...NADA QUE PUEDA LLEVARTE A PENSAR A LA LARGA QUE ERES UNA BOCAZAS. O QUE NO HAY PEÑA CABRONA SUELTA... ( XXXI )

...


La tarde de la cabalgata, como cada año bajamos corriendo las escaleras para llegar a tiempo a ver pasar las carrozas. Quedamos en la misma esquina de siempre y desde allí junto con Clara, Ari y Pau, nos acercamos en metro hasta la Diagonal. Ver sus caritas es todo un poema, y aunque empiezan a correr las preguntas acerca de si realmente Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente existen, la respuesta es contundente.

_Vosotros cuántos papas y mamás tenéis? Y alguno es negro? Y de los que quedan alguno lleva barba? Y además cómo van a ser los papis si no tenéis camellos?..._ De momento con eso nos basta por ahora. Ari nos mira divertida. Pau se queda pensando y Leo se perdió en el inicio de la explicación nada más ver llegar las carrozas que abren la comitiva.

_Creo que el año que viene más de uno va a darse cuenta.

_Disfrutemos de este año entonces.

Dos días después vuelta a la rutina.

Entro en el turno previo al de Clara, con lo que de preguntar qué tal Antoñito II queda para el descanso de las doce del mediodía.

O a mí me lo parece o con la entrada del nuevo año la gente se vuelve más gilipollas, o más callada, o sigue de resaca, o…

Observo a medida que pasan las horas algunas miradas de soslayo que me tienen en más de una ocasión a puntito de mandar a más de uno a freír espárragos.

Por qué la gente chismorrea sin cortarse un pelo delante de ti, parando en seco cuando te acercas y dando a entender que el mundo es ese lugar mágico en el que todos venimos a pasarlo de puta madre?

Me estoy volviendo una mal hablada y lo sé, pero es que me planteo que no pueda ser todo un mundo el que ande idiota, así que algo debe ocurrir y como siempre, desde el almacén no puedo enterarme.

La Merche me huye. Es lo único bueno.

Horas después veo a Clara y antes de llegar a ella un par de compañeras acompañadas por la Merche la detienen mientras le enseñan el teléfono. A medida que avanzo su cara se descompone y las demás desaparecen.

_Buenos días Melani. Qué tal tus Antoñitos?

_Buenos días, Neni.

_Estás bien? Parece que has visto un fantasma. Cosa que no me extrañaría. Creo que los zombies han vuelto y han empezado por comerse los cerebros de los que trabajan cerca. Menudo día rarito de cojones llevan.

_Vienes a tomar un café conmigo?

_Pasa algo? Estás bien? Joder Clarita que me estás asustando.

_No…no…ven, anda porfa. Tengo que hablar contigo.

La sigo sin saber demasiado bien qué ocurre y si puede encontrarse mal, o si lo que tiene que decirme va a caerme como una bomba encima…en fin, que me desespero.

_Clara los niños están bien? Es Quique? Es por Quique?

Niega.

Llegamos a la zona de descanso y saca una tila y un café.

_Te veo fatal bonita. Qué haces tú tomando tila?

_No es para mí.

Cuando quiero darme cuenta algunos compañeros empiezan a abandonar la sala a una señal de cabeza que les hace Clara.

_Y a quién esperamos si puede saberse?

No responde.

_Clara de mis entretelas estoy empezando a sulfurarme. Y ya sabes que mi humor de perros últimamente no me permite ser demasiado paciente, así que desembucha. Ya!

La veo sobresaltarse y mirarme. Me ofrece la tila que aun queda en el vaso.

_Creo que la vas a necesitar, Neni.

Una arcada me recorre por completo el estómago y a mi boca solo llega el rumor.

Estoy palideciendo y lo noto.

_Anda ven, siéntate.

_Qué ocurre?

_Recuerdas el grupo de guasap que hicimos en verano con los compañeros del trabajo, que luego casi nadie utiliza pero que sigue hecho?

Asiento.

_Pues verás, resulta que Toni está tonteando con la Merche.

_Cómo?!

_Toni, el bombero.

Asiento. Estoy completamente perdida pero asiento.

_Y un amigo suyo le ha mandado unas fotos de una chavala borracha y las fotos han corrido por el grupo.

_Ajá.

Clara me mira. Yo la miro. Ella parece más tranquila pero sigue sin mirarme. Yo que levanto una ceja. Ella que si pudiera escondería su cabeza cual avestruz.

_Y….?

Y eso es todo lo que digo. Como la noche en que una enorme patata asesinada venía a por mí sin que pudiera verlo siquiera, pero notando las energías que emanaban de su cuerpo, me doy cuenta de lo que ocurre…

_Lo siento, Neni…yo…

_Dame tu teléfono.

_Neni por favor…

_Clara, da-me –tu- te-lé-fo-no.

No tarda en sacarlo. No me hace falta buscar demasiado. Ella misma me muestra la ristra de fotos que hay colgadas en el grupo de los compañeros de trabajo. Las observo. Una tras otra. Las siete. Se lo han currado y el encabezado no deja lugar a dudas cuando se observan las fotos. Realmente parece que lleve una cogorza del quince, agarrada a la botella de cava, con la cara descansando sobre la mesa con el gorrito puesto…Amplio algunas. Eso que sale de mi boca es un hilillo de baba? Joder!...Y eso…ese que descansa a mi lado no es el Antoñito Banderas de Clara?

_Estás enfadada?

No contesto.

Sigo mirando las fotos. Aparecen dos más al final. Me cuesta reconocerme en las fotos, pero…Oh Dios mío!

_Me dijiste que tras meterme en la cama se fue.

_Eso creí. Yo…yo me…nos fuimos a dormir…no sabía…

Miro el teléfono y en las dos últimas fotografías aparece Chema estirado en el sofá cama conmigo encima. Ando descansando mi cabeza literalmente sobre su cintura, en una pose que a cualquiera podría parecerle que…y su cara es…esto es…vomitivo.

Me han convertido en el hazmerreír de la empresa. No encuentro las palabras. Permanezco en silencio lo que me parecen horas y un par de golpes en la puerta me sacan del limbo en el que me encuentro.

_Aroa podemos hablar un momento? _ Es Claudia, mi supervisora.

Miro a Clara y le devuelvo el teléfono.

_Neni…yo no…yo… lo siento…

Acompaño a Claudia a su despacho y allí me enfrento sola a un tercer grado en el que veo peligrar mi empleo.

Tras tratar de explicarle lo ocurrido y nombrar a Clara en mi explicación, la llaman.

_Tómate el día libre. Esta noche te llamo. _ Asiento y vuelvo a la zona de descanso. Abro mi taquilla y saco la bolsa. Me dirijo al coche ante la atenta mirada de algunos compañeros que han vuelto a la sala. Ninguno dice nada.

Antes de desconectar el teléfono llamo al colegio de Leo y les digo que paso a por él.

Llegamos a casa y feliz por no tener que hacer clases por la tarde, se mete en su habitación a montar el lego que Clara le regalara para los reyes.

El teléfono de casa no tarda en sonar. No me doy tiempo a escuchar ninguno de los mensajes. Tiro del cable y el silencio vuelve.

Le digo a Leo que nos vamos de excursión. Preparo una bolsa con comida, cojo a Brad y a George, las llaves de casa de la señora Guillermina, y salimos del piso.

Tras una tarde en la que merendamos sándwiches de nocilla y zumo y cenamos una pizza con algo de fruta, cae rendido antes de lo habitual.

Enciendo el teléfono y llamo a Claudia. La espera me mata. Me ofrece el traslado durante una temporada. Le pido que no diga nada acerca de dónde me trasladan o el turno. La aviso de que a la mañana siguiente no iré a trabajar. Me deben días, y no se opone. Trata de hablarme con dulzura. Entiende cómo estoy, y sería cojonudo poder abrirme a ella, en serio, el problema es que ni siquiera yo sé cómo estoy. Ando dispersa entre el cabreo, las ganas de asesinar a más de uno, no entender por qué cojones la gente no entiende un “no”, la decepción y la desconfianza. Chema se pasó, Clara se pasó y los compañeros de trabajo se han pasado un huevo…
 
Cuídense.
Sean Felices.
Ciao.
;-P

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