NO SABRÍA SI HABLARTE DEL TIEMPO...
No sabría si hablarte de los mil ciento diez minutos…
O hacerlo de los seiscientos sesenta y seis mil segundos…
Podría hablarte de las tres cuartas partes más media…
Hacerlo de un ocaso.
De un amanecer.
De árboles a los márgenes de la estrecha carretera.
De montañas que visten mantos secos, ocres y verdes en diferentes tonalidades.
Tal vez deba hablarte del fuego.
O de las pequeñas llamas que quedaron esparcidas sobre el suelo.
Andaría equivocada si te hablara de las risas?
Y si lo hiciera acerca de tu piel, me equivocaría de nuevo?...
Qué me dices si te cuento un secreto?...
…Me escondí de tu vista.
Primero me quité el pañuelo del cuello.
Enseñándotelo para poco después dejarlo caer al suelo.
Le siguió el jersey , que corrió la misma suerte y acabó encima del pañuelo.
Después el pantalón…
Medias…
Un segundo después del último sólo me cubrían las braguitas azules de encaje…
Y tras éste, mi piel cubría la tuya…
No recuerdo el número exacto de segundos…
Los recuerdas tú?
Tampoco recuerdo con exactitud los que arrodillada frente a ti, jugueteando con mis manos sobre tu torso, mi boca se perdió entre tus piernas para desorientar tu tiempo.
Podría hablarte de un tiempo del que no puedo o no quiero.
Porque pasa a ser eterno en mis palabras.
Puede que te cuente más secretos esta noche.
Ningún otro que no conozcas ya.
No pudieron quemarlos las velas y los llevabas bajo tu ropa por la mañana.
Puedo en apenas unos minutos intentar hablarte de la sensación.
De esa que por completo me llena.
A sabiendas y sin esperar que va a resultar inútil me tome el tiempo que me tome.
No puedo dibujártelas.
No puedo enlazar las palabras que te den una visión completa.
Hoy no puedo encontrarlas por más que las recuerde y el nudo esté presente en mi estómago…
Así que no puedo hablarte de lo que me relamo, cuando me descubro dándote el mayor de los placeres.
Oyéndote gemir y jadear.
No debo hablarte de las manos que se aferran a mi espalda y me acercan con fuerza a ti.
Cuando siento que es a partir de una fracción de tu cuerpo que quieres darle sentido no sólo al resto, sino también a cuanto desconoces y sólo descubres de tanto en tanto...
A estas alturas tampoco creo que sea conveniente hablarte de la piel de mi cuello erizada cuando siente tu respiración sobre él, y mis piernas se han atado completamente a ti…
Ni creo que pueda hablarte de lo que veo en tus ojos cuando estás por completo dentro de mí.
Y permaneces allí inmóvil…
Abriendo las puertas a la tierra.
Besándome.
Y es que hablarte de algo, sería plasmarlo sólo a medias.
;-P
Ciao
O hacerlo de los seiscientos sesenta y seis mil segundos…
Podría hablarte de las tres cuartas partes más media…
Hacerlo de un ocaso.
De un amanecer.
De árboles a los márgenes de la estrecha carretera.
De montañas que visten mantos secos, ocres y verdes en diferentes tonalidades.
Tal vez deba hablarte del fuego.
O de las pequeñas llamas que quedaron esparcidas sobre el suelo.
Andaría equivocada si te hablara de las risas?
Y si lo hiciera acerca de tu piel, me equivocaría de nuevo?...
Qué me dices si te cuento un secreto?...
…Me escondí de tu vista.
Primero me quité el pañuelo del cuello.
Enseñándotelo para poco después dejarlo caer al suelo.
Le siguió el jersey , que corrió la misma suerte y acabó encima del pañuelo.
Después el pantalón…
Medias…
Un segundo después del último sólo me cubrían las braguitas azules de encaje…
Y tras éste, mi piel cubría la tuya…
No recuerdo el número exacto de segundos…
Los recuerdas tú?
Tampoco recuerdo con exactitud los que arrodillada frente a ti, jugueteando con mis manos sobre tu torso, mi boca se perdió entre tus piernas para desorientar tu tiempo.
Podría hablarte de un tiempo del que no puedo o no quiero.
Porque pasa a ser eterno en mis palabras.
Puede que te cuente más secretos esta noche.
Ningún otro que no conozcas ya.
No pudieron quemarlos las velas y los llevabas bajo tu ropa por la mañana.
Puedo en apenas unos minutos intentar hablarte de la sensación.
De esa que por completo me llena.
A sabiendas y sin esperar que va a resultar inútil me tome el tiempo que me tome.
No puedo dibujártelas.
No puedo enlazar las palabras que te den una visión completa.
Hoy no puedo encontrarlas por más que las recuerde y el nudo esté presente en mi estómago…
Así que no puedo hablarte de lo que me relamo, cuando me descubro dándote el mayor de los placeres.
Oyéndote gemir y jadear.
No debo hablarte de las manos que se aferran a mi espalda y me acercan con fuerza a ti.
Cuando siento que es a partir de una fracción de tu cuerpo que quieres darle sentido no sólo al resto, sino también a cuanto desconoces y sólo descubres de tanto en tanto...
A estas alturas tampoco creo que sea conveniente hablarte de la piel de mi cuello erizada cuando siente tu respiración sobre él, y mis piernas se han atado completamente a ti…
Ni creo que pueda hablarte de lo que veo en tus ojos cuando estás por completo dentro de mí.
Y permaneces allí inmóvil…
Abriendo las puertas a la tierra.
Besándome.
Y es que hablarte de algo, sería plasmarlo sólo a medias.
;-P
Ciao
Buona sera, Signorina Sensualità, es como me sale llamarte tras leer este tan bello post.
ResponderEliminar;)
Además, me ha gustado mucho ver el cambio que has hecho entre tu último post y este. ¡Qué bien que tengas un "muso" así, porque la anterior entrada me dejó, te confieso, bastante preocupada por ti, bella mujer. ¡Vaya crápulas siguen pululando por ahí.
Menos mal que no todos los hombres son iguales...
Baci e abraci,
Amber
P. D.: Io sono ritornata di Milano... Quería que fueses la primera persona a la que le comento a mi vuelta de la gran Italia.
Gracias preciosa.
ResponderEliminarSe te ha echado de menos...
Qué tal por ahí?
Muchos Paolos? ( Ups!)
Espero que hayas regresado con las pilas bien cargadas. Me debes, veamos....a un post por día....Creo que son tres, no?
Un abrazo enorme.
Y un beso más grande aún.
Por cierto, el anterior post, era inventado.
No me juego el cuello por ningún hombre...
Ciao Bella!
Si a Paolo, pero más jovencito, como de mi edad.
ResponderEliminarPues, cara amica, me quitas un gran peso de encima con respecto a tu penúltima entrada, que resulta que como soy tan naïve todo me lo creo... Y claro, así me va, a veces.
Por Milano, fenomenal... Perfetto e meraviglsioso tutti a Milano, anche le antipasti, que estaban de pecado... ¡UPS! De pecato di cardinale... quise decir. Juássss.
Prometo escribir uno o dos, si puedo tres posts, pues mejor..., las fotos del de hoy, intuyo, te van a gustar muxo, muxo. Sólo os pido paciencia, que ahora vuelvo a mi período habitual: a viajar como si no hubiera tomorrow... Madrid, Compostela y México, en la primavera Rusia (con amore...)
Bacioni tanti cara Heidi,
Amber
Me gusta de que hablas cuando hablas del tiempo.
ResponderEliminarY lo bien que lo ocupas.
Ya estoy seguro de que en esta casa no encontrare a Heidi.
Guille, creo que poca piel me queda ya de Heidi.
ResponderEliminarReconozco que la vestí por completo. Incrédula de mí, o novata tal vez...
Ocupo mi arena y mi imaginación de la mejor manera que puedo y sé...
Hablar del tiempo es siempre importante.
Ser consciente de él, lo es aún más.
Ciao.
;-P