FECHAS (III)...
14/01/2010
Todo empezó un trece de enero.
Justo un año después, el declive y la decadencia nos cogió por sorpresa a ambos.
Un año después…
Y creo que un solo rayo de sol oculto entre andenes y tras cristales empañados, nos hizo entender que aquella primera cita en un vegetariano regentado por argentinos insolentes, y las blancas sábanas debieron quedar ahí presas de esas escasas horas y del olvido…
Y seguimos viéndonos en febrero, entre vocales…
En marzo llegó la necesidad de seguir riendo. Preguntándonos si se pué o no se pué pasar…;-P
Y así empezamos a robarle al aire y la arena…
A las piedras y a los vitrales…
A adivinar cómo se pintaban los techos…
O qué escondían las palabras.
Engañando a las calurosas noches entre pequeños puntos de luz con los que iluminaban las juguetonas libélulas…
Admirando cielos bajo campanas…
O secando pétalos…
Compartiendo mares y gatos…
Buganvillas y horas de tren.
Y esa misma noche sintiéndome parte de la canción con la que entre susurros, me envolvías por completo.
Y más tarde copas con el borde de azúcar.
Y luego fuegos en noches frías.
Y composiciones en rojos azules y amarillos, mientras discutíamos si era Kandinsky o Mondrian…
Y como en la vieja Europa…
Los palacios pasaron a ser fantasmas olvidados y sombríos…
Ocasos en los que morir cubrieron los cielos.
Llenando de telarañas los ojos…
Un año después.
Ciao.
;-P
Todo empezó un trece de enero.
Justo un año después, el declive y la decadencia nos cogió por sorpresa a ambos.
Un año después…
Y creo que un solo rayo de sol oculto entre andenes y tras cristales empañados, nos hizo entender que aquella primera cita en un vegetariano regentado por argentinos insolentes, y las blancas sábanas debieron quedar ahí presas de esas escasas horas y del olvido…
Y seguimos viéndonos en febrero, entre vocales…
En marzo llegó la necesidad de seguir riendo. Preguntándonos si se pué o no se pué pasar…;-P
Y así empezamos a robarle al aire y la arena…
A las piedras y a los vitrales…
A adivinar cómo se pintaban los techos…
O qué escondían las palabras.
Engañando a las calurosas noches entre pequeños puntos de luz con los que iluminaban las juguetonas libélulas…
Admirando cielos bajo campanas…
O secando pétalos…
Compartiendo mares y gatos…
Buganvillas y horas de tren.
Y esa misma noche sintiéndome parte de la canción con la que entre susurros, me envolvías por completo.
Y más tarde copas con el borde de azúcar.
Y luego fuegos en noches frías.
Y composiciones en rojos azules y amarillos, mientras discutíamos si era Kandinsky o Mondrian…
Y como en la vieja Europa…
Los palacios pasaron a ser fantasmas olvidados y sombríos…
Ocasos en los que morir cubrieron los cielos.
Llenando de telarañas los ojos…
Un año después.
Ciao.
;-P
Europa, más grande y más hermosa de lo que la hemos visto nunca, amenaza. Se jacta de tener la solución a todas las soledades. Incluso en Venecia, la ciudad de las tristezas y los suicidios.
ResponderEliminarQué curioso. Las que somos muy de fechas tenemos una cruz añadida: la memoria.
Luego está el tema del color. De la lágrima. De la vigilia. Y otra vez Europa tocando al timbre. Que se empeña en tener la solución.
Pero a qué.
Un nuevo día brillará... y yo estaré cerquita para ver como sonríes!!
ResponderEliminarMientras... que nos quiten lo bailao!
Estoy de acuerdo con Alrhea. Y yo tb quisiera un día verte sonreír, porque las lágrimas, como por ahí cuentan, dicen, no te dejarán ver el sol. Y el sol tiene que salir más, sobre todo, ahora en invierno.
ResponderEliminarHe leído tu trilogía y lo he hecho de abajo a arriba y me han encantado la sencillez sublime de tus palabras y cómo describes tu pesar, ¡muy bellos textos!
Un besazo y un abraZazo,
Amber