DE FUTUROS PASADOS...
Quién va a asegurarte un futuro cuando ni siquiera somos
presente, y de pasado solo quedan algunos trozos que acabarán por desaparecer
tarde o temprano…
Estamos repletos de futuros pasados que nunca llegaron a
nuestro presente.
Repletos de los que se pierden y se arrastran hasta
fronteras insospechadas, que se nos vuelven infinitas en ocasiones, demasiado
infinitas.
Andamos atestados de ellos. De los negros y los verdes, los
azules y los fucsias, en ocasiones bajo un manto entero de pequeñas luces que
brillan lejanas, sobre cualquiera de las arenas de cualquiera de las playas, de
cualquier desierto, siempre en cualquiera de las noches del pronto otoño…
Así acostumbran a ser los futuros. Finitos. Pasados. Añejos.
Tanto como el propio tiempo.
Así somos las mujeres, tan necesitadas en ocasiones de
presentes con los que rellenar un futuro incierto, que nos olvidamos de que
estamos vivas aquí y ahora.
Y el tiempo, ese que se encarga de alejarnos o acercarnos a
su caprichoso antojo, no hace más que mecer de incertidumbres pasados presentes
y futuros que no fueron ni serán nunca, más que presentes inciertos.
Somos miríada de futuros que se perdieron en el pasado, que
preferimos valernos de ellos para mostrarnos la estela de todo cuanto perdimos.
Porque los tiempos no conocen de formas, y solo el olor de
cada uno convertirá en amargo o dulce el rastro de los pasados futuros, los
presentes pasados y los inciertos mañanas que dejen en nuestras bocas…
Así somos las que hemos aprendido a no pedir para almacenar,
a no mendigar para ser, y a no ser para nadie más que nosotras y ahora.
No nos hables de futuros que guardamos entre las manos y que
no serán nunca, ni de pasados que lo fueron solo para dejar marca por dejar
cicatriz. Somos presente sin necesidad de querer o ansiar apenas el tiempo que
son capaces de guardar nuestros ojos.
Y si nos ves hacer morada en nuestras cicatrices, o del
llanto la forma, déjanos libres para decidir a cuál de los tiempos volver tras
cada estocada.
Libres para salvaguardarnos en todos y cada uno de los
pedazos que nos regalen todos los tiempos. Donde ya no hay llanto ni locura por
ser futuros pasados y presentes inciertos.
Déjanos volver a quienes fuimos alguna vez, a quienes somos
ahora, y a quienes seremos ese mañana que pronto será pasado. Sea el tiempo que
sea en el que podamos encontrarnos.
No necesitamos futuros. No los hemos necesitado nunca. Ni lo
hay para el que trata de volver al pasado mientras juega con el presente.
Te has preguntado alguna vez que pasará cuando todos los
futuros inciertos se acaben…
Qué va a quedar de ti, de mi?
Podremos recordarnos en uno de esos pasados que nunca
llegaron a futuro?
Aun no lo sabes, pero nadie atesora futuro alguno, así que
no te los niegues. Ni a ti ni a nadie…
Cuídense.
Sean Felices.
Ciao
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