A CADA POCO...




A cada poco un nuevo miedo lo invade...

Debo cambiar rutinas porque algo tan simple como repostar gasolina, lo hace entrar en conflicto.

Hace algunas mañanas, yendo de camino al cole y a sabiendas que no llegaba si no pasaba antes por la gasolinera, decidí parar en la que hay saliendo de la urbanización.

Otras veces lo había hecho así…

Le había prometido lacasitos, y apenas sin tiempo de reacción cuando miré desde la caja hacia el coche, lo vi histérico...

Gritando y golpeando el cristal trasero.

Se había soltado de la sillita…

La chica que tenía que cobrarme parecía confusa, y no fue hasta que logré abrir la puerta trasera del coche y vió el estado en el que se encontraba el peque, que no comprendió por qué había salido de allí casi sin darle explicaciones...

Unos segundos después se acercó y me dijo que estuviera tranquila, que ella se encargaría de ponerme la gasolina y de cobrarme.

_A los lacasitos invito yo…

Le agradecí el acto. Para ese entonces otra de sus compañeras había salido y le ofrecía al peque un vaso de agua…

No hicieron preguntas. Lo agradecí. No creo que hubiera conseguido articular palabra...

Tras pensar en qué podía haberlo asustado tanto, tres días después le explico que vamos a ir a repostar gasolina. Que lo bajaré del coche y que me acompañará. Que él buscará los lacasitos y de esa manera, entenderá que no lo abandono y sabrá qué hago allí dentro mientras él espera en el coche.

La cosa va mejor, pero me pide que nos vayamos.
( Creo que soy la mujer con el récord guinnes a la hora de repostar…)

…Mañana de domingo y por si mi vida no fuera ya complicada, nos encaminamos al coche con el plástico para reciclar…

Momento en que el paro delante de los contenedores y el pánico aparece de nuevo en su cara…

Lo tranquilizo diciéndole que no voy a bajar. Que lo haremos cuando lleguemos a la panadería puesto que allí delante hay contenedores de plástico…

La escena se repite.

Suelta el cinturón de la sillita y de manera automática abre la puerta del coche…

En ese momento un coche pasa con prisa y en décimas de segundo, bordeo el coche hasta situarme a su altura…

Está asustado y no sé demasiado bien por qué…

Le pido que me acompañe a tirar la basura, y accede de inmediato…

Tomar el café mientras leo el periódico no se hace fácil…

_Ya has acabado?
Podemos irnos?…


El pánico aparece en los momentos cotidianos, no cuando hacemos cosas nuevas…

Lo que hoy es normal mañana no.

He cambiado hábitos.

Reposto cuando no lo llevo en el coche.

Lavo a solas el coche. El tren de lavado también lo asusta…

Tendré que ir a tirar la basura cuando él no esté…

Y tengo la impresión de que a cada paso que damos, él recula tres o cuatro de golpe…

Es desesperante…

Me siento cansada…

Ciao.

;-P

Comentarios

  1. Ohhhhhhhhhhh, Heidi! He sufrido por tu peque, por tal como has ido describiendo la situación y, en cierta manera, me he identificado con tu angelote, no porque me hubiera a mí pasado eso, sino por la angustia que el niño llevaba dentro.

    ¿Sabes? Pero eres una muy buena madre, se nota, y para él has de ser la mejor mamá del mundo, seguro.

    ¡Preciosa la foto! ¡Qué ojazos tiene, Diorrrr!

    Muássssss,

    Ámber
    P. D.: Por si no lo sabías ya, te comunico que en mi post del 3 de julio hago una mención a ti (indirecta), pues tú, desde hace ya meses, me has dado muchos momentos gratos y agradables de lectura con tu blog. ¡Gracias, guapísima!

    :)

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  2. Gracias por tus palabras Amber. Te sigo leyendo aunque tenga problemas a la hora de comentar.
    Cuídate mucho.
    Me alegra ver que volviste.
    Un beso.
    Ciao.
    ;-P
    Heidi.

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  3. Ahora me gustaría abrazarte. O llevarte a beber lo que quieras beber. Y no decir una palabra. Dejar que digas.

    Hoy no me toca hablar a mí.

    Te achucho.

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  4. Colmale de besos y mimos, juega con él y dile mucho, mucho, cuanto le quieres, que a juzgar por tu modo de escribir seguro que es de aquí al infinito y más allá.

    Un abrazo a los dos, conjunto.

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  5. Heidi:

    Hoy en honor a ti y tantos otros lectores que me han pedido que no sólo siga publicando, sino que también dejando poner comentarios, hoy, sólo hoy, queda abierta la sección de comentarios.

    La entrada anterior (la del "Hilo rojo" creo que te puede gustar, la he escrito pensando en el destino).

    Por cierto, hace muuucho que no sé nada de Shakespeare, ¿cómo está?

    Muásssss,

    Ámber

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