Y CASUALMENTE...
Casi te reconozco…
Tan diferente, tan tuyo, tan hombre, tan humano.
Un completo tú conformado de pedazos con el que comparto…
Yo.
Esa a la que casi reconoces. Tan diferente, tan mujer, tan
humana, tan igual.
Una completa yo de pedazos que conforman un todo, como el
tuyo.
Tan idénticos de piel hacia dentro, de estómago hacia
afuera, de recuerdos lejanos ante el mismo espejo que nos devuelve la sonrisa
que se entristece de ser… tan viejos de vida e ilusiones y tan marchitos de
deseos que acostumbran a anidar entre los sexos, o de amores que se cuelgan de
los labios para precipitarse a un vacío demasiado casual…
Tan idénticos, tan lejanos, tan niños, tan desencantados de “casis”
que juegan en las más remotas casualidades, que cuando la noria parece
acercarse, volvemos a agarrarnos al desafío de volvernos los mayores exploradores
en busca del deseo hecho otro. Tan igual y distante, tan lejano y llagado. Tan daga y corazón, tan niño y monstruo, tan
fuerte y tan papel, sombra, lápiz, palabra, y agua. Tan agua…siempre salada…
Tan niño que acerca la boca a mi pecho para beber y
saciarse. Tan hombre, tan igual, y más cuanto más adentro…
Tan mujer como para no seguir buscándote para saciarme en
tus verdes ojos o en el calmado estanque de tu pecho…tan idéntica a ti…tan
lejana…tan tú…tan equivocación…tan guerra perdida…tan frontera…tan tú…
Tan caótico en tu orden y remilgado en mi desorden, tan tú…yo.
Tan perdido y tan faro en medio de cualquier noche, lejana,
distante, fría…tan fogata y bosque en medio de cualquier secreto a medias,
susurrado, dibujado por las yemas de mis dedos, bajo tu oreja, mi cuello, tu
espalda o mis muslos, tan distante, tan yo, tú, tan idénticos…
Tan corazón nuevo, de cartón, semáforos, esquinas, sofás y
duchas…tan yo…tormenta, dolor y pena…tan tú… tú…agua fresca de cualquier
manantial en el que desnudarse… salada, siempre tan salada…
Tan idénticos bajo las sábanas, aleados a otros idénticos
diferentes, jadeantes, en busca de la alquimia que rezagada le gana espacios y
tiempos a una química demasiado básica…tan tú…hombre, mortal, único…tan yo…casualmente
absurda de pecados, que no viste piel para desterrar olores, tan igual e
idéntica como única o mortal…
Ambos tan maleables, mármol, cristal, barro y finalmente,
hierro…en ese completo desorden de agonías, y luces, y palabras y huecos,
y significados y oscuros, tan estúpidos y humanos…
Tan caducos como el deseo, tan tú…tan miserable como el
tiempo, tan veneno como esta vida…y casualmente, yo…tú…tan humanos, e idénticos
animales…
Tan tristes de dibujos y fotografías, de ceras con las que
dibujar al otro con los trazos propios, que olvidamos el momento exacto en el
que volcamos el recipiente sobre el lienzo ajeno…tan idénticos, monstruos,
calmas y agua salada…tan todo ese tiempo después…tan vivos…tan tú, yo…tan
opuestamente idénticos… tan fuertes de miedo…tan araña y lluvia…tú…tan…alambre,
anzuelo, asfixia, torpeza y de nuevo agua…casi tan salada, como cierta es
nuestra idéntica hambre…
El día menos pensado deberé preguntarte para saberme,
ocultando las taras en sinónimos y otros pinceles…idénticos…estúpidos…tú, y
casualmente, también yo…ambos certezas abolidas y pisoteadas que agonizan a los márgenes de tan distintas historias...
Cuídense.
Sean Felices.
Ciao.
;-P
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