas a su pediatra, y tras advertirle de que el niño no mostraba demasiado
interés por todo aquello que no fuera dormir y comer, nada. _“ Es un niño
tranquilo”. _Perfecto. Si lo dice el profesional, perfecto. Qué voy a saber yo
que lo único que quiero es ser madre, y lo soy. Novata pero lo soy. Todo y así,
me voy por el privado al mismo pediatra que tuve yo cuando era chica. Sus
palabras son las mismas.
_Yo solo he mirado la cartilla de vacunaciones y donde pone que con seis meses mi hijo debería realizar... y el caso es que mi hijo no reliza, pero si los profesionales lo ven bien...
Dos años y poco y mi hijo entra en una guardería privada
donde pido a la psicóloga que le eche un vistazo para descartar nada. No vaya a
ser verdad que realmente no haya nada de qué preocuparse, y yo esté más enferma de
lo que realmente parece, y esté tratando de ver en mi hijo alteraciones que no
existen. Como sigo siendo novata…pero es que en los libros que leo pone que un niño a su edad es capaz de realizar...y mi hijo a su edad no realiza...
_Es un niño muy tranquilo y risueño. No veo nada raro.
_Ya, pero es que hay cosas que mi hijo no hace para la edad que tiene.
_Tranquila. Es orientativo. Cada niño tiene su ritmo._ Que se lo digan al mío que empezó a caminar pasados los diecinueve meses!_ Es algo más lento. No hay problema en ello.
Hay problema? Pues no. No debería haberlo, a no ser que yo quiera que mi hijo sea perfecto, claro que yo no lo quiero, pero lo mismo...y claro, yo no me contento y por eso espero más...
_No sea usted tan exigente.
_Exigente? No, yo solo...es que creo que...
Detección precoz? Que es eso?
_Cambio de guardería a otra privada con dos años y ocho
meses. Más de lo mismo. Todo normal. Hasta que recibo a final de curso el cd
súper chulo y súper caro con las fotos de las actividades que se han llevado a
cabo a lo largo del curso en el que hemos podido aprender por fin a dejar el
pañal durante el día y hacer uso de uno
de esos mini retretes. Siempre el mismo dice la profesora, si lo pones en otro retrete, no hay manera
de que haga nada._Es de ideas fijas, jajaja...
En alguna de las fotos veo que están haciendo la fiesta del
papel de diario, del papel higiénico, del papel de pinocho, y busco a mi hijo. No aparece en apenas ninguna. Espera…eso que
veo…ese no es mi hijo? Sí. Aparece metido dentro de un mueble que parece un
cajón sin puertas, ajeno a todo. Sin prestar atención a nada, sin interactuar
con otros niños ni formar parte de la fiesta mientras se tapa los oídos. Vuelvo
a pedir que la especialista le eche un ojo.
_Tu hijo es un tesoro. Guapísimo, con esos ojos y ese pelito rizado, parece un angelote. Solo come y duerme. No
da problemas._ Cómo va a darlos si se pasa el día metido en un cajón y es feliz
comiendo, tras lo que después duerme?_ Es muy tranquilo y pachorra. _Adjetivo
que han utilizado muchos para detener mi neura, haciéndome creer que eso de la genética
por parte de padre influye de tal manera que no debo preocuparme. _ No podrá
decir que no es hijo suyo…( No haré comentarios al respecto.)
Empezamos en el cole nuevo. P-3. Observo a mi hijo algunas
tardes en el patio, mientras su profesora juega con ellos a algo parecido "al
pañuelo". Mi hijo es solo un satélite. Está por allí, merodea, pero ajeno a
todo. Vuelvo a pedir que alguien lo visite. No habla. No sabe comunicarse con
los demás. Si alguien le molesta hasta el punto de irritarlo por no hacerse
saber entender, muerde. Durante alguna visita al pediatra demando que lo vea un
especialista. Tras mucho rogar, nos dirigen a "Dapsy". Allí solo se nos informa
de que el peque no tiene un juego simbólico y que es el adulto el que debe
integrarse en el juego del niño. Mi hijo se balancea lateralmente…algo no me
huele bien.
Empiezo a trabajar con pictogramas ese mismo año. Le leo
cuentos. Hacemos collares con macarrones. Los macarrones se escurren. Los pintamos. La pintura llega al techo. Sacamos témperas y pintamos decenas
de cartulinas…y la mesa y la silla, y el sofá, y los cojines...Desconecta. Pasa la mayor parte del tiempo desconectado. No puedo
llamarlo para que me preste atención. Se asusta. Debo tocarlo sutilmente en el
brazo para que reaccione. Solo yo veo todo esto?
Nos mudamos. Nueva escuela. Dos cursos. P-4 y P-5 en los que
tiene la mala suerte de ir a dar con una profe novata y sin ganas. Otra. No hay
una sola foto o un solo texto introductorio en el trabajo de cada final de trimestre con las frases o las preguntas que
los peques hacen en clase, donde aparezca el nombre de mi hijo debajo del de
algún compañero, seguido de dos puntitos y una sola palabra que lo integre en
la actividad. En ninguna…No reconoce su cuerpo, siempre dibuja caras. En cuanto
conozco ese detalle desnudo a mi hijo y lo coloco en frente del espejo. Lo hago
mirarse y reconocer las partes del cuerpo que le toco. Si mira directamente al
espejo no reconoce que ande tocándolo, como si no fuera con él, y debe buscar con la mirada mi mano. Una
vez reconoce la extremidad que le toco, lleva su mano hacia la mía y me aparta…Probamos
con las extraescolares de danza, psicomotricidad y piscina, y con juegos para
que aprenda a quitarse las prendas de ropa mientras cuento. El juego le vale dos
días, al tercero el pánico aparece y debo olvidar todas las cuentas atrás.
Las otras actividades tampoco resultan. No le llama más que la piscina. En las otras nadie lo anima.
Las señales de tráfico lo inundan todo! Una hora de camino de ida y vuelta al
cole diarias en las que debo nombrarle el significado de todas y cada una de
ellas, y esperar a que me dé la orden de salida tras detenernos ante un stop o un semáforo que se ha puesto en rojo.
Empezamos Kumon. Durante esos dos años estamos derivados al "Cdiap" de Martorell
al que acudimos solo para visitarnos en dos ocasiones. La psicóloga que nos
atiende no ve alteraciones anormales en el crecimiento de mi hijo. Pido que
desde ese centro nos deriven a otro menos concurrido. Las nuevas visitas se
derivan al "Cdiap" de Igualada. Cerca de una hora de camino para llegar. Mi hijo
debe comer en el coche un bocadillo. Una visita quincenal. El padre no acude a
ninguna. En dos años. Me siento sola.
_No podemos hacer nada más por él. No se integra.
_Qué hacen ustedes desde la escuela?
_No podemos dedicarnos solo a él, hay más niños…_ Miedo.
Vacío. Tantos laberintos que no sé por dónde empezar. Nudos que no puedo
deshacer y que ahogan.
Seguimos trabajando en casa. Mucho. Sin saber si hago bien o
mal. Sin saber si lo estoy forzando y si debería o no seguir. Con una frustración
que empaña ya demasiadas cosas. Con un pánico atroz a estar haciéndole daño. Con
una comunicación que empieza, mal pero empieza. Primero señalando. Luego repitiendo
todo lo que oye cuando le preguntamos ( ecolalia), después contestando sin entender la
pregunta o contestando a todo por igual y finalmente con frases cortas sin nexos de unión, que me dan la
sensación de tener un hijo indio. Buscamos tácticas ( entre mi hijo y yo, yo pienso y pongo en práctica, él decide si puede aceptarlas o entenderlas). Buscamos maneras. Miro de
acercarme a él. No he podido en todos estos años darle un masaje o abrazarlo o
besarlo. No le gusta. Lo echo de menos. Pensaba que la maternidad era otra
cosa. No hay buenos profesionales y yo no me siento útil porque no entiendo
cómo llegar a él. No me siento válida como madre. Esa sensación ha ido
creciendo a lo largo de estos pocos años inundándolo todo y ahogando la esperanza. Puedo darle paracetamol o ibuprofeno
cuando tiene fiebre, correr a urgencias cuando otra de sus muchas bronquitis le
impide respirar. Levantarme cada tres horas para ponerle la mascarilla, pero no
sé cómo ayudar a mi hijo en esto. Pictogramas y más pictogramas. Rutinas. El
día previo a que mi hijo cumpla los seis años, se nos da la posibilidad desde el "Cdiap" de Igualada de
realizarle pruebas para descartar problemas cromosomáticos o genéticos. Accedo.
Tengo la necesidad enfermiza de saber que soy yo la culpable de que mi hijo
esté así. Y si no soy yo, igualmente necesito encontrar culpables.
Ese mismo día y con menos de veinte horas para cumplir los seis años, mi hijo abandona ese centro sin que hayan
resuelto el problema o me hayan dado una sola pauta para ayudarlo. No puede seguir, es mayor. Me desespera
estar perdiéndolo. Las estereotipias cambian. Ahora aletea. Lo diagnostican de T.G.D por diagnosticarlo de algo ( Trastorno Generalizado del Desarrollo).
Nos mudamos de nuevo. Cambiamos de cole. Del "Cdiap" nos derivan al "Csmij". 1º E.G.B. Explico
la problemática a la psicóloga del "Eap" del nuevo colegio. Tiene a bien concederme una
entrevista antes de que empiece el nuevo curso. No vuelvo a tener noticias
suyas. En dos años! Me contento cuando compruebo que al menos su profesor se
implica. Le pido que antes de empezar el curso me informe sobre las materias
que peque tiene que haber adquirido al finalizarlo, y volvemos a trabajar desde
casa, tras el trabajo, su humor, y muy probablemente la pregunta del millón,
por qué mamá no juega conmigo y se comporta como una profesora? _ Tienen que
aprender a leer, mejor o peor, pero leer. Y las tablas de multiplicar, la del 2,
el 4, el 5 y el 10.
Mientras, nos montamos tablas de trabajo que le indiquen el
orden de las actividades. Contesto millones de veces al día la misma pregunta.
_Y después…? En el "Csmij" solo pretenden que yo abandone el trabajo con el que
mantengo a mi hijo para que vaya a charlas con otros padres que se encuentran
en la misma situación que yo. Le hacen a peque un cuestionario que filman y lo
diagnostican de T.E.A. ( Trastorno del Aspectro Autista).
Un par de años antes, en la primera visita con esa
psicóloga: _ Usted como madre, qué cree?
_Creo que mi hijo es T.E.A.
_Bueno mujer, no nos adelantemos y vayamos trabajando poco a
poco.
Dejo de asistir al centro cuando tras pedir un par de años después el cambio de
psicóloga, me encuentro a otra con menos ganas y menos enfoque que la anterior.
Estoy harta de leer, informarme, buscar la manera de llegar a mi hijo y hacerle el trabajo a otros. No porque pese, no, sino porque no siempre obtengo resultados y no sé qué atajo tomar o qué nuevo método poner en práctica. Solo soy madre. Novata.
Durante esos dos cursos el profesor lo hace volar como
ninguno otro. Le da alas, espera de él, le exige, recibe, lo anima, lo
acompaña, se implica, lo cree capaz, se lo hace saber, y peque vuela como nunca
antes. Son dos años buenos. Conozco el amplio y doloroso significado de la
palabra “ intangible”.
Acaba segundo de la educación básica sabiendo leer a la
perfección, con un ritmo bueno y hasta con entonación. Hemos trabajado muchas
noches, y empezamos a avanzar cuando olvidamos que hemos aprendido a hablar con
pictogramas, y nos centramos en las consonantes, en cómo suenan, en cómo
debemos poner la lengua o dónde, en cómo se unen a las vocales y en cómo debemos dejar salir el aire. Se sabe
todas las tablas de multiplicar del derecho, del revés y salteadas. Los
dinosaurios llenan ahora su cabeza. Le dan miedo los globos. No soporta los gritos,
lo excitan de tal manera que entra en conflicto. Dejo de llamarlo desde la
planta baja, porque es capaz de bloquearse y lanzarse por las escaleras si lo
llamo para cenar.
Apenas tiene amigos, y probamos cuantas actividades
extraescolares encontramos por el camino. No puede relacionarse. No entiende a
los otros. No controla su cuerpo. Es como si llevara un traje ocho veces mayor
que el que él necesita. No sabe correr o saltar a la pata coja. De
extraescolares probamos con multi-esport y seguimos con Kumon.
Tercero de la educación básica de mi hijo y tenemos la mala
suerte de ir a dar con un profesor “julai” que lo ignora. Sale siempre el
último de la clase cuando las puertas del colegio están a punto de cerrarse. No
aprende, más bien desaprende. Lo culpa de su lentitud hasta el punto de frustrarlo. Más. Ha perdido hábitos que el anterior tutor se
encargó de asentar. A este le da todo lo mismo y el primer día de clase en la entrevista que mantengo con él, toma el dossier con todos los informes de
mi hijo y los guarda en un cajón alegando que él no cree en los psicólogos. Yo
tampoco, pero algo habrá que hacer. Nada. A final de curso todos los trabajos
están por hacer. Casi se ha olvidado de leer. Las presentaciones que deberían
trabajarse desde la escuela se descuidan. Cuando informo de esto, me dicen que
no pueden hacer más. La psicomotricidad fina ha empeorado y nos pasamos el
verano tratando de trabajarla, haciendo cuadernillos y revisando libros para
que entienda aquello que un buen docente debería haberse molestado en
explicarle, para que empiece el nuevo curso como debe y con el nivel que van a
exigirle. Desde la dirección del centro no han hecho nada. De la psicóloga del "Eap" tampoco ha habido noticias este año.
Nuevo cambio de cole. Nueva mudanza. Volvemos a aquel en el
que estuvo cuando cursó P-4 y P-5. Volvemos a mudarnos de pueblo. La psicóloga del "Eap" del anterior colegio espera a que pase a firmar el dictamen de centro para el nuevo. Me encaro con ella. No voy a dejar de trabajar para que me avise a dos horas vistas de empezar sus vacaciones para que yo lo deje todo ahora cuando ellos llevan sin mover el culo los últimos tres años. Elijo este
colegio porque peque lleva los cambios peor que fatal. Conoce el centro y a
algunas personas que trabajan en él. Queda cerca de casa de los abuelos y si no
llego cualquier día a buscarlo por el motivo que sea, sé que mi hijo va a estar
atendido. Estoy divorciada desde hace cerca de seis años, criar a un hijo sola es
complicado. Necesito ayuda. Mantengo una entrevista con la nueva psicóloga del
"Eap" del centro. Le recuerdo en dos ocasiones que debe darnos el dictamen de
centro para que desde el nuevo puedan valorar a mi hijo y puedan entender
y atender sus necesidades. Me dice que ella se encarga. Todo esto antes de empezar el nuevo curso. Empezado el tercer trimestre mi hijo no tiene aun el dictamen de
centro que yo debo firmar…lo he hablado con el tutor y la Cap d´Estudis.
Cuarto de la E.G.B y la entrevista con la tutora y la
ayudante funciona bien hasta que entiendo que su tutora está embarazada y solo dará clase
el primer trimestre. Luego vendrá un sustituto que no tiene la especialidad que
ella tiene para trabajar con niños con diferentes problemáticas. Todo y así, desde
el centro han creído correcto poner en la misma clase a cuatro niños que
necesitan un P.I de trabajo y atención especial y una adaptación curricular que aun no hemos visto. La tienen. Tienen esa atención
especial, una hora a la semana. A lo largo de ese curso no he tenido una sola
reunión tras aquella primera con su profesora de educación especial…
Le he pedido a este nuevo tutor una reunión. Hace cuatro
meses. Nada. He pedido reunión con la directora y he acabado teniéndola con la
Cap d´Estudis. _ Su hijo tiene suerte de tenerla de madre… _He pedido que me
pasen una hoja con los temarios que peque debe haber aprendido durante el curso. Qué queda
de curso? Pues la hoja no ha aparecido. La he reclamado en un par o tres de
ocasiones.
Debes andar preguntándote por qué te cuento esto. Lo cierto
es que yo también. Nada de esto debía haber ocurrido si la detección precoz
hubiese formado parte en algún momento de este recorrido. Sin ser precoz
también nos hubiese valido. Si la educación fuese lo que debe ser, y se
entendiera como debe ser entendida, yo no debería sentir que soy una madre
sola, dando palos de ciego a diestro y siniestro porque las instituciones, casi
todas, son insuficientes, no están al día, no son válidas, no dan cabida a
todos los niños, no lo dan a sus diferencias o sus necesidades, y no hacen más que poner palos en las ruedas, y en cambio
estoy obligada a que mi hijo se mueva dentro de un sistema que no le vale y al que está claro que tampoco le vale. Me
imponen sin molestarse en darme respuesta. Debo yo. Ellos no. No he conocido en
estos años más que a un profesor entregado. Mi hijo ha pasado por las manos de
muchos. La confianza a estas alturas es nula. No creo. Me han hecho dejar de
creer. Te reconozco sin falta de tener estudios que algo falla muy en la base
de este sistema al que le importa una mierda que nuestros hijos puedan o no
preparase para formar parte de esta sociedad que los niega, encima tengo que
escucharme a grandes cabrones hablar sobre la discapacidad, de multar a las
madres por traer al mundo a hijos subnormales…a todos ellos solo unas palabras:
Váyanse muy mucho a la mierda, hijos de puta!
Y luego esperamos que no haya violencia? En serio? En qué
mierda de sociedad vivimos?
En serio va a venir alguien a decirme que soy la culpable de
haber traído a un hijo con problemas a este mundo? No debería ser una personita
igual de válida y con las mismas oportunidades que cualquier otro? Y si es así,
qué coño están haciendo?
La primera visita al nuevo centro ( privado, por supuesto),
además de no permitirme llegar bien a final de mes, me ha permitido aclarar
muchas otras cosas:
La sociedad debe trabajar para intentar solventar los
problemas que se dan en esa misma sociedad. No puedes echarte a un lado y
esperar que el problema desaparezca. No lo hace. No desaparece, y callando, solo se consigue que a
uno se lo ningunee más.
Me he cansado de que esta sociedad y este gobierno ningunee
a mi hijo. Me he cansado de sentir que no soy válida como madre. Llevo nueve
años esperando respuestas.
He entendido que la rabia bien utilizada es la mejor
gasolina, que el mejor cambio es el que
empieza en casa, y que la mecha que lo prende todo, es la indiferencia.
Mi paciencia acaba hoy. Aquí.
Bienvenidos a los fuegos artificiales que van a tener lugar
en nuestras vidas.
Pasen y vean!
Es gratis!!
Cuídense.
Sean Felices.
Deséennos suerte!
Ciao.
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