PUEDEN LOS LOBOS CAMBIAR DE PIEL?... ( XXII )



...Tiempo después la acompaño hasta la cama y me estiro junto a ella tratando de calmarla.

El silencio entre ambas solo se rompe por sus sollozos. Tiembla. Se agarra fuerte a mis brazos. Me envuelve con su cuerpo como el náufrago que se agarra a un trozo de madera en medio de una tormenta...

_Lo siento.

_Shhhh.No hay nada que sentir, Beatriz. Estoy aquí. Todo se arreglará.

_Pensé que te habías olvidado de mí.

_Eso nunca, “Arzofaifa”.

Sonríe hasta que sus ojos se contagian. Me mira.

_Todavía lo recuerdas?

_Ohhh, sí. No creo que ninguna niña que jugara a ser princesa y a tener un reino eligiera el nombre de “ Arzofaifa”.

_A mí me gustaba.

_A mí también. Era…diferente.

_Cómo está Helena?

_Preciosa._ Silencio y duda en sus ojos. Arrepentimiento mezclado con miedo.

_No sé por qué lo hice…yo solo…_Vuelve a llorar._ Shhhh. Ella está bien. Y tú también lo estarás. Ha sido solo una mala… época. A veces nos dejamos llevar por otros para encontrarnos.

_No puedo entenderlo, Aroa. No sé qué hice mal. Ni por qué lo hice. No quiero seguir así. Yo solo quería hacer las cosas bien, como tú.

_Me quieres demasiado, enana. Yo no soy perfecta. Tengo algunos millones de defectos, y…

_Pero siempre sales adelante.

_No siempre es fácil.

_Pero encuentras la manera.

_A veces sigo adelante sin que haya manera. Esperando que aparezca el día menos pensado. A la deriva. Sin rumbo fijo.

_Eso es bastante._ Habla con los ojos cerrados. Alargando las palabras y los espacios entre estas, como si llevara días esperando pronunciar la duda y el miedo para permitirse descansar.

_No. No lo es. Sobrevivir nunca es bastante.

_Siento…siento haberme enfadado y haberme marchado.

_Yo también.

La abrazo y la beso.

_Vas a poder perdonarme algún día?

_Vas a poder perdonarme tú?

_Yo… nunca he tenido que perdonarte… por nada.

_Pues ídem.

La noto relajarse. Ir perdiendo conciencia. Con algo más de paz, algo menos de miedo…

_Siempre hay una manera?

_Siempre. Que no puedas verla, no significa que no esté ahí, o que no tengas que mutar para poder hacerla tuya o hacerte con ella, pero sí. Siempre hay una manera._ No sé qué se rompe dentro. Y aparto la mirada para que no pueda siquiera sospechar que mis ojos andan anegándose. No atino a descubrir si es por verla como la veo, por sentir que el peso del miedo va dejando mi cuerpo, o por saber que le estoy mintiendo. Pero no puedo decirle que no siempre hay manera, que a veces no aparece. Que tras esto yo no he sabido encontrarla. Que en ocasiones sobrevivir es la única manera, aunque no sea la buena. Pero a veces es lo que queda, lo que encuentras, y acabas por convencerte de que esa nada es el precio que debes pagar por seguir manteniéndote a medias aquí y allí. Ahora y antes, porque el futuro encierra más miedo, más si cabe que el que pueda guardar el pasado.

_Me lo prometes?

_Te lo prometo.

A medida que cae rendida, sus preguntas cesan mientras las mías crecen y dejan paso a los pensamientos, esos que no puedo ubicar, retener o colocar en lugar alguno, porque aparecen sin forma, borde o extremo para que pueda encerrarlos, y se dispersan mezclándose unos con otros. Errantes de sí mismos, en sí mismos. Tan  desperdigados e intangibles que empieza a faltarme el aire.

Necesito levantarme  e ir al baño. Bebo agua de la pica y tras lavarme las manos vuelvo a la habitación. Entonces reparo en ellas. Fotografías que visten todas y cada una de las paredes. En blanco y negro. Sin duda es Beatriz. Pedazos de ella ocultos entre las luces y las sombras solo para dar vida a una parte u otra de su anatomía. Las contemplo.

Se mueve sobre la cama y habla. Siempre lo hizo. Vuelvo a su lado para arroparla con la fina manta que hay a los pies de la cama y le susurro que esté tranquila. Me acerco al gran ventanal. Tras el cristal apenas unas luces que salpican la noche aquí y allá.  El cielo salpicado por lejanas luciérnagas y nubes que las ocultan de tanto en tanto…

Y ahora qué?...

 

…Me mantengo en un duerme vela que me tiene a ratos más allá que aquí. Todo está en calma y apenas me desvelo con algunas palabras inconexas de Beatriz. No puedo entenderla.

 

Unos nudillos suaves en la puerta me arrancan por completo de los brazos de Morfeo y noto cómo el corazón se me dispara. Espero expectante a que quien haya al otro lado de la puerta se decida a entrar.

_Estás despierta?

_Es difícil responder a eso. Se me hace complicado dormir y también no hacerlo.

_Deberías descansar.

_Lo haría de buen grado si no estuviera aquí._ No puedo evitar que el cansancio que ha empezado a hacer mella me haga responderle levantando la ceja. Se queda pensativo antes de volver a hablar. No creo que nada de lo que le diga pueda sorprenderlo o herirlo. He decidido no seguir guardando lo que llevo dentro. Tampoco creo que mi humor me lo permita. Y no hay razones que lo merezcan. Tampoco motivos. Aunque me reconozco pidiéndome calma y pisando con pies de plomo.

_Estás bien?

Incrédula y en modo cabreo ON.

_Te lo parece?

_Qué te ocurre?

_Alejo, deja de hacer preguntas estúpidas porque me estás cabreando. De qué coño va esto? Qué cojones esperas que te diga?

_Yo…

_Tú, sí tú. Qué? _ Miro a la cama porque Beatriz se mueve. Bajo la voz al instante. Apenas puedo separar la vista de ella. _Qué quieres? Qué sigues queriendo?

_Pensaba que podríamos…_ Enarco las cejas invitándolo a seguir, intentando que entienda la réplica llena de duda y asco que le muestran mis ojos.

_Qué no entiendes? Dime qué no entiendes y trataré de explicártelo como si fueras un niño y te haré dibujitos si hace falta. Dime qué cojones quieres! _Suelto la última frase apretando los dientes porque no puedo creerme estar delante suyo o entender lo que trata de decirme.

_Quiero que volvamos a estar juntos. _ Y lo suelta tal cual. Tal cual!!! Como si lo que me estuviera proponiendo fuese lo más normal del mundo teniendo en cuenta... todo.

_Debes estar medio ido. Has tomado algo antes de venir? _ Me levanto del sillón y me acerco a la ventana. Necesito aire.

_Por qué estás enfadada?

_En serio me lo estás preguntando?_No doy crédito y mi ya de por sí mal humor, aumenta._ Haces lo que te da la gana. No solo me manipulas y mientes, sino que metes en toda esta mierda a Beatriz. Te permites, con la vana y estúpida idea de encontrar la naturaleza que todos guardamos dentro. Lo hiciste conmigo y ahora con ella. Te sirves de cualquiera para llevar a cabo tus macabros propósitos y no teniendo suficiente con eso, una vez fuera tampoco me dejas vivir. Mandas esa odiosa música allá donde vaya. Atándome a esto una y otra vez. _Silencio y asombro por su parte, la cara dulce de su enfermiza y peligrosa bipolaridad._ Eres un puto enfermo. El mayor hijo de puta con el que me haya cruzado nunca. Lo supe entonces y me reafirmo ahora. Eres tan despreciable como toda esta mierda de búsqueda que escondes bajo tus actos.

_”El hombre supera infinitamente al hombre”.

_ Cabronazo. Ni de coña. No. Que te jodan. No te atrevas a filosofar acerca de nada. Olvida al maldito Pascal. Olvida a Hume. No creo que desde sus tumbas puedan entender una mierda de lo que dices o haces y deben estar dándose de cabezazos. No puedes posicionarte como único entendido de sus palabras. No si las llevas encima dando forma solo a tu naturaleza. Debía haberme dado cuenta antes, pero era estúpida. Nada, escúchame bien, nada tiene sentido bajo la forma en las que tú crees verlas. Cada uno tiene su naturaleza. Yo no comparto la tuya, no quiero compartirla, o entenderla, o entenderte, …o seguirte, o que sigas jugando con ella o conmigo, así que olvídate de esto de una vez. Olvídanos y para este absurdo juego, ya!

_No puedo deshacerme de nada de esto.

_Oh, sí, puedes, créeme si te digo que puedes. Yo lo he hecho!

_Y una gran mierda!

_Eso es lo que a ti te importa todo! Estás jodido y dolido porque no pudiste hacer conmigo lo que querías, porque elegí, por encima de ti, de tus paranoias, y fui tan ridícula que incluiso pensé que podíamos empezar de nuevo. Olvidando todo esto que no hace más que volverte loco, a ti y al resto. Y te puede, te supera que haya estado por encima de todo lo que trataste de imponerme a fuego. Me largué. Y te jode no sabes cómo.

_Traté de dártelo todo. Hacerte entender que estabas tan desarraigada de todo que podía darte la esencia que quisieras._No puedo aguantar más sus mierdas, me sulfuro de tal manera que estoy a punto de abofetearlo, de perdidos al rio a ver si este se ahoga de una puta vez!

_Llevo años, años!, intentando entender qué creíste ver en mí que te hiciera pensar que podría amoldarme a una esencia que no es la mía porque no la quiero... porque deja a un lado la libertad de la que soy dueña para decidir. No quisiste mostrar, sino imponer. Sin dar opción, sin dar a elegir. Castigándome desde el miedo para que creyera que no hay otras formas.

_Y las hay? Hay otras formas?

_Claro… que las hay._ Dudo. Al pronunciar esa maldita frase, dudo. Porque si realmente las hubiera, las habría encontrado. Y todo, todo lo que he encontrado luego me ha llevado una y otra vez a lo mismo. Siempre a lo mismo. Nunca nada nuevo con lo que pueda rebatirle esa estúpida obsesión por conocer la verdad universal que nos mueve.

_Te equivocas, Leda.

_Deja de llamarme así de una jodida vez!

_Todos somos diferentes. Las libertades de las que hablas te vienen impuestas desde el miedo. No renuncias a ellas. Las tomas como si fueran tuyas y te pertenecieran, pero no es así. Creía que en esto estábamos de acuerdo.

_No me mostraste otra cosa. Cómo no iba a pensar que esta era la manera? Sabes lo que es vivir a diario con miedo a no poder encontrar? Ese miedo no es real, ha sido puesto ahí, impuesto. Hay otras maneras.

_Y crees esta peor que las otras?  Crees que las otras son las buenas? En qué se diferencian?_ Se acerca a un mueble que abre con llave y saca un par de copas que llena con un líquido ambarino.

_ Solo sé que las que tú me mostraste no iban conmigo.

_Y cuándo te diste cuenta de eso, antes o después de llegar al infierno?_ Me acerca la copa. Estoy confundida. Segura de lo que creo que pienso, pero me confunden, él y sus palabras. Siempre consigue darles la vuelta.

_La propia naturaleza la crea cada uno.

_Uno puede crearla si está libre de imposiciones y eso lo hace libre, pero nos imponen nada más nacer. No era así, Leda? Eso mismo defendías.

_El hombre es el responsable del fin último de su naturaleza porque es él quien la construye._ Y me siento la mayor de las imbéciles tratando de que entienda, tratando de defenderme, de parapetarme tras una idea que no tiene forma ahora mismo, y que defiendo bajo una piel que está claro que no va ganar nunca. 

_El ser humano debe ser consciente de que su naturaleza anida en su alma y en su cuerpo. Es estúpido que quieras separarlas. No tiene sentido. Desconoces aquello que no crees que te pertenezca solo por miedo.

_Me deshago de lo que no quiero. No puedes decirme cómo vivir, o a partir de qué hacerlo! La vida te enseña qué está bien, y que no lo está.

_Imposiciones todo. Y te quejas de que yo impongo? Qué coño has hecho con tu vida estos úlñtimos años?

_Tratar de vivirla lejos de ti!

_No puedes. Y no me vengas con chorradas de princesita venida a menos. No has sabido vivir desde entonces. Mal vives y solo porque te niegas. O no fue tuya toda esta idea? No fuiste tú la que se inventó este maldito juego? _ Lo miro sin saber qué decir._ Tú, sí tú. No me mires así. Tú lo creaste solo para demostrarte que se puede volver a no ser para hacer despertar la verdadera naturaleza. Que se puede ser sin imposiciones o privaciones de libertad. Dejando que fluya la naturaleza real, esa que decías que nos llevaría a comernos unos a otros porque nunca fuiste demasiado amable con la especie humana y nunca creíste en la bondad como parte de la propia naturaleza.

_Soy mayorcita para negarme lo que me venga en gana. No tienes derecho a modificar eso. O a hacer nada por evitarlo, es mi vida! Yo no hablé jamás de esto. Ni construí nada más allá de mi mente. Solo…solo quise demostrar algo que está claro que ahora no puedo._Me siento pequeña tratando de defenderme ante un gigante._ Fuiste tú el que le dio forma. No me culpes de jugar con el miedo, no me juzgues por haber creído o pensado. Yo no quería…no creía que fueras a construir algo que era solo… eran solo palabras que nos mantenían cerca…yo no… no te he pedido nada. No he querido nunca que le dieras forma.

_Tarde, princesa. Tarde, porque le di forma a lo que soñabas. Y cuando todo estuvo acabado…

_Yo nunca lo soñé así. No entiendes que si me marché fue solo porque nunca lo pensé así?

_Debes entender que estás aquí porque fue brillante. Tu idea fue brillante.

_Desvaríos, eso es lo que es todo. Yo no quiero estar aquí.

_Le temes al miedo, y no has entendido aun que solo él puede devolvértelo todo. Que cuando el miedo te despoje de todo lo que conoces ahora, podrás ser libre para decidir qué quieres ser.

_Estás jodidamente loco. Peor de lo que pensaba.

La risa se queda en su garganta sin llegar a salir al exterior.

_Y tú aquí. Brindemos por ello._ Sin previo aviso y sin que pueda verlo venir, acerca sus labios a los míos. Tras apartarme miro con rabia en sus ojos, y me parecen tan llenos de una verdad que lo es todo, que por un momento siento celos. No sé de qué. No sé por qué. Miedo a estar equivocándome de nuevo…Soy incapaz de pensar con claridad._ Yo no…_ Dos dedos, solo dos dedos para acercar mi barbilla a su rostro, y su sonrisa, esa que tiempo atrás lo llenara todo, que tiempo después mendigué y que ahora me produce escalofríos…Vuelve a besarme, esta vez le correspondo, no porque esté dispuesta a seguirle el juego, es solo para acabar con el mío, estúpido tal vez, como todo lo anterior a esto, pero siempre tuve la necesidad de darle un último beso para poder enmarcarlo en un instante concreto de mi vida. No negaré que siempre tuve la necesidad de volver a sentir lo que con ellos me daba, todo lo que hacían que se moviera dentro. El salto al vacío al que me empujaban. El miedo que me liberaba de todos los otros miedos porque se concentraban solo en uno, el de perderlo…_Tras esto sólo un leve alzamiento de los vasos, y ambos los llevamos a la boca mientras no separamos la vista del otro. El líquido me recorre quemando, y tengo la sensación de que templan y asientan mis nervios y mi estómago. Estoy segura de estar entrando de nuevo en la cueva del lobo.
Rato después y consciente de que el sueño empieza a vencerme, creo encontrar la manera. Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él._Si demuestro que te equivocas, acabarás con esto?_Me mira intentando encontrar en mis ojos la respuesta a esa pregunta. Asiente. Solo asiente, llevando la comisura de su labio hacia un lado que corona con una leve sonrisa. _ Adelante entonces, pero quiero a Beatriz fuera de todo esto. Intento besarlo pero me lo impide abrazándome. Entonces deja un solo casto beso en mi mejilla...

Cuídense.

Sean Felices.

Ciao.

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