APENAS QUEDAN ESPACIOS...

Cerré la última de las cajas.
Deberían bastar por hoy.
Tal vez mañana deba abrir de nuevo alguna para meter algo pequeñito que haya olvidado. Algo que pueda caber dentro.
Tal vez deba preparar otra porque lo que haya olvidado no quepa en ninguna de las ya cerradas.

Repito la misma acción desde hace meses.
Y no he dejado de hacerlo un solo día.

A diario meto en esas cajas sin desearlo, o tal vez sin pensarlo, algunos de los días de meses vividos con anterioridad.
Tal vez ese mismo día sea capaz de guardar en cajas de cartón las horas previas a la acción.
Nunca al empezar el día conozco de cuánto voy a desprenderme esa misma noche.

Tal vez el día de mañana me muestre que debo empezar mis horas guardando las palabras de esta noche.
Lo sabré en cuanto despunte el día y la luz de millones de vidas se cuele temerosa por mi ventana.

Esta noche guardé de nuevo mi tan conocida vida.
La guardé de nuevo.
A pedacitos.
Una pizca de aquí.
Un poquito de allí.
Un cachito de aquello y un resto de ti.

En el fondo de la última caja, los restos del mes de abril.
Los tiempos que no han podido llenarse.
Los que debieron saciarse y fueron incapaces.
Tu voz.
Mi nombre.
Nuestras noches.
Tus palabras.
Un trocito de infancia.
Un par de sueños.
Una de las miradas.
El miedo y probablemente años de búsqueda.
Es más que probable que haya guardado grandes dosis de soledad.
Un gran pedazo de tormenta.
Parte de mi mundo, ese que siento que empequeñece porque no te tengo.
La escarcha en la que se ha convertido mi alma, y que la hace inservible e intransitable.
Habré metido sin darme cuenta parte del canto de las golondrinas que espero cada mañana.
Sobre todo esto, puede que en desorden haya apilado la libertad que hoy agoté.
El deseo y el sueño.
La fe y la ilusión que no encontré y de la que no pude disfrutar.
Tu rostro.
Tus labios.
Tus ojos.
Los deposité temerosa porque tal vez uno de estos días tenga la necesidad de recuperarlos. Así que marqué con un gran “ TAL VEZ” esa caja.
Y es que aunque intente desprenderme de ti y parte de mi vida, os necesito a ambos para seguir viva.

Duele sentir que he perdido.
Y no quiero correr el riesgo de guardar cuanto no debo.

He guardado el beso que no me atreví a pedirte.
Las palabras que a día de hoy no me atrevo a decirte.
Los segundos que te siento y pienso y no me atrevo a confesarte.
Las caricias que les prohibí a mis manos por miedo a que se enamoraran de tu piel…
Guardé el corazón al que no dejé ser cómplice por más que no pude controlarlo.

Hoy la última de mis cajas guarda todo eso de mi yo…
De lo que nunca fue mío…
Guarda todo eso de ti…

Ya apenas sé dónde meterlas…
Ocupan gran parte del espacio que necesito para respirar.
Tal vez sea por eso que siento que no dejo de intentar caminar mientras el peso me ahoga…

Cuántas cajas me has permitido ocuparte?…
Puedes desprenderte de ellas como yo llevo intentando estas últimas vidas?...
Marcaste alguna de esas cajas con un gran “ TAL VEZ”?...

Comentarios

  1. Qué dificil obligarte a dejar algo atrás cuando desearias aferrarte a ello con todas tus fuerzas. Dificil, muy dificil... pero no imposible.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MERECES...

CONSTELACIONES... ( 3 DE MAYO DE 2009)

QUÉ TEXTURAS PINTAN LAS NUBES?...