HUELGA DE COLORES

Discuten las tres.
Enojada la primera y rabiosas el resto.
Y es que ha decidido no presentarse este año!
A quién si no a ella podía ocurrírsele semejante locura?
Será el primero.
Nunca antes se había visto algo parecido.
Y encima con el trabajo extra que representará para las tres que quedan, que han empezado a repartirse los días, los cantos, los colores y la poesía que sólo ella es capaz de acercar a quienes la contemplan con ojos ávidos de días llenos de luz.
_Yo podría empezar algo antes, pero resultará complicado hacérselo entender a los hombres…
_Yo podría robarte tiempo mucho antes de lo esperado y así enlazaríamos la una con la otra sin que nadie se percatara de la ausencia…
_Estáis tan locas como ella…Todos se darán cuenta.
No podéis repartiros su trabajo. Le toca a ella durante esos meses hacer acto de presencia. Es sólo de ella ese tiempo.
No lo entendéis?

Se buscaban unas a otras temerosas por acabar decidiendo cuanto sabían desde mucho antes…

_Por qué nos abandona?

Y nadie supo darle respuesta a la pregunta…

_A dónde fue?

Y guardaron silencio pensativas…

_Tal vez…Tal vez yo en mi afán por alargarme y darle tiempo a los niños para que jugaran con la nieve le resté tiempo y hace años que vengo prohibiéndola florecer cuando necesita hacerlo…

_Tal vez yo llegue con demasiada celeridad, pero el deseo del hombre me lleva a aparecer antes de tiempo secándola casi por completo…

Y avergonzado dijo el otoño:

__Siempre andamos riñendo porque se queja de cuán fugaz es su color si yo no lo respeto…

Pensativas buscaron la manera de hacerla volver.
La buscaron entre las estaciones del olvido, las del recuerdo y la de las flores, y la encontraron agazapada tras una roca mientras observaba a una libélula.

_Habéis venido a jugar chicas?
Las tres esperaron a que alguna dijera cuanto habían pensado, pero atónitas se miraban esperando.

_Si es que sí, debemos empezar a perseguir a las libélulas hasta que las confundamos y las perdamos de vista.
Si por el contrario es que no…
Si por el contrario no os decidís a seguirlas, no volveréis a verlas nunca…
Vamos.
Qué esperáis?

El frío invierno la tomó de la mano antes de que pudiera escapar tras aquel vuelo.

_Te necesito. Necesito que deshagas el entuerto en el que sumo a todos los seres durante mi estancia con ellos.
No volveré a robarte espacios. Ni flores.

El otoño con lluvia en los ojos se acercó para besarla y le prometió más colores bermellones y ocres en las copas de sus árboles.

Y el verano…El verano la llevó de vuelta prometiéndola rayos de sol compartidos entre sus dos tiempos…