NEURONAS SIGUEN SIN ADAPTARSE....PONLE EL QUE QUIERAS.
Probablemente sea la mayor de las sandeces.
La más supina idiotez, o llámalo simplemente miedo.
Pero no era así como pretendía empezar este post.
La historia cambia cuando al llegar a casa, encuentras que tu hermano pide con los ojos explicaciones.
Y entiendes que no debes dárselas, porque guarda en sus retinas lo mismo que guardan las tuyas.
_No lo recuerdas?
_No. No puedo.
_Volverán. No te quepa duda. Perdónate entonces.
Yo sólo quería hablarte de un día cualquiera como este. Normal en muchas vidas. Especial en la mía.
Sea como sea, tras haber trabajado todo el día fuera y dentro de casa, y con el dinero suficiente ( debo medirlo a cuenta gotas porque hasta septiembre no habrá más trabajo) me encamino a esos grandes almacenes que te lo venden todo con nombres impronunciables, y que visten casi el 60% de los pisos adquiridos por jóvenes.
Me viene una sonrisa recordando que días antes, y habiendo ido en busca de un futón, acabé comprando una estructura de cama de pino pintada de color gris. Y todavía idiota de mí, me sorprendí comprándola grande y calibrando si ese conjunto de maderas serían capaz de aguantar envites varios…. Sin comentarios.
Debe ser que me acostumbré a la buena vida, y no noté el pasar de dormir en un colchón de látex, a uno de muelles, pero de ahí a hacerlo sobre un colchón de diez centímetros, me pareció demasiado “ desprenderme” de algo tan preciado como el colchón que espero repare mi sueño a partir de ahora, así que muy puesta yo, pongo sobre el auto carrito, dos grandes bolsas ( en forma de….así como….ufffff….. De canelón gigante??!!! ( Voy al infierno fijo, ;-P) que contenían cada una de ellas, un colchón de dos metros por metro cuarenta, con un único problema, y es que necesitan ( según las instrucciones), de tres a cuatro días para respirar e hincharse.
Según los trabajadores de IKEA : _Con veinte cuatro horas hay bastante señora!
Se la puede llamar a una con treinta y tres años señora?!!!
Debería estar eso penado por ley con cárcel y labores sociales a la comunidad!!!
Bueno total, que se me arruinó el intento de noche en casita. ( Sola. Para el/la que ande perdido).
Decido que de todas maneras, me iré a cenar como tenía pensado.
Para celebrarlo y esas cosas….
Y es que no en demasiadas ocasiones una se siente tan………..TAN JODIDAMENTE MIEDOSA como esta noche.
Y si una buena cena no conseguirá librarte del miedo, el alcohol al menos te atontará.
Y porque me conozco y llevo ya demasiados años aguantándome a mí mi misma, me llevo conmigo lo que ando leyendo, para así, tratar de calmar los nervios durante la cena.
Y tratar de leer resulta imposible porque en el chino de dos plantas en el que has decidido darte el homenaje y enfrentarte a ti misma ( mala elección. Lo sé…), están celebrando un cumpleaños, y están decididos a compartir su música con el resto de comensales de la planta superior...
Puedo robarle a aquel lugar un par, a lo sumo tres capítulos del libro.
Son cortos. El escritor ha jugado a la perfección, dando pequeñas dosis de la historia. Ganando así que acabes de leer una, esperando encontrar la otra, creando continuas dosis de cualquier otro personaje del libro que seguirá manteniéndote atada, y que hará , seguro, que cuando acabes el libro, esboces una sonrisa, pensando que aprendiste la manera y encontrando fuerzas para acabar lo que emprendí hace demasiado tiempo…
Compro también una base para velas, y es que como buena erizo-rara-borde-melancólica-ermitaña, mujer que soy, me gustan.
Me tomo dos cervezas. ( Al infierno! Sí. Pero contenta, menos miedosa, y más borracha).
Llevo desde que entré en aquel restaurante, sintiendo pesados mis párpados.
Es curioso, porque no creo que nunca antes me planteara siquiera que estaba cansada.
Me sirven la sopa en el mismo instante en que ando recordando la de días que llevo en casa ordenando y sobre todo limpiando.
Esta última semana apenas he dormido.
Me cuesta hacerlo.
Así que el primer libro que quería acabar de leer antes de irme para allí, estará acabado en dos días como siga a este ritmo.
Y también porque me conozco y sabía que pasaría, junto al nuevo pijama ( por eso de estrenar algo nuevo) (Mayor gilipollez supina que he dicho nunca!), compré otros dos libros.
Me encamino al coche deseando poder hablar con alguien.
Y cuya voz, pueda calmarme un poquito más.
La música en el coche me acompaña desde hace varios días, cuando cambié el cd del coche.
Siempre la misma canción.
Una vez tras otra, y otra.
Para encontrar en cada nueva ocasión, un matiz diferente.
Al llegar a casa saludo a Smirrie ( Mirri para mi) y le pongo comida.
La gata de la vecina se acerca.
Parecen llevarse bien y comen los dos del mismo plato.
Ella es hembra.
Él macho…
Subo los colchones, y los pongo en la cama.
Uno sobre otro.
Ya se hincharán si quieren!
Saco un lavavajillas. Pongo otro ( perdón por el detalle marujil), pero es que necesito que sepas que eso me da tiempo a quedarme allí un ratito más, y que no se me venga el mundo encima cuando intento olvidar algunos momentos…
Saco la ropa de la lavadora y pongo otra.
Ya la tenderé mañana…
Y siento que tal vez mañana haga más locuras para atreverme a estar un ratito más.
Hasta que no tenga más remedio que pasar allí todo mi tiempo, con este miedo…
Y puede parecerte estúpido sí, pero evitándome, me mantengo a flote.
No creí que intentar ser valiente en esta vida, diese tanto vértigo...
Logré evitarlo cuanto pude.
Hoy escribo desde él.
Mañana, volveré a evitarme…
La más supina idiotez, o llámalo simplemente miedo.
Pero no era así como pretendía empezar este post.
La historia cambia cuando al llegar a casa, encuentras que tu hermano pide con los ojos explicaciones.
Y entiendes que no debes dárselas, porque guarda en sus retinas lo mismo que guardan las tuyas.
_No lo recuerdas?
_No. No puedo.
_Volverán. No te quepa duda. Perdónate entonces.
Yo sólo quería hablarte de un día cualquiera como este. Normal en muchas vidas. Especial en la mía.
Sea como sea, tras haber trabajado todo el día fuera y dentro de casa, y con el dinero suficiente ( debo medirlo a cuenta gotas porque hasta septiembre no habrá más trabajo) me encamino a esos grandes almacenes que te lo venden todo con nombres impronunciables, y que visten casi el 60% de los pisos adquiridos por jóvenes.
Me viene una sonrisa recordando que días antes, y habiendo ido en busca de un futón, acabé comprando una estructura de cama de pino pintada de color gris. Y todavía idiota de mí, me sorprendí comprándola grande y calibrando si ese conjunto de maderas serían capaz de aguantar envites varios…. Sin comentarios.
Debe ser que me acostumbré a la buena vida, y no noté el pasar de dormir en un colchón de látex, a uno de muelles, pero de ahí a hacerlo sobre un colchón de diez centímetros, me pareció demasiado “ desprenderme” de algo tan preciado como el colchón que espero repare mi sueño a partir de ahora, así que muy puesta yo, pongo sobre el auto carrito, dos grandes bolsas ( en forma de….así como….ufffff….. De canelón gigante??!!! ( Voy al infierno fijo, ;-P) que contenían cada una de ellas, un colchón de dos metros por metro cuarenta, con un único problema, y es que necesitan ( según las instrucciones), de tres a cuatro días para respirar e hincharse.
Según los trabajadores de IKEA : _Con veinte cuatro horas hay bastante señora!
Se la puede llamar a una con treinta y tres años señora?!!!
Debería estar eso penado por ley con cárcel y labores sociales a la comunidad!!!
Bueno total, que se me arruinó el intento de noche en casita. ( Sola. Para el/la que ande perdido).
Decido que de todas maneras, me iré a cenar como tenía pensado.
Para celebrarlo y esas cosas….
Y es que no en demasiadas ocasiones una se siente tan………..TAN JODIDAMENTE MIEDOSA como esta noche.
Y si una buena cena no conseguirá librarte del miedo, el alcohol al menos te atontará.
Y porque me conozco y llevo ya demasiados años aguantándome a mí mi misma, me llevo conmigo lo que ando leyendo, para así, tratar de calmar los nervios durante la cena.
Y tratar de leer resulta imposible porque en el chino de dos plantas en el que has decidido darte el homenaje y enfrentarte a ti misma ( mala elección. Lo sé…), están celebrando un cumpleaños, y están decididos a compartir su música con el resto de comensales de la planta superior...
Puedo robarle a aquel lugar un par, a lo sumo tres capítulos del libro.
Son cortos. El escritor ha jugado a la perfección, dando pequeñas dosis de la historia. Ganando así que acabes de leer una, esperando encontrar la otra, creando continuas dosis de cualquier otro personaje del libro que seguirá manteniéndote atada, y que hará , seguro, que cuando acabes el libro, esboces una sonrisa, pensando que aprendiste la manera y encontrando fuerzas para acabar lo que emprendí hace demasiado tiempo…
Compro también una base para velas, y es que como buena erizo-rara-borde-melancólica-ermitaña, mujer que soy, me gustan.
Me tomo dos cervezas. ( Al infierno! Sí. Pero contenta, menos miedosa, y más borracha).
Llevo desde que entré en aquel restaurante, sintiendo pesados mis párpados.
Es curioso, porque no creo que nunca antes me planteara siquiera que estaba cansada.
Me sirven la sopa en el mismo instante en que ando recordando la de días que llevo en casa ordenando y sobre todo limpiando.
Esta última semana apenas he dormido.
Me cuesta hacerlo.
Así que el primer libro que quería acabar de leer antes de irme para allí, estará acabado en dos días como siga a este ritmo.
Y también porque me conozco y sabía que pasaría, junto al nuevo pijama ( por eso de estrenar algo nuevo) (Mayor gilipollez supina que he dicho nunca!), compré otros dos libros.
Me encamino al coche deseando poder hablar con alguien.
Y cuya voz, pueda calmarme un poquito más.
La música en el coche me acompaña desde hace varios días, cuando cambié el cd del coche.
Siempre la misma canción.
Una vez tras otra, y otra.
Para encontrar en cada nueva ocasión, un matiz diferente.
Al llegar a casa saludo a Smirrie ( Mirri para mi) y le pongo comida.
La gata de la vecina se acerca.
Parecen llevarse bien y comen los dos del mismo plato.
Ella es hembra.
Él macho…
Subo los colchones, y los pongo en la cama.
Uno sobre otro.
Ya se hincharán si quieren!
Saco un lavavajillas. Pongo otro ( perdón por el detalle marujil), pero es que necesito que sepas que eso me da tiempo a quedarme allí un ratito más, y que no se me venga el mundo encima cuando intento olvidar algunos momentos…
Saco la ropa de la lavadora y pongo otra.
Ya la tenderé mañana…
Y siento que tal vez mañana haga más locuras para atreverme a estar un ratito más.
Hasta que no tenga más remedio que pasar allí todo mi tiempo, con este miedo…
Y puede parecerte estúpido sí, pero evitándome, me mantengo a flote.
No creí que intentar ser valiente en esta vida, diese tanto vértigo...
Logré evitarlo cuanto pude.
Hoy escribo desde él.
Mañana, volveré a evitarme…
Comentarios
Publicar un comentario