LAS CHICAS BIPOLARES ABRIMOS BLOGS ( O de cómo tus limosmas y tú acabasteis conmigo...)

Silencio. Obligado. Impuesto. Buscado. Regalado…

Cientos de motivos por lo que permanecer callado.

Extraño cuando una necesita hablar, aunque sea por los codos…

No debería justificar mis silencios de otra manera que con más silencio.

Como haces ahora.

Esperando ver hacia donde muevo ficha.

Porque tal vez no yo, pero mis palabras te han dejado claro, también a lo largo de este blog, quien soy. Y si no lo habrán hecho mis actos. O mis silencios, o mis ruidos, o yo qué sé...

Y he necesitado de silencios para ordenar las emociones mudas, los pensamientos que me llenan a veces de rabia, en ocasiones de injustificado miedo y las que más, de peón equivocado en la casilla que no lleva su mismo nombre.

No he buscado nunca el silencio entre dos que quieran hablar.

Táchame de cuanto quieras, pero no de buscarte silencios…


...A los mandos y temiéndome, porque el tiempo sigue el curso pactado y el ritmo que lo envuelve, lento, agónico y de mirada despiadada, hace que en ocasiones me atormente.

Dolida y temiéndome aún más, porque en este estado, soy menos valiosa por lo que escribo que por lo que guardo. No hacerlo así, me convierte en quien no soy para mi pero soy para el resto, y porque el tiempo no pasa y no quiero seguir con este pedazo de tu palabra dentro, voy a desnudarme aún más.

Teniendo en cuenta que necesitaste tenerme en cueros para acabar decantándote por la forma y no por el fondo,como ya ocurriera antes, arrancarme la piel a tiras, de nuevo, no va a venir a demostrarte nada que probablemente no creas ya, pero esa es tu verdad y no la mía.

Tranquilo que volveré a recomponerme entera, y en unos días como nueva.

Cansada, que no víctima de mis palabras, soy muy libre de intentar enmendar para conmigo un error que empezó para contigo, y no habiendo sido clara contigo para acabar sin saber donde estoy siquiera, por más que tú puedas señalarme con el dedo y ubicarme en el mapa de los laberintos lingüísticos de los que me valgo y me he valido siempre,(y esto último lo supiste desde el principio porque en ellos me encontraste), olvidándome de las formas en ocasiones para seguir manteniendo el tipo, la compostura que me roba tu pensamiento y alguno que otro de mis recuerdos, voy a darme la justicia que creo necesaria para que tú puedas seguir pensando en bipolaridades varias, achacando mis palabras a la locura, y puedas así seguir guardando silencio.

Porque yo no he tenido que desnudarte para aprenderte. Ni te mantuve nunca contra las cuerdas. Impasible. Viendo cómo te hería. De manera brutal...

Me dolí. No pensé ni juzgué, y esperé que conmigo hicieran lo propio. Idea estúpida cuando uno despierta tarde y cree que desde que bate las alas por primera vez, ya sabe qué es esto de estar vivo. Mentira oculta hasta que eres atropellado por el tiempo y te mantienes en las ciénagas del duelo hasta que puedes volver a ponerte en pie.

Lo peor, saber que volverás a buscar la trampa de la que me haces presa solo porque aprendiste a volar. Y no verás la trayectoria de tu vuelo. Ni las trampas por las que tú te haces preso.

Y será porque me visto de impresiones como tú lo haces, como hacemos todos, que empiezo a pensar que no valió la pena que me desnudaras para hacerme sentir como lo hago ahora.

Que no era necesario.

Que no soy yo la que se ha posicionado en una esquina, de espaldas a ti.

Que fuiste tú el que me colocó allí.


Que escriba lo que escriba nada va a valerme para acabar una lucha que no debió empezar nunca.

Que casi me convences de ser la culpable.

Que lo que has comprado no va a saciarte nunca de la manera en que lo haría lo que has malvendido.

Que lo único inteligente que has sabido hacer siempre, es mantenerte bajo el desconocimiento que aligera el peso que le causa tu mano al otro, creyendo esquivar lo que para mi son solo palabras y para ti farsas. Sin necesidad de descubrirlas; para intentar luego que el que crees el hombre, desenmascare a quien dejó hace ya tiempo de llevar coraza alguna. No encontrarás coraza ni farsa en mi palabra, tal vez solo un duelo que por definitivo dejará de doler el día menos pensado. No hay impostora detrás.

No es buena idea si solo las palabras tengo, y hace tiempo que no hablamos el mismo idioma.

Ya no reconozco a quien me juzga. No está tras sus ojos. Ni puedo encontrarlo tras mis culpas.

...Inaccesible. Acorazado. Frío. Distante. Huidizo. Temeroso. Desahuciado. Irreconocible. Marchito. Otoño. Preso. Carcelero. Juez. Verdugo. Niño. Apátrida. Incoloro. Ojos. Caduco. Cebolla. Mimo. Esquivo. Mudo. Boca. Piedra. Desalmado. Raro. Frío. Extraño. Cuero. Raíces. Suelo. Rincón. Lengua. Silencio. Espacio. Ventana. Miedo. Frío. Común. Ahogo. Desconocido. Llanto. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño.Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño. Extraño…

Olvidar que no hay maldad en todos los actos, es olvidar la propia nobleza...

Cuídense.

Ciao.