PALABRAS...
Apenas unas bragas y una camiseta. El libro sobre su
estómago reposa sobre sus piernas. La luz que entra por la ventana es
suficiente para poder leer sin necesidad de usar las gafas.
Y en ello anda, mientras reconoce que si no lee mentalmente
todas y cada una de las palabras hasta hacerlas sonoras de manera silenciosa en
su cabeza, no puede pasar la página. Repite una y otra vez las líneas leídas
para dibujar sin trazo ni voz todas y cada una de las letras que se acurrucan
perfectas en todas y cada una de las palabras…palabras.
Que no se dicen a tiempo. Que escondemos por más que
imploren por salir. Que mantenemos en la punta de nuestra lengua cuando nos
obligamos a cerrar la boca. Palabras que
han desaparecido y nos resulta imposible encontrar.
Es lo que tiene el camino. El polvo va cubriéndolo todo. Así
que no sufras. Ten por seguro que cualquiera de las locuras nos tomarán la
mañana menos pensada, y el peso de la vida lo ocupará el vacío, rellenando
todos y cada uno de los gramos. Todos los espacios. Y puede, solo puede que
acabes por entender que el vacío, en la mayoría de ocasiones, es solo un color
que ocupa un espacio. Y que puedes cambiarlo.
Has probado a pintar una pared de lunares de diferentes
tamaños y colores?
Con algunos silencios ocurre lo mismo. No somos conscientes
de ellos, y nos resulta complicado pasar la página, si no los hemos hecho
nuestros, casi que compis de días y noches varias, en las que acordar no
siempre resulta fácil. Y necesitamos leerlos, ponerles voz que nunca palabra,
leerla del derecho y del revés, observar como se dibuja perfecta…
Siempre me gustó cómo escribes. Bueno, a Heidi le creció sin querer una novela corta... que yo seguí entrada a entrada...
ResponderEliminarMe gustan las reflexiones de ahora. Hay cierta paz que me calma a leerlas.
No dejes nunca de escribir.