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MERECES...

Te mereces por más que en ocasiones olvides, que tienes todo el derecho del mundo a guardar silencio si te castigan como si fueras una niña chica, y lo hacen haciendo uso de ese mismo silencio y ese mismo derecho. Lo bueno de los derechos, en que en la mayoría de las ocasiones van y vienen en ambas direcciones, y aunque no lo creas, eso es probablemente lo mejor que tienen. Te mereces, sí, ocultarte del mundo cuando este se te venga encima, y te mereces decidir el tiempo que vas a estar o no alejada de quienes ponen ese mundo sobre tus espaldas. Por merecerte, te mereces no dar explicaciones, mantener el aire dentro, y echarlo fuera cuando sientas que hay espacio para ese aire, sin juicios, sin reproches, sin daño. Te mereces echar de menos por más que en ocasiones no sea lo mejor, porque esto como los derechos, debería ser solo si fuese también de ida de vuelta. Te mereces empezar de nuevo tras haber dejado que el dolor de otros te alcance, y te alcancen sus silencios

PUÑETERA UNA Y MIL VECES VIDA.

No dejo de verlas, a diario, corriendo, tratando de llegar a donde sea que creen que deben llegar, quedándose a mitad de camino entre las obligaciones, las adquiridas y las impuestas. Tratando de aprovechar al máximo hasta el último minuto de la noche, y ni con esas tranquilas… comidas, cenas, ropa, luchas… Heroínas etéreas que pasan tan desapercibidas como lo hacemos todos a ojos ajenos. Desconocedores de batallas y llantos, de olvidos y echar de menos, de hambres de abrazos que no van a volver nunca, de calores, colores y palabras que solo son capaces de encontrar en la retina de sus ojos y su memoria. No dejo de ver mujeres encarándose al tiempo y al hambre, tratando de llevar calor a los suyos, huecas de amor propio y llenas de todo el amor para darle a otros. No dejo de verlas izar las velas de los barcos de quienes a tientas sostienen su cuerpo sobre el agua, mientras esa misma agua zozobra miedo y madera adentro ahogándolas a ratos tontos. Ratos para tratar de saca

DE GUERRAS ABSURDAS...

He contado a tres en este último silencio. Resultó raro que lo hiciera a gritos y manotazos.. Me pregunto cómo puedes mantener la calma cuando por dentro todo son llamas que van a menos con cada una de esas palabras que no van nunca a más. Otro naufragio. Uno de esos piel adentro y huesos marcados a la altura de las costillas. Te alejo de las tempestades que llevas dentro, y no entiendes que a mis orillas no llega agua... ...l a mayor de las guerras empieza tras un esquivo nada, un imperceptible reflejo de uno de esos silencios, lleno de miedos, uno cobarde. Número incontable de guerras mayores... tan grandes que empiezan y acaban entre un sándwich, unas almendras, una pincelada de rímel o un café. Tan infinitas que algunas noches ocupan toda la cama. Tan ociosas que solo resultan cuando otro silencio viene a despertarlas... ...silencios que necesitan tomar aire para permanecer de apnea en apnea. Continuos hasta tres noches. Llenos del pánico que da una sola risa. F

DÉJAME DECIRTE ( XVIII)

Déjame decirte que acabo de caer en la cuenta de que estamos a día diez y aun no he dejado el tabaco. Déjame decirte que no acabé el año demasiado entera, o lo mismo solo a cachitos que cuando deciden desperdigarse, me hacen sentir como ahora, con grietas por todos lados, y que no siempre dentro de ellas encuentro la luz que me hace falta aquí fuera… Que los años pasan, y en ocasiones siento que voy a pertenecerle siempre al mismo azul, al de ahora. Déjame decirte que a veces, en ocasiones, lo mismo, siento una culpa tremenda por no estar haciéndolo como esperaba, porque muy en el fondo, esperaba que fuese capaz de hacerte volar…y el tiempo pasa tan rápido que sigue no siendo suficiente…y que soy una de esas madres que vino sin manual… Déjame decirte que a días como hoy, el sistema me recuerda que somos diferentes, sí, cariño, tú y yo…y muy probablemente, nos haga falta más de una vida para que encontremos nuestro lugar en esta… _¿Puedo comer un poco más de pan? _Se

DE ESTACIONES DEMASIADO PERENNES...

No me lo tengas en cuenta. Dame espacio, y no me lo tengas en cuenta. Que aunque a veces me he sentido tentada y a puntito he estado de tropezar, de nuevo, sigo huyendo hacia adelante, solo huyo. Que no te digo con esto que al final las noches o las mañanas naranjas, o las tardes húmedas, o los domingos en los que trato de amarrarme a puerto, no haya acabado naufragando en el suelo, pero que con la edad una trata de salir antes del agua cual gato escaldado. Que seguir huyendo comporta que algunas mañanas los botones de la camisa acaben cojos, o que el rímel acabe sobre el párpado… Que tras la propia culpa acostumbra a venir la que otros son capaces de inventarte, y solo me queda seguir huyendo hacia adelante. Que las trincheras han dejado de encontrarse fuera, y andan desparramadas todas piel adentro. Dame espacio y no me lo tengas en cuenta. Deja que pase este mes de noviembre, y luego el de diciembre, y si eso, ya nos encontramos a mediados de marzo. Que si algo tengo por

DÉJAME DECIRTE (XVII)

Déjame decirte que escribo aun desde la rabia y que lo de teclear se me complica cuando las manos me siguen temblando. Que no es que el curso haya ido mal, claro que bien tampoco, y una puede decir que ha ido bien cuando la educación de su hijo se la trae al pairo y se hace la imbécil para que no piensen que una es borde además de antisistema, que lo mismo viene siendo que sí, a lo primero y a lo segundo. Que este sistema educativo es algo así como una gran diarrea que empieza el mismo día que el curso escolar, y acaba dando sus últimos coletazos solo horas antes de que acabe de una maldita vez Y que de perdidos al río, así que sigamos con esta mierda de educación obligatoria que el estado ofrece a los niños Asperger, y que o tomas o dejas porque “es que no hay más, sabe usted, Señora, y bla, bla, bla”… Lo que viene siendo, su hijo es un inútil, y o paga, o se lo trabaja usted, porque en los centros, poco por no decir nada. Supongo que ponerme a hablar de la angusti

DE ARQUITECTURAS JODIDAMENTE IMPERFECTAS...

De la arquitectura líquida a la honestidad del material va toda la piel que la cubre por completo, asumiendo su función unos días mejor que otros. No hay vacíos apropiables hasta que, de pronto y sin venir a cuento, te regala la esquina inferior del tercero de los cajones, el que guarda sólo para sus lápices… No puedo decirte que todo dentro esté urbanizado de manera táctica, o que sus paisajes tejidos den certeza, con solo observarlos, de la geometría orgánica que acogen todas y cada una de sus curvas, pero puedo asegurarte que es jodidamente placentero recorrerlas en silencio. Sus espacios van a contraerse y a extenderse llevándote hacia las cuerdas y arrinconándote las noches que a la cama le falten grados desde la perpendicular de su ombligo. No existe dualidad más transparente, y la muestra en espacios tan reducidos, que consigue agrandarlos y llenarlos de luz solo con arquear la comisura derecha de su boca. Se viste de secuencias arrítmicas, tanto, que