YO ESTUVE ALLÍ. RITA TAMBIÉN ( V ) Y RYANAIR PUSO LA GUINDA... .
Tampoco quería estar allí.
Este es el segundo motivo ( el primero es pillar una buena
cogorza) por el que a una le da por pensar en una de esas máquinas que se
inventarán uno de estos días, y que servirán para teletransportarse…
A esa hora, incapaz de controlar apenas nada, y teniendo la sensación de haber
empeorado algo que se aguantaba por una sola pinza, la de la indiferencia, andaba enganchada a un
teléfono que me acercaba un poquito más a Barcelona…
Sentada en el suelo intentaba que el tiempo pasara entre lectura .
Gente. Ir. Venir. Maletas. Avisos en las pantallas… ( Avisos
de todos los vuelos menos del mío, claro que a siete horas para el embarque…)
Ir a comer. Dejar la comida en la bandeja…
Volver a salir fuera. Entrar. Deambular de nuevo. Sin querer…
Son las tres y media y me coloco en la cola de atención al
cliente de Ryanair.
Casi media hora después, me toca.
_Hola. Diculpe. Para sacar el billete?
_A qué hora tiene usted el vuelo?
_A las ocho menos cinco de la tarde.
_Señorita, siento comunicarle que son las cuatro menos ocho
minutos. Y que dispone usted de un plazo de quince días antes hasta cuatro
horas previas al vuelo para imprimir su billete. De no ser así, deberá usted pagar 60€.
_Vale. Pues quiero que me lo imprima por favor.
_No. Desde aquí no puedo. Debe ir usted a la terminal 4.
_Y cómo llego?
_Si sale usted fuera, los autobuses verdes le acercarán y
desde allí podrá imprimirlo. Debe ir al Bussines Center.
_...
Rita asoma por una de
las cremalleras del bolso.
_Echas a correr o vas a sorprenderme y vas a sacar alas?
_Joder!!!!!
Y eso es lo que hice. Correr. Todo lo que pude. Y más.
Y nada. Tras llegar al fantástico Bussines de los cojones, (
qué monos eran mis zapatos rojos de tacón, y cuánto me arrepentí de llevarlos
puestos, haberlos aceptado como regalo, haber nacido y haber decidido perder
miedos a mi edad teniendo en cuenta que a cada año que pasa, mi gafe empeora y
mis planetas, asteroides y galaxias se conjuran para hacerme perder el norte,
la dignidad y la pasta)y como todo
estaba informatizado, me puse a probar
no sé cuántos correos ( porque había olvidado que con eso de no tener pasta de
plástico era una amiga la que me había hecho las reservas de los vuelos, y los
nervios en ese momento volvieron a dejarme k.o), y no hubo manera de imprimir
nada más que el cabreo, el desánimo y más tristeza en mi memoria (porque
pasaban tres minutos de las cuatro de la tarde.)
Y no por la pasta. No por esa cantidad de pasta.
Sí por todo lo demás…
_Lo siento señora.
_No soy señora.
_Disculpe.
No pude seguir.
_Disculpe usted…
Y me eché a llorar, para lo cual me giré dándoles la
espalda a las dos muchachas que allí habían… Evitaré hablaros del mozo rubio
porque seguro que debió pensar que yo era idiota y eso prefiero guardármelo
para mi, porque una puede seguir siendo gilipollas y pobre, pero sigue teniendo
algo de eso a lo que algunos llaman vergüenza y orgullo…
_Se encuentra usted bien?
_No ha sido un buen viaje. Disculpe. Ahora qué debo hacer?
_Vuelva usted a la terminal uno. El compañero que allí la
atendió se lo dirá. Siento comunicarle que deberá pagar un importe de 60€ para
poder volar con nuestra compañía.
_Lo sé. Gracias por todo.
Salgo de allí.
Sintiéndome más derrotada todavía. Ya no hay resquicio alguno de nada en aquel
viaje que no sea el de querer olvidarlo cuanto antes.
Me buscan desde Barcelona un vuelo barato. Puestos a pagar
esa cantidad por poder viajar, lo mismo hay suerte y encontramos uno de última
hora y que encima me lleve a Barcelona y no a Girona, como es el caso. Y como
es el caso también, la suerte sigue sin aparecer. Y no será que no la busco. Me
vienen a la mente algunas frases de esas chorras que algunos amigos o conocidos
cuelgan en Face… Pfpfpfpfpfpfpfp!!!!
No hay vuelo.
Vuelvo a la terminal uno. Qué bonitos son los autobuses que
se mueven entre una y otra. Y gratis!!!!
Más cola. Vaya usted a facturar, traiga el papel que allí le
den, pague los sesenta lebricos de ná, y
vuelva a hacer cola para sacar su billete…
Vaga de aerolíneas en Francia. Segundos antes de facturar,
algunos de los allí presentes se echan las manos a la cabeza cuando les
informan de que sus vuelos han sido cancelados por el cierre del espacio aéreo
francés…
Como me anulen el vuelo ( por lo que sea), arde Troya, me
quemo a lo bonzo, cometo injurias hacia el mundo en general, mi estupidez
supina en particular y me encierran dos noches fijo por hacer destrozos varios
en lo que se me ponga por delante…
Todo en orden.
Tras casi desvestirme para pasar los controles, llego a la
puerta de embarque. C-50. Destino Girona.
_Vamos campeona. En nada y menos estamos en casa.
_Lo siento, Rita.
_Yo no. En poco tiempo lo habrás olvidado todo. Y hasta nos
echaremos unas risas…
_Ya...
Un grupo de jóvenes da la voz de alarma rato después.
Nuestro avión no sale. Preguntan a la chica que está apostada en nuestra puerta
de embarque. La negativa es rotunda. Esperen a ver su vuelo en las pantallas de
información.
Y allí que vamos todos. A esperar a que aparezca en la
dichosa pantalla el vuelo 5432 de la fantástica compañía Ryanair…
Y aparece. Casi tres cuartos de hora después.
Vuelo 5432. Puerta E-63. Hora 20:55…
Dónde coño está la puerta E-63?
Y todos a correr. Nadie sabe dónde está. Pero si los demás
corren, corre!
Y la encontramos. Está allí. Con letras amarillas. En
grandes.
Y esperamos.
Como buenamente podemos. |
Y cuando llega la hora, aparece justo en la pantalla el
destino.
Y no es el nuestro.
...Tenerife.
…
Tras haber dado aviso a quien debiera venir a buscarme al
aeropuerto de Girona de que el avión sale con retraso, vuelta a llamar. Hay más
retraso… No sabemos cuánto.
_Pero no te preocupes, que he quedado con unos chicos que
van a pillar taxi y me iré con ellos. Lo tengo solucionado. Acuéstate que
mañana madrugas. Gracias blodel…
(Mentira cochina. No he quedado con nadie. Pero no me puedo
permitir que algo que sale mal, acabe afectando a nadie más…)
Tras tres horas de retraso,
embarcamos a las once de la noche. Una vez en el avión, ya no soy capaz
siquiera de aplicarme terapias de relajación, y mis piernas se han convertido
en muelles que no paran. No puedo controlar mi ansiedad. Mis nervios. Mi
cabreo.
No despegamos.
_Les informamos de que tardaremos unos minutos en salir
porque estamos repostando…
Unos minutos son treinta, para ser exactos.
El chico que viaja junto a la ventanilla se ha dado cuenta
de que algo no va bien, y trata de darme charla.
Se llama Arturo.
Siempre que oigo ese nombre me acuerdo de los caballeros de
la mesa redonda, o cuadrada…
Es un completo desconocido.
Me resulta tierno que tome mi mano cuando el dichoso avión
con retraso pilla turbulencias y soy incapaz de aguantar ya nada dentro. Me da
igual que puedan estar viéndome. Me da igual que a mi alrededor se haga un
silencio sepulcral y que las miradas recorran casi de soslayo el asiento en el
que me encuentro. No me gusta volar. No
me gustan los aviones.
_No le gusta volar?
Niego con la cabeza.
Y aguanta allí, estoico hasta que el avión para sus motores y nos avisan de que hemos llegado.
Son las doce y media cuando llegamos a Girona. A esa hora ya
no hay autobuses o trenes con destino a ningún lado. Cerca de las tres de la
mañana cuando llego a casa, tras haber pasado por Barcelona para dejar a Arturo
en su hotel…
Cuídense .
Sean Felices.
Ciao.
;-P
Toda una aventura.
ResponderEliminarDe la que sales vivita y coleando.
Eso es lo único que importa.
Ahora a seguir "palante".
Muack.
Consejo 1: nunca lleves zapatos de tacón para viajar. No sabes cuantos kms tendrás que andar o peor correr.
ResponderEliminarConsejo2: evita las low cost,en cuestion de segundos se convierten en pesadillas que pululan por las terminales.
Consejo3: Haber cogido el avión que salía hacia Tenerife. Yo te hubiese ido a recoger.
Besitosss!
Menuda aventura!! Suerte que tienes a Rita siempre contigo! Yo con una compañera así de viaje me iria al fin del mundo! O como mínimo a París!! Por cierto, buena pose para descansar... Brazos largos para hacer una foto tan descriptiva de tu bonita figura...
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