TE PREGUNTAS...

...

Te preguntas a qué le temo…

Por qué temo…

Y ni siquiera sé qué contestarte.

Puede que siga sin saber encontrarme en tierra de nadie.

Que la falta de cualquier amnistía me traiga de cabeza y en continua  búsqueda de  cualquier guerra a la que asirme.

La falta de palabras.

Mis segundos en sepia.

El sabor rancio en la boca.

Entender que mendigar no es nunca bueno.

Que el tiempo pase.

Sentir que las limosnas no son bastante.

Malvivir a medias.

Esperar.

Seguir esperando.

A sabiendas.

Preguntándome por qué sigo  haciéndome esto.

Temo conformarme.

Haber convertido tu piel principio y fin.

Mañana y noche y casi siempre a solas.

Le temo a que el tiempo se escabulla. A perderlo.

Al tiempo pasado. Al futuro y al presente.

Le temo al miedo que provocan tus ausencias. Tu presencia. Y a la necesidad de que hagas o deshagas.

Le temo al reflejo que me devuelve el espejo porque no puedo esconderme de quien soy o en quien me conviertes cuando teniéndote temo.

Temo que no entiendas nada.

Y que no me importe lo más mínimo si eso ocurre.

Temo ser cada vez menos.

Y notar que borras el contorno de mi cuerpo dibujado a lápiz…

 

Siento miedo y no sé bien a qué o por qué.

Tal vez a no tener suficiente.

A no querer conformarme.

A no temer  ser nadie.

Hueco o morada.

A seguir siendo valor sin alza.

A que los días pasen convirtiéndose en ayeres sobrios de alcohol y humo de cigarrillos rubios.

Temo no tener destino concreto, porque viajar a tientas me ha llevado siempre a equivocarme de vagón.

Ser brecha o muro roto.

Pilar sin cimiento o cimiento sin nada que soportar.

A la falta del hambre.

La falta del juego…

A temer-me-te-nos…

La falta de cualquier pasión.

La escasez de tránsito.

Al estar por estar. O tal vez por no hacerlo. Estar digo…

A marcarle un tiempo al contacto.

Y olvidar las constelaciones dos eternidades después.

A llenar luego media eternidad de un tiempo contado y pensar que temo la eternidad y media que queda…

 

Te preguntas a qué le temo o por qué temo…

Y ni siquiera sé qué contestarte...
 
Sean felices.

Cuídense.

Ciao.

;-P

Comentarios

  1. Quizás no sea bueno dejar tus temores al descubierto porque nunca se sabe quién pueda conocerlos y qué haga con ellos.
    Puede ayudarte a controlarlos o quizás ayudarles a que los temas aún más.
    Besos de gofio, ya me temía que hubieses dejado de ser Heidi, me alegro.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MERECES...

CONSTELACIONES... ( 3 DE MAYO DE 2009)

QUÉ TEXTURAS PINTAN LAS NUBES?...