SI UNA PUERTA SE CIERRA, INTENTA ENTRAR POR LA VENTANA...( XV )



…Volví de nuevo al piso. Había estado con algunas putas. Pensé que tal vez así ahogaría el recuerdo de esa maldita asesina.

Llamé a Quique. No atendió a ninguna de mis llamadas. Iba a volverme loco. Quería asegurarme de que ella estaba donde debía estar. Necesitaba que me dijera que la habían metido en la cárcel y que nunca iban a dejarla salir de allí. Hablaríamos de lo penoso que resulta que en este puto país no haya cámara de gas o silla eléctrica donde pudiera verla agonizar y así acabar con todo. El volvería a decirme que las leyes que dicta el hombre no son justas. Que no deberíamos tener en nuestras manos el poder de quitarle la vida a los otros, y acabaría enfadándome con él. La cosa se arreglaría en cuanto volviera, y dejaríamos de hablar de ella porque él intentaría cambiar de tema y alejarme de todo el odio que llevaba sintiendo desde que visionamos aquellas malditas imágenes. Hablaría desde ese lugar en el que ahora está. Desde lo que conoce. Desde lo que ha visto y no podrá olvidar nunca. Hablaría desde el cariño, y tras alinear las botellas de cervezas vacías en la mesa, volvería a quedarse mudo, como ocurre siempre que algo viene a llevárselo lejos de aquí, a ese lugar donde se refugia y encuentra una paz que cada vez menos le da la fuerza necesaria para levantarse un día tras otro. Y lo vería perder la esperanza en su trabajo y en la raza humana, un poco más…

Necesitaba que me asegurara que estaba en lo cierto, y deseé con todas mis fuerzas estar equivocándome.

Tomé una ducha y volví a intentarlo con el teléfono. No hubo manera. Me serví una copa. El líquido ámbar me hizo entrar en calor de nuevo. Miré tras el cristal y aquellas imágenes no dejaban de golpearme y repetirse. Estrellé el vaso contra la pared y se hizo añicos. Quería despertar de esa pesadilla. Quería olvidar. Quería…

Volví a por la botella y a por otro vaso, la acabé,  y cuando apenas me mantenía en pie, me volví loco y arrasé con cuanto encontré a mi paso. Deshice la cama que me recordaba a ella, arrojé al suelo lo que encontré en la mesita de noche. Alguna de su ropa seguía en el armario. La saqué toda. Su olor seguía allí, golpeé las paredes una y otra vez y cuando los puños empezaron a sangrarme y entendí que el dolor me  recorría por completo empezando piel adentro ,me hice un ovillo encima del colchón desnudo acercando  toda su ropa y lloré como lo hacen aquellos que lo han perdido todo y que no pueden encontrar esperanza en rincón alguno.

No sería hasta dos días después cuando Arancha me lo contaría todo y me pondría al corriente de lo que había ocurrido. Del vuelco que había dado todo, y yo sonreiría como un loco y el dolor desaparecía de golpe para dar de nuevo con la esperanza que había sepultado bajo su ropa.

_Ella no quiere verte.

_Cómo?

_Lo que oyes Chema. Necesito que me prometas que vas a mantenerte al margen y  no vas a hacer nada que pueda alterar el curso de la investigación. Quique está en la sombra. No hay manera de que colabore si él está cerca así que está en el piso de su vecina mayor, a la que rescató la noche del incendio. Han ocupado el piso para estar cerca y poder vigilar todo lo que ocurre. Hay cámaras por toda la casa y ella no debe sospechar. El piso es el centro de operaciones y tenemos a dos coches en la calle alertas de cualquier movimiento.

_Cámaras? Por qué? Qué ocurre?

_Teléfonos pinchados, vigilancia…Estoy cansada, Chema. Llevamos horas de interrogatorio continuado y es todo tan escabroso que no me apetece… no quiero volver a repetirte lo que ella…

_Eh! Hermanita, qué ocurre?

_Chema, estoy cansada, es solo eso. Necesito descansar.

_Está bien, pero no me dejes al margen de esto, por favor. La he cagado, y no quiero alejarme.

_Chema, no creo que…

_Arancha, si crees que voy a permitir que otros polis la vean duchándose o…o lo que sea que haga, estás equivocada. Estoy en esto tanto o más que tú, así que ya estás ayudándome a formar parte del operativo, os puedo ser de ayuda y necesito hacerlo o voy a volverme loco.

_Chema…

_Arancha…no me hagas volver a repetírtelo, por favor. Por favor.

_Está bien. Hablaré con Juanjo y formarás parte de la vigilancia, pero ni se te ocurra, me oyes, ni se te ocurra hacer nada que pueda descubrirnos.

_No lo haré. Gracias hermanita. – Y la abracé y empezar a dar vueltas junto a ella.

_Te ha dado fuerte, eh?

_Ni te lo imaginas.

_Chema, no te hagas ilu…

_No acabes la frase hermanita. No la merezco y ella tampoco.

_Está bien. Cuídate cielo.

_Lo haré.

 
Cuídense.

Sean Felices.

Ciao.

;-P

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