EL SUBIDÓN QUE PRECEDE A TUS MANOS CUANDO LAS PIEZAS DEL PUZZLE ENCAJAN... ( III )

...

…De camino a la pared donde tenemos pensado escalar un rato, vuelvo a notarlo. Eso es lo único que puedo pensar.

Dos segundos después me han hecho un placaje de los buenos. No necesito preguntar quién ha sido. Su voz lo sitúa en mi mente.

_Te has hecho daño?

_Yo? Si yo me he hecho daño?

_Sí. Estás bien?

_Estaría genial si no tuvieras un mal karma de cojones y este no apareciera cuando estoy cerca. Por lo demás bien. Gracias.

_Neni, este es…

_Sí. Ya. Es el Potato asesino.

_Perdona? _ Su cara de asombro me parece divertida. Ofendido encima?

_No te me ofendas o hago chips contigo. Aléjate de mí.

Alfredo y Chema se acercan cuando estoy quitándome los hierbajos de encima.

_Todo bien?

_En cuanto este deje de correr y llevarse por delante lo que encuentre, sí.

Me alejo con Alfredo. Chema y el Patata se quedan hablando. Por la cara de asombro de la Patata creo que acaba de enterarse de que es la segunda vez que me arroya.

 

Quince minutos después me coloco los pies de gato y aunque la subida no  parece complicada a simple vista, a medida que voy ascendiendo por la pared me doy cuenta de que no practicar a menudo, me lleva a olvidarme de equilibrar los pesos. Los brazos me tiemblan por el esfuerzo y desde abajo oigo a Alfredo gritarme que descanse el peso en los pies. El pánico subyace bajo la adrenalina de enfrentarme a la pared. De nuevo. Es un pánico sordo y apenas hace acto de presencia, cierro los ojos y repito la escala de tres notas de siempre. Cuando vuelvo a abrir los ojos miro hacia abajo. Alfredo y otros compañeros no me quitan el ojo de encima. Hace la señal de abandono con el dedo gordo. No paro ahora ni loca! Le hago la contraria, con el pulgar hacia arriba y sonríe y se prepara para volver a tensar la cuerda en cuanto vuelva a moverme.

Arancha ha empezado una vía.

Me separo un poco de la pared para estudiarla, observo dónde están los puntos de apoyo y sigo subiendo.

Una vez arriba hago sonar la campana y el descenso en rápel me pone el estómago en la boca y grito para descargar tensión mientras me acerco a la piedra y reboto en ella impulsándome con los pies.

Una vez abajo me hincho interiormente y sin necesidad de piña. Hacía mucho que no practicaba escalada y ahora recuerdo por qué lo hacía y lo bien que me hacía sentir.

_No ha estado nada mal.

_Gracias Mangueritas. Por un momento temí que le dijeras a Alfredo que me dejara allí arriba o que cortaras la cuerda.

_No me des ideas, Gritona. Hubiera sido una buena manera de mantenerte quieta en un sitio sin que te me escabullas.

_No me escabullo. Evito urticarias.

_Ya…

_Quieres subir?

_No. Tengo el hombro mal y no sería buena idea.

_Alfredo quieres subir?

_No puedes ser su ancla. La cuerda absorbe algo de peso pero no todo. Con Alfredo no podrías.

_No Aroa. No te preocupes. Dónde aprendiste a escalar?

_Pues hace ya algún tiempo me dejé guiar por un grupo de amigos e hice mis pinitos. Poca cosa por falta de tiempo. Lo echaba de menos. Gracias.

Alfredo sonríe y asiente.

_Quieres beber algo?

_Por favor.

Recogemos las cuerdas y esperamos a que todo el grupo descienda.

_Qué tal tu hombro Chema? _ Toni se ha acercado a la zona donde está la nevera.

_Mejor tío. El fisio me ha dicho que en un par más de visitas estará nuevo.

_Todo bien Aroa?

_Si…todo bien, gracias.

_Siento…

_Nada Toni. No sientas nada. Esta mañana he conseguido averiguar cómo llegaron las fotos al guasap del grupo, tranquilo. La Merche es muy torpe con las tecnologías. Quiero disculparme por haber sido una borde contigo. Y ahora que lo pienso…creo que tengo que pedirte un favor…

Nos adelantamos del grupo y vamos hablando hasta la hora de irnos.

Clara se va con Quique.

_Me llevas? _ Chema aparece de la nada.

_No has traído coche?

_No. Vine con Quique.

_Vale. Pues sube.

Lo veo ojear aquí y allí. Lo cierto es que en más de una ocasión me he planteado darle más productividad a mi coche y hacer en la zona de las alfombrillas una plantación de patatas o algo. Los compartimentos de las puertas traseras van llenas de tetra bricks vacíos de las meriendas de peque, junto con algún resto de papel de plata y algún envoltorio de bollería.

Los asientos no están mucho mejor, y con las migas que hay, llegado el momento y si cayera una gran nevada que nos dejara incomunicados en la carretera durante una semana entera, creo que seríamos capaces de racionarlas y alimentarnos con ellas. Si a eso le sumo lo que llevo en el bolso…

_Un aspirado no le vendría mal.

_Menos quejas o te vas andando, damisela.

Las miradas van y vienen y lo cierto es que estamos de broma hasta que lo dejo en su piso.

_Lo de la cena sigue pendiente.

_Lo sé.

_Y…?

_Que olvidas que trabajo en turno de noche.

_No. No lo olvido, y una de dos, o me reservas un día para que cenemos juntos, o me planto cualquier noche en tu trabajo, con un servicio de cátering, un camarero y un violinista para cenar. Tú misma.

_No se te ocurrirá?!

_No me tientes, Gritona.

_Tú no aprendes, no?

_No. Yo sí aprendo. La que parece no avanzar como es debido eres tú.

_Debía haberle puesto la puta cadena a la sierra.

_Puede…espero tu llamada. No más de dos fines de semana. Libras uno de peque. Tras eso, prepárate…

Y muy digno se baja del coche. Y se va!

Joder!, que para una vez en la que no me hubiera importado que avasallara lo que fuera, me deja oliendo a campo, con el tejano manchado de verde, teniendo la sensación de que mi coche bien podría pasar por un estercolero, y una marcha atrás que empieza a contar desde ya para que no me monte el numerito de nuevo…Debería haberlo atado al parachoques y haberlo traído corriendo desde el campo!!!

 

Cuídense.

Sean Felices.

Ciao.