YO ESTUVE ALLÍ. RITA TAMBIÉN ( II Parte)

...Una vez en el avión, asiento F-10.

Con F….con F….Fatalidad. Fatalismo. Fatal…

Espero a ver si alguien me acompaña en alguno de los dos asientos libres, y cuando veo que las compuertas se cierran, me paso al E-10…Con E….Esperanza y ahí me quedo.

Debo ser de las pocas personas que atienden a las azafatas cuando mediante mímica te indican de qué manera inflar los chalecos salva vidas que hay debajo de los asientos…

Me avisan a mí de que el avión tiene problemas, y me pongo a correr el pasillo histérica de arriba abajo…En ese estado no sería capaz ni de ver a un elefante por más que se hubiera sentado dos filas de asientos más adelante…

Y eso si nos caemos al mar, que no recuerdo que en mis clases de geografía prestara demasiada atención, pero ahora que lo pienso, entre Bcn y Madrid, lo mismo algunos ríos, pero mares, lo que son mares… Y está claro que el chaleco sirve en el agua…

Rita me saca del bucle catastrofista en que ando sumiéndome. Catástrofe también lleva F…

_Qué planes tienes en la capital?

_Conocer a "T" e ir a ver un musical.

_Quién es "T"?

_Una amiga.

Y tú? Cuáles son tus planes?

_Conocer y ver. Pero ni idea de a quién o qué.

_Genial. Veo que llevas este viaje peor preparado que yo.

_Eso no es difícil.

_Sabía que dirías eso.

_Me pasas una chocolatina?

_Y me dejas leer?

_Ohhh claro. Ahora dime que te molesto. Si hubieras comprado el National  para mi…

_Lo compraremos al llegar, ok?

Tomamos tierra y me entran unas ganas enormes de ir a besar al piloto y de abrazarme a las azafatas…Soy feliz. Viajar es chulo. Me estoy haciendo una mujer de provecho. Y lo estoy haciendo solita!

Qué bonita es la terminal 4 de Barajas… Mira, si tienen hasta Bussines Center y todo… Qué de ejecutivos deben reunirse ahí, encorbataos, con sus zapatos brillantes y con sus carpetas repletas de papeles importantes…

La llamada de "T" me saca del ensimismamiento propio de quien espera verla aparecer. Llega tarde. Se perdió. Abrazos, besos. _Joer, qué alta sois todas…

Y como quienes se conocen de toda la vida, comparten sentido del humor, huevos de chocolate y búsquedas varias, además de amigas en común, hablar y más hablar.

Y tras eso, caminar, metro, buscar hostal, hablar, pasear, melenas con sensibilidad, Puerta del Sol, hablar, hacer fotos, Plaza Mayor, hablar, jabones, Mercado de San Miguel, hablar, evitar a italianini, dos vermut reserva, hablar y casi que cantar, fotos de huevos, hablar, cena y más hablar, y finalmente café. Hablando, por supuestísimo.

                                                      Melenas con sensibilidad

…La señora del hostal se llama Pilar. Algo demacrada y ojerosa me explica cómo van las llaves. Dónde están los baños y me avisa de que el timbre se desconecta a las once de la noche para permitir el descanso de los huéspedes…

No reparo demasiado en la habitación. Dejo las bolsas sobre la cama y la ventana abierta para que Doña, pueda salir a buscar bichitos. He visto tres macetitas que parecen estar más en el otro mundo que en este. Debe ser por eso de que el potos es de interior… Ya encontrará algo que llevarse a la boca.

Tras agradecer a mi guía nocturna el paseo, y retirarnos pronto por eso de que a la mañana siguiente trabaja, de vuelta al hostal.

Y no es que sea una desalmada a la que importe bien poco el descanso ajeno, pero pasan de las doce de la noche y tengo que tocar el timbre porque la llave no abre… Momento exacto en el que empieza una mala noche que no podía llegar a imaginar siquiera.

Finalmente y tras jugar con la llave, encuentro la posición exacta para que esta gire. Ante mí la más absoluta oscuridad. No encuentro el interruptor de la luz. No hay luces de emergencia que alumbren un huevo, y no recuerdo cómo de lejos estaban las escaleras.

Me arrimo a la pared y cual pato mareao, voy dando pequeños pasos. Llego a la escalera. Creo que habían cinco escalones y que yo llegué a subir diez…Menudo panorama triste…

La oscuridad no mola. Y parece que el del cielo ha debido leerme el pensamiento.

Momento mágico en que la luz se enciende y trato de recomponerme. Estiro mi cuerpo encorvado sin motivo, y muy dispuesta a que la luz no se apague de nuevo, apresuro la marcha hasta colocarme delante de la puerta del piso.

Un chico joven la aguanta.

Saluda.

Espera a su chica que ha olvidado algo en la habitación. Contigua a la mía. Venti pocos. Qué bonito es el amor…

Entro en la habitación. Hace fresco. De Doña ni el color. Neceser y al baño. Con chanclas!

No tarda en aparecer por la ventana del baño que da al patio de luces.

_Qué tal?

_Bien y tú?

_Bien. Estuve hablando con el conejo ese que tienen por aquí. No sabía que habría más animales.

_Yo tampoco.

_Se llama Jamfri. Y es de los caseros. Es igualito que el de la foto que tenemos en la habitación.

                                          

Bueno, igual, igual, no. A este parece que lo hayan metido en la lavadora, y tras un programa corto se les haya olvidado meterlo en la secadora. Anda como espeluchao.

_Y qué tal?

_ De puta madre! Me ha dicho dónde podía encontrar los mejores bichos.

La miro seria.

_Ya sé lo que debes estar pensando. Y no. No me he aprovechado de él. A cambio le subí una zanahoria gordota y muy naranja de la cesta que hay en el Bajos A.
Luego estuvimos discurriendo. No sabe dónde está Bcn. Le he explicado la de rascacielos y monumentos guays que tenemos. Y de lo muy bien que vivimos allí toda clase de bichos…
Bueno vale, lo mismo no es verdad. Pero tampoco tiene pensamiento de viajar , así que mostrarle un dorado inexistente no puede ser tan malo.

_Me doy una ducha.

_Me pones el tapón y me doy unos largos? Anda por fi.

...

Cuídense.

Y sean felices.

Ciao.

;-P