...LLUEVE, TÚ ESTÁS EN TU CAMA Y YO EN LA MÍA...NO ES LA MISMA...ALGO ESTAMOS HACIENDO MAL...
De haberme
dejado, hubiese cosido tu gemido a mis sábanas, te hubiera permitido naufragar
en ellas.
Te hubiese
lavado el sudor ajeno hasta hacer aparecer sobre tu piel, nuevas gotas de
deseo, como esas que recorren los cristales las tardes de lluvia que llego
tarde a bajar algunas persianas.
De haberme
permitido, mis manos en el sentido contrario al contrario de las agujas del
reloj sobre tu sexo, hasta alzarme vencedora del deseo que allí nace.
Hubiera
paladeado cada rincón hasta grabarlo en mi lengua moviéndome como una gata que
ronronea cuando es acariciada en el cuello…
Si hubieras
entendido mis palabras, me hubiera permitido alzar la ceja derecha antes de
vendarte los ojos y regalarte a la certeza vana del aire que hubiese insuflado
sobre cada espacio, llenándote del aliento que antes hubiera robado de tu boca.
De haberte
permitido, cuerdas rojas en tus muñecas y libertad total del ansia, la
necesidad y la búsqueda.
Te hubiera
regado de besos poco castos y hubiera preparado de nuevo la arcilla de tu pecho…
Hubiera
lavado con aceites mis manos hasta desposeerlas del seco barro…hubiera
recorrido desde tu ombligo hasta tus clavículas observando la luz tras el paso…completamente
ciego…
A merced de
las horas, el tiempo, y las llamas como único norte.
Hubiera
vuelto a olvidarme de la música que pudiera estar sonando desde el equipo…te
hubiera permitido saber de lo que te hablo cuando te digo que es posible bailar,
sí, bailar, bajo las sábanas…
Si tú
también hubieras visto elevarse las notas que emite tu piel, te hubiera
permitido conocer el secreto, para que así, dejara de ser solo mío… te hubiera permitido
usar mis cicatrices de pentagrama…estoy segura de que su sonido tras tus manos,
hubiera cambiado por completo su tempo.
Hubiera
levantado las persianas. Esta noche llueve.
Me hubiera
permitido saciarme en negro, para buscarte solo de vez en cuando, bajo el naranja,
las esencias y la tierra, donde permaneces ciego…
Hubiera
necesitado lo mismo de algunos minutos de menos de los pactados tras la última
suma de cinco, una llama de menos tras que se apagara la primera, y algo más de
tus ojos grises y tristes.
Hubiera
vuelto a besarte tras echarlos de menos.
Y me habría
quedado colgada de la comisura de tu boca, y con ella te hubiera dibujado
nuevamente en los míos, sin necesidad
siquiera de abrirlos…
De
permitírseme, hubiera alargado con la punta de mi nariz cada una de las gotas
de agua que hubiesen recorrido tus brazos, tus labios, tu cuello o tu pecho….humedeciendo
y cruzando por valles, llanuras y precipicios.
Hubiera
mezclado agua saliva y savia en tu boca para irla olvidándola luego.
…hubiera
clavado mis dedos en la tierra solo para quedarme…sin saber demasiado bien si
iba a recordar cómo ararla o mantener su verde…
….solo nos
faltó permitírnoslo.
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