TE PIDO DISCULPAS. TE ABRO LAS PUERTAS DE MI MUNDO, ESE QUE ES TAMBIÉN TUYO, Y TE OFREZCO ESPERANZA, COMIDA Y CAMA.

No puede haber vuelta atrás.

…has tenido alguna vez la certeza de que si miras allí estarás muerto?

Sabes cómo de grande es el agujero de una esperanza que muere poco a poco dentro?

El ulular moribundo del aire… has podido escuchar el aire?

Ojalá nunca tengas que ver tus manos tan sucias y tan cargadas de bultos, acero a lo lejos…

 

…si no has sido capaz de hacerlo antes, te aseguro que lo harás ahora, para no seguir escuchando las lágrimas mudas, los llantos rotos, las plegarias a un falso dios y a un dios-hombre, a un atroz animal y a una vida llena de gusanos que barren por dentro carcomiéndolo todo…

Desconectarás para estar lejos del ahora y del mundo, ese que sigue siendo el mismo que el tuyo…puede que tal vez en el fondo, solo sea cuestión de suerte, a mí me tocara nacer en un pedazo de suelo, y a tí en otro…

Es probable que no entendamos del miedo ajeno, pero créeme si te digo que es el mismo que se instala en el resto de quienes van a mi lado, así que no me equivocaré si te digo que es universal. Puedes entenderme?

Miedos que son enormes si vienen a ser impuestos por un hombre, y que se hacen gigantes si viene a imponerlo otro. Forma parte de la barbarie...

Mientras todo esto ocurre, tu silencio y mi miedo al mundo. A tí. A mí. El miedo al mundo que tu Europa me niega, me ofrece, me roba, me insinúa falta, me cierra, me amuralla, me esconde.

Rabia, tanta que en ocasiones algunos se echan a un lado de la vía para poder ahogar lo que trata de salirles de dentro. Las lágrimas que viertan sus ojos, serán el único líquido que bañe sus manos.

 

No puedes entender de mi miedo, y no te culpo, pero necesito hacer mía tu tierra, esa que por azar lleva tu nombre, aunque ni tú ni nadie vaya a ser capaz de poseerla nunca. Nunca.

Tus esperanzas…

Tus miedos. Esos que desconozco pero que te cambio por los míos sin pensármelo, tal vez así, algún día puedas entender el miedo a esta vida, a esta tierra, sea la que sea.

Soy un niño, y he visto más dolor del que tus ojos vayan a ver nunca.

Lo veo en los ojos de las mujeres que huyen y se saben perdedoras solo por tener que hacerlo. Por los derrotados hombres, tan insignificantes ahora como lo han sido siempre. Como lo eres tú, como me haces serlo a mí, como me permites serlo y porque me permites serlo…

Lo hace, da miedo la falta del recuerdo de quienes vivieron miedos iguales o parecidos.

Lo hace, da miedo la desconfianza hacia el hombre que crea el dolor con su acto, con su silencio, aun con sus almas dentro...

Te la cambio también, junto a los miedos, y lo mismo te desgarra dentro cuando veas que quienes huimos lo hacemos solo para mantenernos vivos, manteniendo a duras penas las ascuas de un esperanza que se hace trizas cuando ya nada se os parte dentro...

Cientos de metros de metal después el silencio de no estar, el dolor mudo que viene a colarse por entre algún zurcido de alguna vieja chaqueta roída y maltrecha por las horas bajo el sol…

Solo en ese momento de debilidad, durante esa fracción de segundo, el solo recuerdo que arremolina debajo toda una vida.

Hombres que olvidan a hombres…

Dolor que se repite, heridas que se abren sean en la tierra que sea, bajo el dios que sea, bajo el poder de los hombres que sean…hombres…

Algunas navajas después, solo la oscuridad que vuelve a cubrirnos…

Cuentos monstruosos que viene a ser leídos.

Entiendes que no pueda haber vuelta atrás?

Que de volver la vista estaré muerto?

Has tenido que plantearte que puede que no vista el mismo nombre?

Que mis manos no sean esas que se adormecen por aguantar el peso, y sean las de un hombre como tú?

Que el llanto de estas mujeres no sea el mismo que te ha roto el alma en algún momento?

Me pregunto si alguna vez tú estarás tan roto como lo estoy yo ahora…

Ojalá no tengas que vivir nunca portando tan poco equipaje porque el cuerpo se encorva y retuerce…ocurre en todos los cuerpos que se sienten vencidos, olvidados, avergonzados…

Pocas veces se logra vivir con el pánico en la mirada durante tanto tiempo y sobrevivir luego…

Y mientras, el hombre olvida, y se levantan los muros y las alambradas del horror, de la vergüenza, de la insolidaridad, del recuerdo, y se buscan palabras, y se suman cifras y desesperación, en esta Europa nuestra, continente viejo en heridas que parece haber olvidado…

Mercancías sin apenas valor…solo porque así lo decide ese hombre.

Ese que acabará con todos los que como él, guardan silencio y le dan alas al miedo…

Un miedo gigante.

P.D: La Europa de la que formo parte, olvida a quienes son como tú o yo. Los abandona como se abandona a los animales. De la mejor manera que el hombre conoce, desde su política, su necedad, su ambición, y su vanidad.

Siento vergüenza de formar parte de este mundo.

 

Ciao.