SIN QUE TÚ LO SEPAS...
Desperté abrazada a ti.
Tu olor recorría aún la almohada.
Cuarenta euros en el monedero, un aeropuerto, y tu mano.
Volví a sentirla tras…cuánto?
Tenías el pelo más largo, y apenas se apreciaban las canas.
Estabas guapo. Y me decidí a dejarme llevar a sabiendas de que iría donde quisiera.
No recuerdo quienes te acompañaban.
Sólo que en el momento en que llegamos a no sé donde, un grupo de bailarines nos recibía sobre un suelo con grandes azulejos negros y blancos.
De haber habido más luz, tal vez hubiera descubierto si eran piezas de ajedrez.
Tras eso, volver a la taquilla.
La misma que hace ya algunas décadas buscaba entre ventanas escondidas en las paredes y viejas puertas de madera…
Anoche te tuve para mí sola.
Decidiendo de qué manera disfrutarte o hacia donde llevarte.
Eligiendo al azar si permanecer callada y observarte, o si observarte y permanecer callada.
Quieta.
A sabiendas que te esfumarías en el menor movimiento que se produjera bajo las sábanas.
Sin apartar la mirada de ese diminuto punto de luz sobre tus negras pupilas que bajo la tenue luz de las farolas, parecía llenar todo tu rostro. Y donde decidí quedarme hasta asegurarme de que vuelve a haber quien te ocupa.
Anoche volví a verte.
Solo que tú no lo sabes.
Y guardé todo el silencio del que fui capaz para no dejar de sentir tu mano asiendo la mía…
Anoche volví a sentirte.
Y muy probablemente, tras no seguir buscándote, no llegues a saberlo nunca…
Cuídense. Y sean Felices.
Ciao.
;-P
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