VUELVE A CASA...



Había amado de infinitas maneras…

Sabía que aquella no había sido diferente a las otras muchas que habían surcado su piel.

Que únicamente la diferenciaría en el tiempo lo mucho y profundo que podía haber navegado por sus entrañas…


Pese a todo, esa mañana se levantó y antes de que pudiera llegar al baño intuyó que había perdido el rumbo.

Ni brújula interior ni mapa que cartografiara estela alguna.

El reflejo del mismo espejo.

El mismo reflejo en él.

Las canas que últimamente aparecían con más prontitud recorriendo sus sienes…


Sabía que había tomado la decisión correcta por más que su estúpido corazón le recordara a segundos descompasados que dolía.

Y sabía que seguiría doliendo hasta que lograse deshacerse del tiempo.

Depositó sobre la pica el reloj. Se lavó la cara y comprobó que aun podía pasar otra jornada laboral con una barba que apenas aparecía como una sombra en su mentón y junto a sus pómulos.


Sacudió la cabeza cuando se sorprendió pensando en el duelo.

A cada uno de los lados una mujer. En el centro él. Y su mirada y sus pies clavados al suelo.

Un solo movimiento y una de ellas se esfumaría…


Esa misma imagen lo había sobresaltado la noche anterior…


Se encontraba debatiéndose.

A uno de los lados el camino. En su extremo una mujer de la que no podía reconocer el rostro.

El otro permanecía lleno de zarzas que vestían el sotobosque. Y en su extremo, de nuevo, una mujer desconocida…


…El tiempo apremia y juega con él.

Una está dispuesta a esperar. A seguir haciéndolo. No entiende de tiempos.

La otra no entiende de tiempos. Y está dispuesta a esperar. A seguir haciéndolo.


No le asusta no saber quienes esperan.

Le asusta desconocer en qué se convertirá si elige un camino o el otro…


…Decide levantar la mirada y antes de que su mente pueda reaccionar a la decisión que ha tomado, su cuerpo lo ha delatado.

Cuando mira a un extremo, la mujer que allí debería encontrarse se ha esfumado.

Se dirige al otro y a medida que se acerca reconoce en las facciones de aquella otra mujer, media vida.

Falta de entrañas tal vez, pero media a fin de cuentas…´

La que conoce. En la que se siente como se ha permitido…

La suya…



…Un sudor frío le recorre la frente y el labio superior.

Le falta el aire.

La ansiedad lo ha poblado de arriba a abajo.

Se dirige al baño.

Tras cerrar la puerta, el reflejo del mismo espejo.

El mismo reflejo en él.


Ha vuelto a casa…


Cuídense.


Sean Felices.


Ciao.

Comentarios

  1. Me encanta, Heidi...en tu línea.

    La canción fantástica.

    Besos anónimos...

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