...O QUE LAS MUJERES SOMOS LA ÚNICA ESPECIE RENCOROSA...( XXIII)
...
Me despiertan la sed y las ganas de ir al baño.
Me desperezo todo lo larga y ancha que soy y abro los ojos
mirando al techo.
_Buenos días.
El brinco y el grito que doy en la cama me incorporan de inmediato y hacen que la pequeña resaca pase a un segundo plano en tres coma...
La luz de la mañana se cuela entre las cortinas y no tardo
en comprobar con cierto recelo que Chema está a los pies de mi cama, sentado en
una silla que ha debido traer desde el comedor y lleva puesta una sonrisa
socarrona de chico satisfecho consigo mismo y con el mundo.
Me estudio. Estoy en pijama. Y está claro que he
dormido sola porque la parte de la cama que nunca ocupo sigue así, sin ocupar.
Fugaz viene a la cabeza la manera en que conseguí acostumbrarme
a dormir sola, colocando cojines que me hicieran de tope, aunque no siempre hay
cojines allí donde duermo, y en más de una ocasión he vuelto a declararle la
guerra a las sábanas hasta conseguir que por la mañana la cama parezca la de un
loco.
Salgo del letargo y la laguna mental creada por el infiel
recuerdo y me asiento en el momento sin entender nada en absoluto.
_Qué haces aquí?
_Esperaba a que te despertaras.
_Y eso por qué?
_Para ver tu reacción.
_Pues me has pegado un susto de muerte. Ea. Contento? Ya
puedes largarte.
_Por qué eres tan mal educada?
_Por qué eres tan insistente? Por qué no te fuiste anoche? A
qué carajo viniste y si no es mucho preguntar, podrías salir? Necesito ir al
baño.
_Puedo tomar un café al menos?
_Puedes. Después de eso, aire.
_Como quieras.
Me planteo que la escena no es la más normal del mundo
teniendo en cuenta que un casi completo desconocido y gilipollas para más
señas, con una madre borde como ella sola, anda en mi casa. Desde luego no me
hace sentir cómoda y espero que en cuanto haya salido de la ducha él haya
desaparecido. Que sí, que soy consciente, que no estoy preparada para abrirme
al mundo y cualquier nuevo intento con cualquier nuevo intruso venido a menos
en solo un par de citas fortuitas puede llevarme al traste de nuevo. Acabo de
salir de una relación desastrosa y no tengo el….eso, que no estoy yo para
seguir suicidándome emocionalmente. Aunque lo cierto es que la última relación ocurrió hace meses...Cada vez me cuesta más levantar la cabeza. Tengo la impresión de que a medida que pasan los años más me cuesta recuperarme de los golpes...
Pienso en las palabras de Clara, y las tengo presentes, pero
no es el momento, no lo noto, no hay nada que me haga pensar que ha llegado.
Tampoco hay nadie, y me siento cómoda en una zona de confort que abarca ya toda
la ciudad.
Me repatea despertarme y tener ya esta paja mental encima.
Una ducha, sí. Eso mismo.
Y en cuanto me pongo de pie la noto en mi tobillo. Miro sin
dar crédito. Pero qué…?
_Chema!!!!!!
_Ya he tomado el café. Ya me voy. No hace falta que sigas
gritando, histérica malhumorada.
_Chema juro por Dios que si sales por esa puerta me encargo
de buscarte, acabar contigo y hacerte pedacitos luego. Quemarte y tirar tus
cenizas por el váter.
_Entonces en qué quedamos, me voy o me quedo? _ Aparece bajo
el umbral de la puerta con una cara de sobrado y pose chulesca, colocando una pierna sobre la otra, y los brazos cruzados sobre el pecho, y que hace que
se me revuelvan las entrañas y tenga ganas de sacarle los ojos.
_Qué cojones te crees que estás haciendo?
_Estaba tomando un café!
_Chema, no estoy para bromas. No me gusta que jueguen
conmigo. Esto no tiene ni puta gracia, así que ya me estás soltando. Necesito
ir al baño.
_La cadena llega hasta el baño.
_Pero por qué cojones me has atado? Estás mal de la cabeza o
qué?
_Yo? Nooo. Mal no. En todo caso me mola eso de practicar lo
que practican conmigo. Y lo que más, es devolverles las putadas a las tipas
raras como tú.
_No soy rara.
_No, que va.
_Suéltame.
_No.
Me siento en la cama y llevo las manos al grillete que
aprisiona mi tobillo. La cadena es pesada y resistente. Busco por la habitación
algún clip de pelo. Mc Gyver hacía eso en sus pelis, no debe ser tan difícil.
Estiro y trato de pasarlo por el empeine. No hay manera.
_Te vas a hacer daño.
_Vete a la mierda.
_Maleducada.
_Gilipollas toca pelotas de los cojones. Desaparece de mi
vista.
Y coge el tío y se va! Se va!! Será cabrón!
Está bien Aroa, piensa. Lo primero de todo es llegar al
baño.
Sentada en la taza del váter por la que echaré sus cenizas
una vez lo haya hecho cachitos, y lo haya quemado, tras apalearlo, y triturarlo, y pisotearlo luego, y luego más, y luego...pienso, evitando más ideas
macabras y poco prácticas. Me embadurno de aceite corporal el pie.
_Tienes cinco minutos para salir o entraré a por ti.
Necesitas algo?
_Oh sí. Necesito una llave y un bate de béisbol.
_Cómo dices? _ Oigo que habla desde el comedor. O la cocina
tal vez. El ruido amortiguado de platos me llega a lo lejos y o está
desvalijándome el piso o se ha puesto a hacer un puchero. Pensar eso me llena
de aprensión.
_Nada. No digo nada, capullo.
_Nunca muerdas la mano de quien te da de comer.
_A ti te mordía yo la mano para arrancarte los dedos uno a
uno, psicópata de los cojones.
Nada. El pie sigue tan dentro del grillete como antes. Más
hidratado, eso sí.
Me lavo la cara. Cepillo de dientes y lo mismo si logro no
romperme la crisma llego hasta la ducha y puedo ducharme.
_Necesito ducharme iluminao!!!
_Hazlo!
_Y puedes explicarme cómo cojones me quito la puta ropa si no
pasa por culpa del puto grillete?
_Sí pasa. Tú quítatela y yo me encargo de sacarla.
_Hay que estar muy enfermo para tener ganas de perder el
tiempo haciendo correr unas bragas y un pantalón de pijama sobre una cadena.
_Pensé en desnudarte o atarte la cadena al cuello, pero no
quería que malinterpretaras.
_Oh no, claro, está mucho mejor así. Encadenada al pie me
siento menos gilipollas y pienso que tú estás menos zumbao. No te jode.
_Dos minutos y entro a por ti.
Y lo hago. Me deshago del pantalón del pijama y de las
bragas y hago correr las prendas por encima de la cadena que tengo atada al pie
mientras maldigo a la primera mujer por haber tenido descendencia. Esto es de
locos! Me meto en la ducha. Cuando salgo me seco y me coloco el albornoz. La
ropa ha desaparecido. No voy a dedicarme a fliparlo porque está claro que eso
es lo de menos dada la situación surrealista que me encuentro viviendo.
Meto las tijeras de punta roma en el bolsillo y vuelvo a la
habitación...
Cuídense.
Sean Felices.
Ciao.
;-P
Me gusta el cariz que tomando la historia... me estoy enganchando
ResponderEliminar;-P. Gracias Toni.
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