...QUE TRATAR DE HACER AMIGOS NO TIENE SUS RIESGOS. CLARO QUE TRATAR DE HACER ENEMIGOS TIENE MÁS...(XXVII )

...



Rato después, no sé cuánto, un leve cosquilleo me saca de mi raro sueño con cajas de plástico donde ir metiendo y ordenándolo todo y fina arena…

Trato de rascarme la nariz y mi mano no llega nunca. El cosquilleo pasa. Vuelvo a caer y a soñar. Esta vez con cuerpos morenazos. Tengo clarísimo qué estaba soñando. Me oigo. De mi garganta ha salido un leve gemido. Y me decido a seguir poniendo orden en el cuerpo del susodicho. Con aceite. Manos arriba y abajo en su espalda y en su torso hasta que le llego al culo...

El cosquilleo vuelve esta vez a mis labios. El intento de rascarme también. Pongo morritos para darle un beso a mi macho alfa...Una leve sonrisa acompaña a sus labios...Bésame tontuco...Más risa y la falta de entendimiento me hace dar un pequeño suspiro reprobatorio...Abro los ojos y tardo un segundo en ubicarme. Veo a Chema que con una punta de la sábana en la mano me mira con cara divertida. Tiene la nariz hinchada.

_Hkndakhfalommmmmm. _ Y recuerdo que debo llevar la cinta de carrocero enganchada aun en la boca.

_Tienes hambre?

_Mmm.

_Eso es un sí? Voy a quitarte la cinta. Humedécete los labios si puedes. No te muevas. Lo haré con cuidado. _ Y tira de la cinta. De golpe. Rápido. La madre que lo parió!

Abro y cierro los ojos repetidamente mientras en mis ojos empiezan a asomar lágrimas que intento no derramar abriendo y cerrando repetida y rápidamente los ojos. Joder qué dolor!

_Ándate con ojo con lo que vas a decir y con el tonito que empleas, porque va a resultarte complicado poder comer con la cinta puesta. Te aviso. _ Y tras mirar a contraluz la cinta, observa que debo depilarme el bigote más a menudo. Será imbécil! Si viera mis piernas en las épocas de secano lo iba a flipar!…

No digo nada. Cambio de táctica. Arquea sorprendido las cejas.

Saca una llave del bolsillo del pantalón y abre el grillete de la mano derecha mientras no me quita el ojo de encima. Espera que le caiga un guantazo o algo?

_He pedido comida. Espero que te guste. Si no es así, miénteme. Te lo agradeceré. Con lo tiquismiquis que eres para desayunar no quería arriesgarme a tener una comida movidita.

Me observa. Sigo callada y debe andar tan perdido como yo, que hace horas que dejé de pensar con normalidad. Huelo la comida que desprende una mezcla de olores a especias y carne. Se me hace la boca agua y empiezo a salivar sin ni siquiera darme cuenta.

_He pedido un poco de todo. No sabía qué te gusta, así podemos ir descartando. _ Suelta el otro grillete y acto seguido coloca sobre la cama una bandeja con dos copas, y un montón de cajitas de comida._ Arqueo las cejas ante el colorido y oloroso manjar que me inunda las fosas nasales y la vista. _ Es el menú degustación de un restaurante que queda cerca del ático. Quique y yo cenamos a menudo su comida. Está muy buena. Preparan comida vietnamita, entre otras muchas. Espero que te guste. Y lo veo tomar el tenedor y pinchar algo de dentro de una de las cajitas. Acto seguido me mira y se lleva la copa de vino blanco a la boca. Toma otra caja y repite la acción.

_Vamos, sin vergüenza.

Hago lo que me pide. Tomo una caja y tras pinchar lo que me parece un pedacito de brócoli me lo llevo a la boca. Me sorprendo de que un trozo de verdura pueda estar tan bueno y lo saboreo a tope. Acompaño mi bocado con un sorbo de vino que está fresco y es semidulce.

_Mmmmm.

_Me alegro de que te guste.

Sigo comiendo. Voy picando de aquí y de allí. Hay una carne crujiente y al punto por dentro. Saboreo, saboreo, saboreo. En ocasiones es complicado saber diferenciar los ingredientes. De algunas cajitas puedo diferenciar el limón, de otras la mandarina, en una ensalada creo notar el sabor de la granada, y de otras el gusto a eneldo y romero…

_Está todo delicioso. (Y turista gastronómica como soy, lo estoy disfrutando a tope) Gracias.

_Vaya!

_Qué?

_Pero si puedes ser agradable y amable! No lo hubiera dicho nunca!

_No hables de nadie antes de tiempo y te ahorrarás sorpresas, Mangueritas!

_Mangueritas? Es así como vas a llamarme, Gritona?

_Sí, acabo de decidir que sí.

_Y por qué si puede saberse el motivo?

_Deberías entender a la de ya que no necesito demasiados motivos para hacer la mitad de las cosas que hago, así que porque sí y punto.

Sonríe. _ Vale, Gritona.

Sonrío.

Seguimos comiendo.

_Por qué tienes la necesidad de ser tan cortante, distante, e incluso en ocasiones borde?

_Mantiene a ralla al resto.

_Y?

_Y me hace sentir cómoda.

_Te acomodas siempre igual de mal, buscando hacerlo de manera difícil?

_Has probado a acomodarte como yo lo hago?

_No.

_Entonces cómo sabes que es difícil?

_No es práctico.

_Eso lo dirás tú.

_Vale.

Tras comer en silencio un rato acabo mi copa de vino. Se la acerco.

_Más?

_Sí.

_Sí qué?

_Sí, más vino.

Me ignora.

Intento coger la botella. La aleja.

El paladar empieza a picarme. Trato de calmar el picor llevando la lengua hacia allí. Ahora es la lengua la que pica un poco. Sigo comiendo. Necesito calmar el picor de las especias.

_Puedes ponerme más vino, por favor?

_Eso está mejor. _ Y acerca la botella y llena la copa. Está fresco y calma el picor. Y me la acabo casi de un trago.

_Siempre tienes el mismo fondo?

No lo entiendo.

_Fondo?

_El alcohol y tú parecéis llevaros bien.

_Tengo sed y me pica la boca, eso es todo.

_Quieres que traiga agua.

_Si no te importa. Esta comida está deliciosa pero pica.

_Pica?

_Sí, pica. Y o me traes agua o acabo con el vino yo sola.

Lo veo desaparecer.

_En la nevera hay fresca!

_Vale Gritona!

Aparece con un botella y lleno la copa. Me la bebo entera. Sigo comiendo. Me mira raro pero decide acompañarme.

_Qué haremos después de comed?

Arquea las cejas. Divertido.

_Qué quieres hacer?

_No mad gdilleted. No me atez, pod favod.

_Está bien. Te dejo dormir la mona entonces. Sonríe.

Noto la lengua grande dentro de la boca. Es una sensación extraña. O esta comida lleva mucha pimienta o yo estoy torpe. Me siento pelín rara. Y no es achispamiento por más que lleve dos copas de vino. O lo mismo sí.

Sigo comiendo pero no puedo masticar la comida. No me cabe dentro de la boca por más que los pedacitos que pincho con el tenedor son cada vez más pequeños. Tragar resulta tarea imposible. Y empiezan a picarme los carrillos, el cuello y los brazos. Los rasco con las yemas. Tengo calor. Mucho calor, y la impresión de tener cara de carlino. Me cuesta mantener la lengua dentro de la boca. No me cabe. Qué narices pasa?

Me rasco el cuello desesperada y Chema me mira raro.

_Estás bien?

_No. Edta comida edtá dada. Debe edtar en mal edtado o adgo.

_A mi no me está sentando mal.

_Pued a mi me pica hadta el adma. Edto no llevadá piña vedad?

_Eres alérgica a la piña!?

_Dede chica. _ O joder qué torpe me siento con solo tratar de vocalizar. Vergüenza me doy con solo oírme.

_No me jodas!!Y ahora me lo dices?! Oh, joder mierda! Dónde tienes los antiestamínicos?

_Do dengo.

_Cómo que no tienes?! Si eres alérgica a la piña deberías tener, no te parece?!! _ Lo veo moverse nervioso. Retira la bandeja y suelta un grillete del tobillo.

_Do. Con no domad piña dengo dufidiente.

_Ya, pero yo eso no lo sé. Ponte las zapatillas, nos vamos al hospital.

_Do hace fadda. Vamod a una fadmadia.

_Por qué me tocan todas las taradas y raritas?

_Peddona Manguedidas, pedo muy nodmad do ed que dú deaz.

_Hay una farmacia en la esquina, no?

_Dí.

Cuando llegamos a la farmacia de la esquina, un enorme horario con las farmacias que hacen guardia esos días, nos remite a una cercana. Para entonces ya estoy babeando. Joder no me puedo dar más vergüenza, pero es que ni tragar saliva puedo!

_Anda baja Bulldog!

_Vede a da miedda!

Tras vernos, un par de clientes se apartan, deben pensar como poco que tengo la rabia.

Chema bromea.

_Hacen bien porque muerde, saben?

Los clientes se apartan todavía más. Pongo los ojos en blanco.

_Gidipollad…

 Gloria, una de las dependientas que me conoce por las veces que he ido a las tantas de la madrugada a comprarle los jarabes a Leo, me pregunta qué ha pasado. No quiero hablar para no babearle demasiado. Chema le explica lo ocurrido. Me acerca las pastillas junto a un vaso de agua y me advierte que si en una hora la hinchazón y las ronchas no han remitido, me vaya para el hospital.

Cuando llegamos a casa me estiro en el sofá. Tengo complejo de muñeco Michelín, y eso que solo estoy llena de ronchas y es la lengua la que no me cabe en la boca.

_Estás bien?

Asiento.

_Por qué no me lo habías dicho?

_Do he denido opoddunidá. Dampoko had prdegundado. Y do pedmido que de cachondeed de mí. Deja de deidte, gidipollad!

_Te había pasado antes?

_Cuando eda pejeña.

_Estás bien? Necesitas algo?

Asiento. _ Que me pongan un micrdochip y das vacunad.

_Veo que lo llevas con humor.

_Do de dejed engañad. Dengo ganad de madadde.

Las pastillas empiezan a hacer efecto y aunque las ronchas empiezan a picar menos, me pongo calamina por toda la cara, el cuello y los brazos. Me relajo en el sofá y hasta que no suena el timbre no me despierto.  En ese mismo momento siento que he dejado de tener complejo de perro para pasar a tenerlo de oso. Pasan de las cinco de la tarde.
 
Cuídense.
Sean Felices.
Ciao.
;-P
 
 

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