ABRAZOS DE LOS QUE NO PUEDO HABLARTE...

Cuántas noches no habré empezado mis escritos de igual manera...
Cuántas no me habré planteado lo que esta noche me planteo sin tener valor para escribir lo que verdaderamente me ronda, evitándome, y consiguiendo así distraer a mis dedos.
Escondiendo tras las palabras.
A sabiendas que nadie encontrará entendimiento en ellas.
A sabiendas que pueden hacerte caer en mi locura.
La misma desde la que esta noche te escribo.

La mañana empezó entre abrazos.
Y acabo de darme cuenta que empecé a escribir lo que esta mañana estaba dispuesta a contarte, evitando así lo que me ha llevado realmente a sentarme ante ella.

Ando tan deseosa de evitarla, que no soy capaz de encontrarle la melodía adecuada a estas letras.
Venía dispuesta a desnudarme y evitar así seguir cayendo en una locura que conozco demasiado bien.
Me siento sin fuerzas, y sólo un segundo después decido caminar y olvidar.

Siento que me empujas a los brazos del abismo.
Y no vas a entender nunca que me resulta imposible caer, porque he andado toda mi vida sobre él y conozco demasiado bien su aliento.

Lo siento cada mañana, susurrándome en el cuello.
Y decido agarrarme a la pared, aun quedándome sin huellas, sólo para no girarme a contemplar su rostro y ver en él tus ojos.

Siento miedo de cuanto llevo dentro, porque llevo demasiado tiempo ahogándolo.
Y cuando en noches como esta decido entregarme a mi locura para seguir cuerda, temo que me gane la batalla y acabe por olvidar quien soy.

Ya no tienen sentido alguno tus palabras, tantas eternidades después acabaste por volverme sorda.
Inerte para ti.
Sombra para el resto.

Llevo tanto tiempo acurrucada sobre mi alma, que cuando consigo desplegarla, entiendo que sus velas quedaron tan dañadas que ya ni hablarte de abrazos puedo.

Pero sigo caminando.
Obligándome a hacerlo por no tener que agachar la vista, y sentir sobre mis hombros el peso de haber perdido.

Me agarro a la noche de cualquier sonrisa, y camino a su lado el tiempo que la siento rondarme, susurrándome al cuello.
Las noches que presiento que me espera y que intento mantenerme en vilo para no derramar una sola más de mis agonías…

Y sé que tras estas palabras seguiré desnuda para mi y siendo sólo una completa desconocida para ti.

Un oasis seco por el que sigue pasando la arena.
Cambiando de forma continuamente, pero siempre seco…

Seguiré caminando. No temas.
Aunque para ello necesite envolverme por completo hasta vestir toda mi piel…

Llegué a librar tantas batallas contra ella, que aprendí a conocerme.
Por más que para ti siga siendo sólo la extraña que escribe sobre vidas extrañas.

Seguiré caminando porque he aprendido que la tengo entre mis manos.
Por más que me hayas enseñado que nada vale.
Por más que me hayas dado vida hasta el punto de hacerme desear morir alguna que otra noche, que como esta, camino de la mano de tu locura…

Perdiste la más bella de las batallas por no dejarle susurrarte al cuello, recorrer tu piel, ahogar tu pensamiento, y caminar sobre tus roídas velas…

El último regalo que me hizo la locura, fue hilo con el que tejer las mías.
Y a cambio, sólo me pidió que gastara mi tiempo junto a ella…

Presiento que ya no queda demasiado, y he decidido pasar mis noches tejiéndolas...

Comentarios

Entradas populares de este blog

MERECES...

CONSTELACIONES... ( 3 DE MAYO DE 2009)

QUÉ TEXTURAS PINTAN LAS NUBES?...