BUSCAR NUEVOS CIELOS...

Parece que algo empieza a mutar.
No ando demasiado segura de qué pueda ser.
Tal vez sea el todo por el todo.
O puede que sólo la esencia.
Siendo ésta todo y su falta de movimiento otro declive más.
En otra de las muchas vidas.
En otro de los muchos tiempos.
En otro de cada uno de los andares, los pasos o los caminos.

Hace escasos momentos me debatía entre salir o no a apoderarme una noche más, tal vez la última, del espacio en el que he sido capaz de sentirme tranquila y he podido escribir…
Y aquí ando.
Esta noche no observo aviones en el alto cielo.
La noche anda cerrada y ni la luna la viste.
Algunos relámpagos iluminan porciones de ese cielo, que vuelve a quedar sumido en la negrura espesa.

No sé demasiado bien desde donde te escriben mis manos.
Ni si han encontrado emoción hoy.
Tal vez si tuviera que plantearme una, sería el hastío.

No sé demasiado bien a dónde van a llevarme estas palabras.
A dónde te harán llegar, y si te plantearás realmente que no puede ser que ande sola.

Tengo la sensación de haber escrito sobre lo mismo una y otra vez.
Haber quemado sustantivos, adjetivos y noches hablándote de lo mismo.

Haber hecho bailar a las comas entre traspiés y puntos y finales.

Y vengo decidida a poner algunos más sobre el papel.
Desde el hastío.
No lo olvides.

Puede que este sea el último post en una larga temporada.
Puede también que me pueda la necesidad de seguir contándote y encuentre la manera de guardarlos hasta que pueda desprenderme de ellos.

Y te hable de otras equivocaciones y otras libertades que hoy me llevan a ser demasiado como te muestran mis locuras.

Puede que deje de hablarte por completo.
Y sólo conozcas lo que hasta aquí has leído.
Sea como sea, fue el mayor de los placeres si sólo una vez pudiste imaginar.

Me cuesta.
Por más que sea un hasta luego…

No he querido envolverme de musas.
Ni recuerdos que me lleven a escribirte escondido bajo cualquiera de mis puntos suspensivos.


No te imaginas el hastío con el que me siento amanecer en llanto.
Ni vas a imaginarte nunca el miedo que le sigo teniendo a mis noches.
Y creo que ha llegado la hora de finalizar también ese punto de mi vida.

Cubrirme de una nueva piel y abandonar en cualquiera de mis palabras, el día menos pensado, la vieja.

No imaginas la voracidad del pensamiento cuando creo que has podido descubrirme…

Necesito seguir poniendo puntos y finales.
Comprendo ahora que es mejor viajar libre de equipaje.
Haberlo hecho repleta, ha dañado mis bolsillos.
Creo que vuelvo a escribirte de lo mismo.
Pero créeme si te digo que este miedo lo encontré en el bolsillo de la camisa y no en el del pantalón.

Quisiera poder dejar de ver.
Poder dejar de imaginar.
Poder dejar de intuir.
Porque en ocasiones siento que escribir duele demasiado.

Y necesito saber si a esto también le debo un punto y final.


Ciao...

Comentarios

  1. Un cambio en el trayecto no tiene porq implicar un punto final, se puede plantear un cambio de párrafo, un paso de hoja, un cambio en el fondo...
    Cierto es q escribir duele, a veces atrapa en un torbellino de ideas recurrentes, q tal vez acaban volviendose tan irreales q se idealizan. A veces merece la pena dejar de idealizar, para ver la realidad.
    Un aparte, o un final... en su día yo, decidí hacerlo final...
    Un beso y hasta pronto, da igual el donde.

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