ES PROBABLE QUE LA QUE SE QUEME SEA YO...



 


Despierto de manera lenta.

Tan lenta que creo que puedo presumir de parecer un perezoso.

Idea estúpida pero entre sábanas que no son las mías se me permite cualquier cosa.

Estoy a solas y la habitación resta en penumbras por más que el reloj de la mesita marque las once pasadas.

Me desperezo hasta que un calambre en la pierna me lleva a resoplar y vuelvo a enroscarme.

Las sábanas huelen a todo el sexo que desprendieron los cuerpos la noche de antes.

Sonrío para mis adentros y algo del aire escapa por mi nariz que empieza a distinguir ahora entre algunos olores característicos.

Las imágenes parecen despertar junto al olfato y la visión de estas vuelve a humedecer mi sexo.

Llevo mis manos allí instintivamente...

 

…He elegido tu ropa. Esta vez el juego es el mío.

Nos disponemos en esquinas opuestas de la barra y apenas nos enzarzamos en creer bajo miradas furtivas que restamos al resto.

Trato de parecer todo lo que necesitas. La salida del laberinto corre de tu mano.

Y las tornas no tardan en girar cuando ella se acerca a ti y noto como el nudo de tu estómago de deshace lentamente.

Disfruto de verte allí.

Conociendo cada uno de los movimientos que me regalas mientras es ella…

 

Noto el desconcierto en tu mirada cuando él se acerca a susurrarme algo y de manera posesiva se coloca detrás de mi…

Bajo la mirada recorriendo tu rostro antes de correr laberinto adentro.

Imperturbable…

Cuando se ausenta reconozco el momento y no tardas en mirar tu reloj y presentar alguna estúpida excusa.

Cualquier esquina es buena para dar rienda suelta al deseo creciente de una inseguridad palpable…

 

…Sin tiempo para poner apenas los pies sobre la moqueta de la habitación entrelazo mis piernas sobre tu cintura y así caemos sobre la cama.

Sin tregua de ningún tipo.

Sin más necesidad que la puramente animal.

Sin cansancio aparente.

Te busco hasta encontrarme sentada a horcajadas sobre ti.

No hay resquicio entre las sábanas o lado de la cama que no ocupen en un momento u otro cualquiera de las partes de nuestras anatomías.

Y no sabría decirte si peleamos o bailamos durante algunas de las horas de toda esa noche…

El olor y el sabor salado de la piel.

La imposibilidad de mover mis manos aprisionadas por las tuyas.

La sed.

De ti.

De mi cuerpo.

De lo que de tanto en tanto me haces ser cuando estoy por completo debajo de tu cuerpo.

Y te abres paso entre mis piernas apartando mis bragas. Buscando con tacto sabio hasta hendirme los dedos y esperar a que decidas si ando o no preparada…

En lo que conviertes mi piel cuando la rozan tus manos o tu lengua…

En lo mucho que me cuesta volver a la realidad en ocasiones.

En lo que a diario echo de menos pelear contigo.

Y en entender que empieza a no ser suficiente…

 

Cuídense.

 

Sean felices.

 

Ciao.

 

;-P

http://youtu.be/fdHCec23BKE

Comentarios

  1. No cabe duda que estas relaciones animales, como tú dices, son bastante placenteras y gratificantes siempre y cuando no mires más allá de la cama porque una vez normalizada la superpasión y quede la relación día a día habrá que encontrar otras motivaciones no por ello , menos placenteras .
    Besos de gofio.

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