DE VEZ EN CUANDO...
Menos mal que de vez en cuando, y reconozco que a medida que pasa el tiempo, cada vez más, me da por ser fría y calculadora.
Yo creo que a este paso, a los noventa y en los viajes en autobús, podré hacer con mis congéneres de dentadura postiza lo que está claro que soy incapaz ahora.
Siguen quedando demasiados residuos de una educación pelín injusta.
Lo mismo queda resaca.
Ya se irá.
Camaleónica.
Esa es la definición perfecta que puedo dar a día de hoy.
Lo mismo te plancho un huevo que te frio una camisa.
O eso, o es que realmente la mente acaba creyendo lo que tus sentidos le mienten y niegan.
Sea como sea, pienso que no deja de ser aprendizaje, y aunque intuyo el final, si te toca vivirlo, o lo vives, o lo vives, así que entiendo que tampoco me queda otra, y si la hubiera, a cabezota yo, aunque eso tampoco me lleve a nada…
Puede que una esté tan acostumbrada a tener esa sensación, que ya no pueda decirte si es porque realmente aprendemos a que el dolor no nos duela, o puede que sea porque esta vida va curtiendo ella solita lo que nos pertenecería curtir a nosotros mismos. Que pa eso es nuestro.
Creo, a estas horas de la noche, que he podido deshacerme de la sensación que ya conozco, y cambiarla o engañarla con otra que ha aparecido de la misma manera en que la hizo la anterior…
Demasiadas frases largas. Creo.
Qué de vueltas le tengo que dar a las palabras para explicarte lo que con ellas no puedo.
Y pa colmo ya si las entiendes y pueden crearte el nudo, es porque debes estar tan loco como yo, con lo que siento decirte amigo: Te acompaño en el sentimiento.
Digo amigo como puedo decir amiga.
No andamos en el post anterior, pero la @ no queda mona.
Aunque ahora que la miro….
Que me voy por las ramas. Sorry.
Pues eso, que como una cambia más de humor que de marca de champú para el pelo, por eso de estar confundiendo estar ovulando con lo de ser camaleónica, ahí va lo que sólo horas antes…
…
Cae pronta la tarde. Apenas unos segundos para que las nubes se bañen en oro, y luego el reflejo de la luna aparezca mordisqueado en el alto gris ceniza.
Cae pronto también el silencio y antes de que me dé cuenta, la gran bóveda me sorprende negra…
Algunas hojas han caído, y el rojo vivo pasa a empeñar el mismo con el que se viste esta noche.
Llevo unos días loca buscando pedacitos de tu voz.
Y cuando logro dar con ella, la siento a muchas hojas de aquí.
No quería cuentos…
Y siento que he vivido otro con igual final.
Que viva los que viva, todos dejarán el mismo sabor de boca sobre mi piel…
Nada cambia excepto la estación…
Y aun así, no dejo de verla pasar por delante de mis ojos un día tras otro, y otro…
La misma…
Convirtiendo en ciénaga mis noches.
Silencio y vacío.
De nuevo.
Por más que quiera vestirla de bermellones y ocres…
Y siento que vuelvo al principio.
Al mismo instante en el que te temo buscando sin que puedas verme.
A ese en el que te siento ya caminando sin que puedas encontrarme…
En el que tengo que mendigarte tiempo…
No soy yo…
Y esta noche, de nuevo otoño y vacío. Silencios que ahogan las risas, y grises…
Y es que de vez en cuando, una aprende, por poco que sea…
;-P
Ciao
Yo creo que a este paso, a los noventa y en los viajes en autobús, podré hacer con mis congéneres de dentadura postiza lo que está claro que soy incapaz ahora.
Siguen quedando demasiados residuos de una educación pelín injusta.
Lo mismo queda resaca.
Ya se irá.
Camaleónica.
Esa es la definición perfecta que puedo dar a día de hoy.
Lo mismo te plancho un huevo que te frio una camisa.
O eso, o es que realmente la mente acaba creyendo lo que tus sentidos le mienten y niegan.
Sea como sea, pienso que no deja de ser aprendizaje, y aunque intuyo el final, si te toca vivirlo, o lo vives, o lo vives, así que entiendo que tampoco me queda otra, y si la hubiera, a cabezota yo, aunque eso tampoco me lleve a nada…
Puede que una esté tan acostumbrada a tener esa sensación, que ya no pueda decirte si es porque realmente aprendemos a que el dolor no nos duela, o puede que sea porque esta vida va curtiendo ella solita lo que nos pertenecería curtir a nosotros mismos. Que pa eso es nuestro.
Creo, a estas horas de la noche, que he podido deshacerme de la sensación que ya conozco, y cambiarla o engañarla con otra que ha aparecido de la misma manera en que la hizo la anterior…
Demasiadas frases largas. Creo.
Qué de vueltas le tengo que dar a las palabras para explicarte lo que con ellas no puedo.
Y pa colmo ya si las entiendes y pueden crearte el nudo, es porque debes estar tan loco como yo, con lo que siento decirte amigo: Te acompaño en el sentimiento.
Digo amigo como puedo decir amiga.
No andamos en el post anterior, pero la @ no queda mona.
Aunque ahora que la miro….
Que me voy por las ramas. Sorry.
Pues eso, que como una cambia más de humor que de marca de champú para el pelo, por eso de estar confundiendo estar ovulando con lo de ser camaleónica, ahí va lo que sólo horas antes…
…
Cae pronta la tarde. Apenas unos segundos para que las nubes se bañen en oro, y luego el reflejo de la luna aparezca mordisqueado en el alto gris ceniza.
Cae pronto también el silencio y antes de que me dé cuenta, la gran bóveda me sorprende negra…
Algunas hojas han caído, y el rojo vivo pasa a empeñar el mismo con el que se viste esta noche.
Llevo unos días loca buscando pedacitos de tu voz.
Y cuando logro dar con ella, la siento a muchas hojas de aquí.
No quería cuentos…
Y siento que he vivido otro con igual final.
Que viva los que viva, todos dejarán el mismo sabor de boca sobre mi piel…
Nada cambia excepto la estación…
Y aun así, no dejo de verla pasar por delante de mis ojos un día tras otro, y otro…
La misma…
Convirtiendo en ciénaga mis noches.
Silencio y vacío.
De nuevo.
Por más que quiera vestirla de bermellones y ocres…
Y siento que vuelvo al principio.
Al mismo instante en el que te temo buscando sin que puedas verme.
A ese en el que te siento ya caminando sin que puedas encontrarme…
En el que tengo que mendigarte tiempo…
No soy yo…
Y esta noche, de nuevo otoño y vacío. Silencios que ahogan las risas, y grises…
Y es que de vez en cuando, una aprende, por poco que sea…
;-P
Ciao
No me importaria viajar en ese autobus, mientras todas las demas hablas de sus dentaduras seguro que tu me sorprendes.
ResponderEliminarY si que aprendemos, aunque hay algunas piedras en las que no nos importa demasiado volver a tropezar (a) por la parte del placer y (b) porque deseamos que llegue la definitiva.
De vez en cuando nos encontramos con la misma cancion, una vez tras otra. Con el mismo final aunque a veces con distinta melodia.
Malo es mendigar tiempo. Heidi fue en busca de su ¿madre?. Sal en busca del que te regale tiempo. Y regalale tu risa. Atrevete s ser tu. Para otro tu.
Un poema precioso y sublime. Y tú expláyate a tus anchas y cuán largo o corto quieras, ¡faltaría más! Es tu propio blog, con voz y voto propios.
ResponderEliminarGràcies pel que tu ja saps. ;)
Petonets, mil somriures i nanit,
Amber
Guille, yo como el resto, hablaría de dentaduras postizas....A esas edades y ya movidos por la inercia de la vida, se debe estar cansado de todo...
ResponderEliminarAmber, eres un cielo. No dejes de escribir porfi porfi porfi....Ja saps per què ho dic....Estic enganxada a les teves paraules! Petonets bonica!