TRASPIÉS Y MEDIO DESPUÉS, ES PROBABLE QUE TE HAGAS CON LA MELODÍA...( IX )
...
Me muevo por la habitación esperando a que expulse los
gases. Parece tranquila, pero de vez en cuando encoge sus piececitos y un leve
respingo la sobresalta.
Trato de calmarla, y me contemplo de nuevo manteniendo el aire,
sin saber demasiado bien por qué. Intento relajarme, amoldarme a ella, que
entienda que mis brazos solo tratan de darle cobijo.
No tarda en abrirse la puerta. Es Quique acompañado de una
mujer algo oronda y mal teñida. Parece joven, pero algún que otro mechón de
pelo se le ha escapado del moño. Va vestida con traje chaqueta. Solo cruzo una
mirada con ella y sé que no vamos a llevarnos bien.
_Aroa, te presento a Esther, es asistenta social. Viene a
hacerse cargo de la pequeña puesto que la han abandonado y …
_Cómo? Van a llevársela?
_Es lo que suele hacerse en estos casos.
_Lo que suele hacerse en estos casos? Y tú eres poli,
Quique?
Miro a Chema que anda tan o más perdido que yo.
Le devuelvo la mirada a esa espantosa mujer que me mira
desde encima del hombro. No tiene mejor pinta que yo, pero se cree lo que está
haciendo, cree en su trabajo, y lo que es peor, que esta sea la manera.
_No pueden llevársela. Ni…ni siquiera ha pasado el médico a
decir si está bien. Además me la han dejado en casa.
_No esperará que eso le valga para quedarse con la menor,
verdad señora?
_De usted no espero nada más que la follen más a menudo y
deje usted de tener esa cara de pepino amargo, señora.
La dejo sin habla. Se sonroja. He dado en el clavo, y por
cruel que parezca me alegra saber que con esa mala leche que gasta debe follar
más bien poco.
_Lleva mis apellidos, y está claro que es un familiar.
_Eso no podemos saberlo sin…
_Pues hazlas! Deja de marearme y hazlas! _ Sé a lo que se
refiere. Si quieren pruebas de sangre
que las hagan. Lo que me falta por escuchar ahora mismo es que tras todo
esto, van a llevársela lejos.
_No tenemos pruebas de que eso sea así, Aroa, tampoco hemos
podido hablar, así que no creo…
_Está claro que si te tienen en la calle es porque no das a
más, Quique. Te estoy diciendo que puedo entender de dónde viene todo esto, y
sigues más colgado que un racimo de uvas. Qué coño pretendes con toda esta
mierda? No es este un caso policial que debe investigarse hasta aclararse?
Crees que mi sobrina va a estar mejor en manos de desconocidos? En un lugar
donde no van a tener en cuenta sus necesidades?...
_Disculpe señora pero eso no es así.
_Qué mierda sabes tú?! Eres madre?
Niega.
_Hablas desde toda esa mierda que te han enseñado, pero
puedes pararte a pensar en algo más que no sea lo que tú o los demás creáis que
es mejor para esta niña en concreto?
_Vas a contarme qué pasa? Solo si lo haces podrás quedarte
con la pequeña.
_Eres un puto perro Quique!
Asiente. _ Esther, ya puedes cambiarte, ponerte de nuevo el
uniforme y volver a la comisaría. Gracias. _Mientras habla, me mira del mismo
modo en que lo hacía su compañera nada más entrar en la pequeña habitación. Está
claro que anda satisfecho de haberme engañado.
En ese momento se abre la puerta y mi cara de odio hacia
Quique aumenta a cada segundo que pasa y que entiendo lo que acaba de hacer.
_Doctor, esta es una investigación policial. Antes de que
diga nada, es necesario que le hagan una extracción de sangre a la señorita
para comparar posibles parentescos.
El médico sale y un par de minutos después aparece una
enfermera con el kit necesario para sacarme sangre. Dejo a la pequeña en la
cama y me arremango el jersey. La goma me pellizca y solo ver la aguja
palidezco.
_Acostumbra a marearse, señora?
Niego. Me dispongo a sentarme en la butaca y coloco el brazo
en posición. Un par de tubitos o tres o cuatro después, la chica deshace el
nudo de la gomita azul y me pide que presione. No soy capaz de mirar. No lo
hago nunca. Me han dado siempre aprensión las agujas. Ver como la sangre se
encarga de llenar los tubitos me bloquea, y desde hace tiempo miro a otro lado
mientras dura el proceso.
Cuando la enfermera sale, el doctor empieza una perorata de
cantidades de leche y agua, programa visitas para la peque y se asegura de que
quede todo claro tendiéndome una carpetita con toda la información que debo
tener en cuenta…la peque parece estar bien…
Si tuvieran alguna duda pueden volver al hospital. De
acuerdo?
Asiento.
Pillo uno de los taxis que hay en la puerta principal del
hospital. Es primera hora de la mañana y no me cuesta divisarlos desde antes de
salir.
_No te llevo a casa? Necesito que contestes algunas
preguntas.
_Ahora no Quique. Iré con ella. Te llamo. No te preocupes.
Miro a Quique desde el mayor de los desprecios. No contesto.
Sigo caminando.
_Aroa…
_Dime Chema._ Y alzo mis cejas, esperando que entienda todo
lo que no necesito y tratando también de que entienda que lo necesito todo.
_Te acompaño?
_Por favor.
Nos mantenemos en silencio. Lo agradezco.
Nos cuesta horrores encontrar una farmacia que tenga lo que
necesitamos. Y a la hora de pagar me doy cuenta de que no llevo encima la
cartera. Me cabrea no ver el teléfono en el bolso. El día menos pensado pierdo
la cabeza y ni me entero.
_No te preocupes. Pago yo.
_Te lo devuelvo en cuanto lleguemos al piso.
_A qué hora te traen a peque?
_Sobre las siete. Puedes pedirle a tu hermano que espere
hasta dentro de un par de días para venir al piso. Necesito asentarme y
descansar. Estoy agotada y mucho me temo que tengo que ponerme las pilas de
nuevo y de golpe, sin haberme preparado.
Asiente mientras una sonrisa triste le cruza los ojos.
No necesito lástima, así que dejo de mirarlo, aunque no va a
saber nunca lo que voy a agradecerle que esté aquí conmigo, en este momento.
Entre la llegada de peque, la visita de Clara y algunas bolsas
con biberones, pañales, ropita e incluso el moisés y el cochecito de Pau, nos
pasa el domingo.
Por increíble que parezca, solo peque hace preguntas. No
acaba de aclararse y eso de que la familia aumente de un día para otro lo tiene
intranquilo.
A la hora de dormir, el mismo ritual de siempre. Y mientras
se lava los dientes, se queda pensativo…
_Así que ahora Helena va a vivir con nosotros?
_Eso es cariño.
_Y es mi prima?
_Sí.
_Pero tú no eres su mamá?
_No cielo. Yo no soy su mamá, pero la cuidaré como si lo
fuera.
_Pero tú eres mi mamá…
_Sí.
_Y dónde está la suya?
Comprendo que no puede haber nada que lo trastoque más de lo
que ya lo hace la situación, y miento como una bellaca a sabiendas que será lo
mejor para él.
_Estará unos días fuera.
_Está de viaje?
_Sí.
_A lo mejor se ha ido a Walt Disney.
_Cuando venga le preguntaremos dónde ha estado, de acuerdo?
Asiente y tras limpiarse la cara, lo acompaño a la cama.
Tras arroparlo vuelven a su cabecita algunas preguntas.
_Tú …eres mi mami…eres mi mami..y siempre lo serás, verdad?
_Sí, mi vida.
_Algún día te vas a ir de viaje?
_No cariño. Los viajes que hagamos los haremos juntos, vale?
Se abraza fuerte a mi cuello y tarda más de lo habitual en
soltarme. Son pocos los momentos en que las muestras de cariño lo recorren y es
capaz de compartirlas conmigo y hacerme formar parte de su vida. Sé que lo hace
por miedo y trato de susurrarle que lo quiero y que no me voy a ir nunca.
_Yo también te quiero…
Toma a su osita Ana y tras taparla, se pone de lado y se
dispone a dormir…
…
_Estás bien?
Chema espera sentado en el sofá.
Asiento. Contestar que no, sería dar explicaciones y aún no
encuentro la forma,permitirle formular preguntas para las que no tengo respuesta o dar
explicaciones que tal vez no sean necesarias. El miedo me hace hibernar de piel
hacia fuera…
A la mañana siguiente, tras dejar a peque en el cole y que
Chema haya salido hacia el trabajo, le pido a Clara que se quede con la pequeña
inventándome que debo ir a la comisaría. Accede sin rechistar, aunque cauta.
Me dirijo al hotel en el que se hospeda “Z”. Necesito
respuestas. Creo que él anda a la par…
Cuídense.
Sean Felices.
Ciao.
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